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Alarma en México por vacunas diluidas

Recientemente ha cobrado fuerza la presunción de que habitantes de la Delegación Cuauhtemoc en la Ciudad de México, pudieron haber sido inmunizados con vacunas de Pfizer contra COVID-19 “rebajadas”. El tema, que días atrás no fue tomado con la seriedad del caso apunta a convertirse en un escándalo que podría alcanzar a varios funcionarios del área de la salud y a quienes resulten cómplices, si se comprueba dicha irregularidad que podría tipificarse como delito.

La periodista, María Rivera, columnista de Sin Embargo, fue la primera en denunciar la falta en sus redes sociales, y posteriormente a través de una colaboración para su medio de comunicación, que me permito reproducir a continuación:

“Hace exactamente tres semanas, querido lector, escribí en este mismo espacio una crónica del día que me vacuné contra la covid-19. En aquella columna que titulé “Nuestro día D” y que se puede leer acá https://www.sinembargo.mx/12-05-2021/3974505 hacía un elogio de la eficiencia en la vacunación en la CDMX así como de la posibilidad misma de vacunarse. Mi alegría por haber recibido la primera dosis del biológico de Pfizer, se ha esfumado, sin embargo. En su lugar, no hay sino desasosiego, enojo y sospecha.

Le cuento: hace una semana hablando con una querida amiga, me preguntó si me había vacunado en grupos de seis personas o de siete en la Alcaldía Cuauhtémoc, en la escuela primaria Benito Juárez. Yo recordaba que se nos había vacunado en grupos de siete, pero ante la duda revisé mi columna donde conté toda la experiencia. En efecto, el día mismo de mi vacunación había consignado que se nos había administrado la vacuna en grupos de siete personas. Mi amiga me comentó que el prospecto de la vacuna solo autorizaba seis dosis por vial y eso, utilizando jeringas ahorradoras, o de bajo espacio muerto (si la vacunación se hiciere con agujas normales, solo se podrían extraer cinco dosis, como estaba originalmente determinado por Pfizer).

Ella se encontraba muy preocupada porque sus familiares y amigos, vecinos de la demarcación, no hubiesen recibido la dosis indicada de la vacuna: todos recordaban haber sido inmunizados en grupos de siete por vial de Pfizer.
Inmediatamente nos pusimos a revisar la documentación del biológico así como los protocolos emitidos por la Secretaría de Salud. Así, pudimos saber que la vacuna fue creada para distribuirse en cinco dosis por vial, de 3ml, y que debía ser previamente diluida con 1.8 ml de solución salina. A principios de este año, sin embargo, los médicos en el mundo comenzaron a descubrir que era posible extraer del vial una dosis extra si se utilizaban agujas especiales, de bajo o reducido espacio muerto, que retienen menos líquido.

Esto debido a la urgencia de utilizar el “oro molido” del biológico, no desperdiciarlo. Tras hacer pruebas, la farmacéutica aceptó que podían administrarse seis dosis completas de manera segura, siempre y cuando se utilizaran este tipo de jeringas y lo incorporó al prospecto. En cuanto a una séptima dosis, ni Pfizer, ni los protocolos sanitarios de Estados Unidos, Europa o México, la incluyen en ningún lado. La recomendación explícita es que el líquido sobrante tras extraer las seis dosis garantizadas debe desecharse. También se advierte que los remanentes de los viales no deben juntarse para crear una dosis extra porque la vacuna no tiene conservadores y podría contaminarse fácilmente.

Las autoridades sanitarias de Estados Unidos, así como la Secretaría de Salud, en sus lineamientos e instructivos de igual modo indican que la vacuna de Pfizer contiene seis dosis, de 3ml, que deben extraerse con agujas ahorradoras.
Preocupada por esta información y ante la evidencia de que habíamos sido vacunados de manera inadecuada, puse una serie de tweets alertando sobre estos hechos y preguntando a las autoridades la razón por la cual se habían aplicado más dosis de las autorizadas y como lo habían logrado. Lo que sucedió a continuación, que le narro, querido lector, es de no creerse. Ese mismo día, la periodista Azucena Uresti, en Radio Fórmula nos entrevistó al Dr Jorge Alfredo Ochoa, director general de los servicios de Salud Pública de la ciudad, y a mí.

En la entrevista, Ochoa negó reiteradamente que dichos hechos hubiesen ocurrido, asegurando tajantemente que quienes habíamos sido vacunados en la alcaldía Cuauhtémoc, habíamos sido inmunizados en grupos de seis personas. Al día siguiente, la Secretaría de Salud de la CDMX publicó una tarjeta informativa donde volvió a negar que en la vacunación en Cuauhtémoc se hubieran aplicado siete dosis por vial: “La Secretaría de Salud de la Ciudad de México (SEDESA) precisa que solo se pueden aplicar seis dosis del biológico por cada frasco que produce la empresa.

Cada frasco o vial contiene 0.45 mililitros de suspensión congelada que se mezcla con 1.8 mililitros de solución salina para, de esta manera, obtener un total de seis dosis. Este procedimiento es posible gracias a la adquisición de jeringas ahorradoras” y más adelante “con esta mezcla, a cada persona se le aplican 0.3 ml de dicha sustancia, de manera que no hay posibilidad de que a cada frasco se le extraigan siete dosis” para cerrar con “de manera que es imposible extraer una mayor cantidad de dosis que las autorizadas (…) por lo que no hay elemento alguno que pruebe que se aplican siete dosis en lugar de seis”.

En las redes, sin embargo, cada vez más personas ratificaban haber sido vacunadas de esta manera, no solo en la primaria Benito Juárez sino también en la Biblioteca Vasconcelos. Ese mismo día, y asombrosamente, en el programa radiofónico “Atando cabos” de Denise Maerker, Eduardo Clark, director general de Gobierno Digital de la Ciudad de México, aceptó públicamente que, en efecto, y como habíamos denunciado, se habían aplicado siete dosis por vial en la Alcaldía Cuauhtémoc, contradiciendo todo lo que por la mañana, apenas unas horas antes, la Secretaría de Salud había informado, así como lo que había dicho el Dr. Ochoa a la periodista Azucena Uresti. Justificó la medida, completamente fuera de los protocolos autorizados, explicando que la Ciudad de México había recibido agujas “muy especiales, de cero espacio muerto” capaces de extraer, por sí mismas, siete dosis, “hasta la última gota”.

De hecho, Clark abundó en explicaciones; dijo que existían tres tipos de agujas: las normales, con las que se podían extraer cinco dosis, las de bajo espacio muerto, con las que se podían extraer seis y las “muy especiales” de “cero espacio muerto” con las que podían extraerse siete.

Dos días después, la secretaria de Salud, Olivia López Arellano, en conferencia de prensa, y contradiciendo su propia tarjeta informativa, donde asentaba que era “imposible” extraer más de las seis dosis autorizadas, dijo que para la vacunación en mayo, en Cuauhtémoc, habían recibido 257.000 jeringas ahorradoras, “de bajo espacio muerto”, y que con ellas era posible extraer siete dosis por vial.

Increíble, querido lector, porque eso es mentira: no existen las jeringas de “cero” espacio muerto que puedan utilizarse en la vacunación contra la covid-19 como dijo Clark, y tampoco es cierto, como ha dicho la secretaria López Arellano, que las agujas de bajo espacio muerto estén indicadas en los protocolos para extraer siete dosis, sino seis. Esto lo sabe perfectamente bien porque consta en el prospecto de Pfizer, de la FDA de Estados Unidos y en los propios lineamientos de la Secretaría de Salud que rigen la vacunación en México y por ende, la vacunación en la Ciudad de México. Vaya, constan hasta en su propia tarjeta informativa.

De hecho, la secretaria López Arellano sigue utilizando a las jeringas como justificación para un hecho completamente indebido, fuera de los lineamientos oficiales, con total cinismo, sabiendo que tener jeringas de bajo volumen muerto no garantizan salvo la extracción de seis dosis. Así, pretende engañar a la ciudadanía.

La verdad es que, aunque hay países que han intentado la aplicación de la séptima dosis de los viales de Pfizer, es un procedimiento muy riesgoso porque se requiere de una técnica especializada, la generación de protocolos de aplicación creados ex profeso (que en México no existen) y la autorización sanitaria, y aún con ellos, es imposible garantizar que de cada vial se podrán extraer siete dosis, sin merma, en una campaña de vacunación masiva. El margen de error en las dosis es muy alto y por ello no se ha autorizado en casi todo el mundo.

Si no se puede garantizar la extracción de siete dosis porque literalmente la vacuna no alcanza, entonces ¿qué ocurrió realmente en Cuauhtémoc? ¿cómo pudieron garantizar la extracción de dosis correctas para decenas de miles de personas si no lo ha logrado ningún país? Esa es la pregunta, querido lector, que la Ciudad de México no quiere respondernos, más que mintiéndonos.

Por ello, no queda sino hacerle las siguientes preguntas a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum: ¿se diluyeron de más los viales de Pfizer para obtener siete dosis cómodamente o se utilizó el sobrante de viales para lograr una séptima dosis o se aplicaron menos de 3ml por aplicación? y ¿cómo se pudieron aplicar siete dosis si no está autorizado por la Secretaría de Salud? ¿qué buscaban, ahorrarse dosis, huachicolear viales, o utilizar la vacunación para hacer propaganda sin tener vacunas suficientes?
Las preguntas, más importantes, querido lector, no son estas, sin embargo, sino las siguientes ¿cuánta dosis de la requerida recibimos de menos quienes nos vacunamos en Cuauhtémoc y qué repercusiones tendrá esto en nuestra salud? ¿generaremos la misma inmunidad o no?
Espero, junto con miles personas agraviadas, sus respuestas, Dra Sheinbaum”.(Sin Embargo 02/06/21).

En la presente semana, la propia María Rivera, a través de Twitter, volvió a abordar el tema y escribió:

El día de hoy sucedió algo INAUDITO. En la conferencia de prensa de la @SSalud_mx el subsecretario @HLGatell a pregunta expresa de un periodista NEGO que en la CDMX, en la Alcaldía Cuauhtémoc se hayan aplicado 7 dosis por vial, de la vacuna Pfizer y acusó “desinformación”.

Atribuyó esta “desinformación” a un ataque político ¡del expresidente Calderón!, quien habría sembrado “la idea” de las siete dosis. utilizó una mentira propagandística, porque Calderón no inició nada, fui yo quien hizo la denuncia

López Gatell dio una explicación pormenorizada del cambio de 5 dosis por vial a 6, reafirmando que tanto COFEPRIS como la Secretaría de Salud, solo tienen autorización para aplicar seis dosis y que esto requirió de pruebas y de autorización de @PfizerMx y volvió a negar las 7

Esto es sencillamente ESCANDALOSO porque la propia secretaria de Salud de la Cdmx, Olivia López Arellano, junto con Eduardo Clark ACEPTARON numerosas veces ante medios que en Cuauhtémoc pusieron siete dosis como lo saben @MarioCNN @azucenau @paezvarela 👇

Obviamente, no fue ninguna “desinformación” y encuentro totalmente inverosímil que López Gatell no supiera que las autoridades de @Claudiashein lo habían aceptado públicamente. Ahora bien, según Eduardo Clark, ellos fueron autorizados por la @SSalud_mx incluso refiere documentos

Cosa que es, a todas luces, otra mentira así como la de la aguja de “cero volumen muerto” que le explicó a Denise Maerker como lo expliqué en este hilo

Hoy lo negó López Gatell: hicieron pruebas para aplicar 6 dosis solamente y fueron autorizadas por COFEPRIS

Acá, en esta entrevista con @MarioCNN decía yo justamente que la autorización de la Secretaría de Salud era una mentira por parte de Clark, quien además dijo a @azucenau que fue el Seguro Social quien había capacitado a las enfermeras para extraer 7 dosis.

Como podemos ver, y como lo dijo López Gatell, la vacuna solo tiene autorización par seis dosis por vial y extraer esa dosis extra requirió de pruebas, protocolos y autorizaciones de Pfizer y Cofepris

Conclusión: es obvio que Clark mintió, la secretaria de salud de la CDMX, Olivia López Arellano, también mintió y que López Gatell también miente cuando dice que todo es una mentira.

Estas contradicciones y mentiras, nos acercan a una verdad cada vez mas probable y es que nos hayan vacunado con viales diluidos de más, para obtener esa séptima dosis, sistemáticamente, ya que como sabemos hoy, fue mentira que hubiera habido capacitación o protocolos de la SS.

opinion.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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