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Por Carlos Martínez Macías
El municipio de Pihuamo, es un botón de muestra de lo que sucede en varios municipios de Jalisco, pero que no ha ameritado de las autoridades una intervención enérgica, decidida y acorde con el tamaño de la amenaza.
Luego de que en 2021 no se pudo integrar el ayuntamiento de Jilotlán de los Dolores porque en las elecciones solamente participó una planilla –las otras dos renunciaron por presiones–, no hubo un aprendizaje de la lección y ahora el panorama está corregido y aumentado.
Humberto Amezcua, candidato de la alianza Fuerza y Corazón por Jalisco (integrado por PRI, PAN y PRD), fue asesinado el viernes 15 de marzo poco antes de las 23 horas en la cabecera municipal.
Días antes había denunciado ante la dirigencia del PRI, una serie de presiones que enfrentaba por su decisión de contender por la alcaldía, pero no hubo una respuesta inmediata de las autoridades.
Según el dirigente estatal del tricolor, Antonio Padilla, personalmente había alertado al secretario de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza, de la situación que se vivía en Pihuamo y en especial su compañero de partido.
Tras la muerte del aspirante, el gobierno estatal negó que hubiera una “petición formal” de protección, ni había elementos que indicaran que había un nivel de riesgo.
Derivado del clima de inseguridad, el candidato de Movimiento Ciudadano (MC), Juan Alcaraz Virgen, decidió hacerse a un lado y no competir por la presidencia municipal. En redes sociales, quien fuera regidor en ese ayuntamiento, dijo textualmente que había tomado la decisión “después de una reflexión personal y familiar profunda” y aclaró que tomaba la decisión “sin presiones de ninguna índole”.
Movimiento Ciudadano designó a Jorge Alejandro Soto Flores, para que sustituya a Juan Alcaraz.
Sin embargo, por el momento, en Pihuamo no hay candidatos. A la contendiente por Morena, Laura Montes Godínez, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, le negó el registro por falta de documentos, pero fue impugnado el procedimiento ante el Tribunal Electoral; PAN, PRI y PRD no inscribieron a otro aspirante tras la muerte de Humberto Amezcua y Jorge Alejandro Soto Flores, no ha sido registrado como sustituto del candidato de MC que renunció.
El día de cierre de registros de aspirantes a alcalde, fueron cuatro municipios donde solamente presentaron una planilla. El dos de abril, dos de éstos resolvieron de la mano del Tribunal Electoral, la incorporación de una planilla más y solamente quedan dos, Cabo Corrientes y San Sebastián del Oeste, con un solo candidato, pero esperan que también puedan conseguir vía el Tribunal registros de otra fórmula, o de lo contrario se repetiría la historia de Jilotlán.
En este ambiente enrarecido en el estado, llama la atención un incidente ocurrido en Ahualulco de Mercado. En el kilómetro uno, del crucero de la carretera Ahualulco-Ameca, en un terreno de la familia del candidato de Morena a la alcaldía, Ramsés Lupercio, fueron arrojados desechos pestilentes que incluían huesos, restos de lápidas y ataúdes, según denunció el propio candidato en sus redes sociales.
No fueron pollos o basura, sino ataúdes, en lo que puede parecer una velada amenaza.
El mismo día que arrojaron la pestilente carga, el ayuntamiento que gobierna Movimiento Ciudadano, utilizó maquinaria y camiones del ayuntamiento para recoger el “regalito”.
Pero aunque las cosas suban de tono, el gobierno estatal ya aclaró en una mesa interinstitucional, que todo debe ajustarse a un protocolo. De manera que cuando un candidato considere que corre algún riesgo, deberá denunciar primero directamente ante su partido o la autoridad electoral, para que entonces se realice un dictamen y pueda evaluarse el nivel de riesgo que enfrenta…
Y esto nos remite de nuevo a Pihuamo, donde el gobierno estatal no encontró señales de alerta y el candidato fue asesinado.
