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Tren ligero, proyecto de estadistas ahogado por ineficacia

Gobernar Jalisco no solo es sentarse a gastar el presupuesto ordinario y ejercer localmente el poder con las prebendas derivadas de ello, para gobernar con éxito se debe asumir el liderazgo para encabezar los esfuerzos de la comunidad jalisciense procurando el mejor desarrollo con la adecuada cohesión social, y eso implica planear , proyectar , concertar, decidir , actuar , gestionar y con gran sensibilidad social estar al frente de las luchas de la comunidad por mejorar, enfrentando cualquier obstáculo con el más apasionado esfuerzo pensando siempre en el beneficio del pueblo aunque en medio de la tarea deba haber encontronazos y lucha para exigir del gobierno federal la cantidad suficiente de recursos financieros que merece Jalisco acorde a la importancia de nuestro estado y lo que aporta a la nación, exigiendo además de la Federación la oportuna celeridad para entregárnoslo y poderlo aplicar eficazmente en obras y servicios para el pueblo.

Es evidente que existe un desencanto debido a las enormes complicaciones que ha presentado la polémica edificación de la Línea Tres del Sistema del Tren Eléctrico Urbano (Siteur) de la Metrópoli de Guadalajara, esa importante obra que el presidente Enrique Peña Nieto presumía como una de las 5 construcciones ferroviarias más importantes de su sexenio, y que al igual que el gobernador de Jalisco Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, se ilusionó en que sería concluida,, inaugurada y puesta en operación antes de terminar sus respectivas administraciones, pero que por diversas causas no estará en servicio en este año y en la mejor de las previsiones se podría quizá estar inaugurando a finales del 2019.

Desde el 7 de agosto de 2016 que arrancó su construcción se han sucedido una serie de acontecimientos que contrario a verla como una solución a los graves problemas de movilidad que enfrenta la Zona Metropolitana de Guadalajara, cada vez se empantana más; en su historial se cuentan desde las opiniones negativas que encontró a partir del mismo momento que se anunció su construcción, pasando por retrasos, sobreprecios, demandas de vecinos por afectaciones a sus viviendas, una clausura, así como múltiples quejas de ambientalistas.

Entre lo más reciente está el anuncio de que la controvertida obra tiene un señalamiento formal por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), por presuntas irregularidades que superan los 109 millones de pesos durante el ejercicio fiscal 2017 y se documentan duplicidad de pagos en compras, compras equivocadas, compras a sobreprecio, pagos hechos a contratistas indebidos entre otros. Un catálogo de esquemas de crasa corrupcion.

Cabe recordar que esta imponente obra que hoy provoca tantos problemas forma parte de un ambicioso y bien planeado proyecto para superar los problemas de movilidad que desde 1975 ya se padecían a causa del déficit de transporte público masivo, pero que el actual gobierno no supo o no tuvo la capacidad de gestionar como estaba planeada desde hace más de 20 años atrás.

Es oportuno mencionar que, gracias al esfuerzo del Gobernador Alberto Orozco Romero y del alcalde de Guadalajara Guillermo Cosío Vidaurri, fue que se hizo posible la apertura de lo que es hoy la Avenida Federalismo y la realización de un túnel que permitió que por esa vía existiera paso, primero de autobuses y después del trolebuses, que brindaron un gran servicio a la ciudad. El Gobierno de Flavio Romero de Velasco mantuvo esa red y fueron ampliadas en muchos sentidos las líneas de autobuses. Bajo la administración de Enrique Álvarez del Castillo, fue que se planeó y ejecutó la Línea Uno del Sistema del Tren Eléctrico Urbano. No la pudo terminar y fue al gobernador Guillermo Cosío Vidaurri, a quien correspondió concluirla y además de ello gestionó, proyectó e impulsó la construcción de la Línea Dos dejando la Línea Tres debidamente planeada, con un proyecto aprobado que era por vía subterránea totalmente, en la misma ruta que se hizo la línea tres actual. Quedó también el proyecto de la ampliación de la línea dos del parque de la Revolución hasta la avenida Aviación y estaba ya aprobado un proyecto del uso de las vías del ferrocarril para lo cual se gestionó y se obtuvo el permiso de derecho de vía para sacar el ferrocarril de carga y tener por las vías de Inglaterra un tren interurbano que llegaría hasta la población de Tequila para ser también de cercanías y turístico.

Durante esos gobiernos se hicieron Infinidad de obras viales. Pero fue a la llegada de administraciones panistas que se dejó de avanzar. Alberto Cárdenas Jiménez no hizo prácticamente nada en materia de transporte urbano y movilidad. Francisco Ramírez Acuña se dedicó a ampliar el sistema de transporte colectivo de la zona metropolitana, porque se decía que tenía muchos intereses en esa operación de empresas de autobuses a través de prestanombres, -simplemente fue el vox populi-. Durante el Gobierno de Emilio González Márquez se realizó el famoso adefesio del Macrobús que fue un copia de un modelo que funciona quizá en Bogotá donde existen avenidas demasiado anchas en sus capitales, pero que en el caso de Jalisco fue un esperpento que vino a romper toda la estructura en la vialidad de la Calzada Independencia, con estaciones horribles e inmensas, además de costosísimas e innecesarias, pero que significaron un gran negocio para funcionarios y empresarios corruptos.

En el regreso de un gobierno priista, Aristóteles Sandoval tuvo la voluntad para dar continuidad a ese plan de movilidad que había quedado estancado por gobiernos azules. Sin embargo, la línea tres está desfigurada. Un modelo a seguir por los gobiernos que vienen es Barcelona, donde funcionan al mismo tiempo en forma conexa el metro, el tren eléctrico, megabuses, autobuses normales y los sistemas ordinarios de transporte diverso como son los taxis ordinarios, los esquemas de plataforma digital y hasta mini taxis, moto taxis y bici taxis incluyendo transporte tirado por humanos y calandrias.

En Jalisco hacen falta no solamente el transporte para la zona metropolitana de Guadalajara, se requieren líneas inter-regionales, A la zona de Guadalajara en su metrópoli le falta una gran conectividad, faltan las líneas cuatro y cinco del tren ligero, nuevos corredores de megabuses articulados ligeros de doble fuelle, siendo urgente la revisión de rutas, y retomar el sistema de digitalización de semáforos sincronizados; se hacen m necesarias nuevas vías, varios arcos complementarios de vialidad para optimización de flujos vehiculares entre zonas de la urbe y revisar el esquema de modernización integra de la movilidad.

Ojalá que los próximos gobiernos logren una conjunción de esfuerzo entre el Gobierno federal y el estatal, para tener la adecuada coordinación que necesitamos exista para que la movilidad deje de ser un dolor de cabeza para Jalisco.

Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorco

• Paralelo Veinte

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