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Los «éxitos» de La Tapatía

En la olvidada e incompleta obra de la Línea 3 del Tren Ligero, destaca también el “olvido” de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para restaurar y garantizar la permanencia de una joya histórica como es el templo de San Francisco.

Construcción que data del año 1550, el templo fue uno de los más afectados por el paso de la tuneladora “La Tapatía”, ya que el trazo de la línea pasa en curva exactamente bajo el parque donde se ubica la iglesia y alcanza una parte de la misma.

Peritos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), confirmaron que tras el paso de la maquinaria resultaron grietas en la nave central y hundimientos, debido a que no se tomaron las previsiones adecuadas para preservar el edificio.

De acuerdo con una mesa técnica integrada por peritos del INAH, la UNAM, la empresa supervisora Lytsa, la SCT y la empresa constructora española SENER, se confirmó que las grietas que registraba el templo aumentaron con el paso de la tuneladora y los peritos que representaban a los franciscanos, pusieron en duda la eficacia de la técnica llamada jet grouting que consistió en colocar una placa de concreto para reforzar el subsuelo.

La grieta principal aumentó de un centímetro a 1.3 centímetros, además que el templo se inundó porque comenzó a fluir agua del subsuelo, lo que contribuyó a mantener sin poder ser utilizado el templo hasta la fecha por temor a más afectaciones.

Por si fuera poco, la SCT culpó a las lluvias de la aparición en su momento de un “socavón” en la zona de los arcos contiguos al templo de San Francisco, sin reconocer que el hundimiento haya sido ocasionado por los trabajos de la tuneladora.

Todo esto no obstante a que no fue el primer caso. En la salida de la estación de La Normal, también la maquinaria que realizaba el túnel habría ocasionado un “socavón” similar.

Pese a las evidentes fallas en las acciones preventivas para proteger edificios históricos, la empresa SENER en un artículo publicado en Interempresas, la revista española dedicada a las obras públicas, presume la construcción de la Línea 3 como un caso “exitoso” donde se cuidaron los monumentos históricos como ocurrió cuando realizaron una obra similar bajo el templo de La Sagrada Familia en Barcelona.

Precisa en el artículo lleno de datos técnicos, que seis edificios catalogados por el INAH de alto valor histórico, “supusieron todo un reto a la hora del paso bajo los mismos durante la excavación” y se refiere a la Catedral Metropolitana, Templo San José, Templo San Francisco, Templo Santuario de Guadalupe, Museo del Periodismo y Palacio Municipal.

En concreto, la maniobra “exitosa” SENER la describió así: “constituyeron todo un reto para la obra, debido al muy deteriorado estado de estos monumentos y a la cercanía de la excavación a los mismos, llegando a pasar en curva y bajo una de las esquinas del templo de San Francisco, lo que exigía un tratamiento previo del terreno con jet grouting, con la finalidad de evitar cualquier movimiento sobre el templo durante el paso de la tuneladora”.

“Debido al trazado de línea y la ubicación de la estación Independencia, fue necesario que la tuneladora realizara un trazado en curva de radio 289 m, muy cercano al radio crítico de giro de diseño para esta máquina. Al ser un trazado curvo, éste presentaba mayores posibilidades de generar asentamientos no previstos en superficie debido al aumento de sobre corte producido por la posición del escudo para realizar el giro, por lo que la zona afectada por la curva fue objeto de especial seguimiento durante el paso de la tuneladora por esta zona”.

“Este edificio alcanzó un asiento máximo durante el paso de la tuneladora de 3 mm, considerándose todo un éxito el tratamiento y la operación de paso de la excavación”.

Por cierto, en otra parte del artículo, SENER reconoce que por motivos ajenos a los “puramente técnicos” que siempre establecen que primero se construyen las estaciones y después el túnel, en el caso de la Línea 3 se decidió el paso de la tuneladora antes de construir las estaciones lo que representó un reto para “adaptar el proyecto a la nueva demanda”, además de que encontraron agua en todo el trazo.

Según especialistas en el tema, tras el paso de la tuneladora EPB (Earth Pressure Balance) modelo S-939 bautizada aquí como “La Tapatía”, existe el riesgo de que la maquinaria haya dejado huecos en su excavación y que con las lluvias y las aguas subterráneas presentes en todo el trazo, pueda aparecer otro “socavón” esta vez bajo el templo.

El tema es a quién se exigen las cuentas ahora que todos se fueron y la obra por el momento sigue en el limbo.

• Paralelo Veinte

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