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Cero tolerancia contra clérigos pederastas

El papa Francisco se quedó corto al únicamente determinar la separación de dos cardenales involucrados en casos de abusos sexuales; esa acción resulta pírrica si lo que el Vaticano pretende es enviar una señal contundente al mundo de que está actuando ante los recurrentes casos denunciados en los últimos años. No es suficiente con apartar de su círculo de consejeros a estos crimínales, cuando lo mínimo procedente es que se les cancele su ejercicio sacerdotal, se les retire el título de cardenal y se coadyuve con la justicia para lograr sanciones severas y ejemplares.

Según trascendió esta semana en medios de comunicación, después de la conferencia de prensa a cargo del portavoz del Vaticano, Greg Burk, se dijo que en octubre pasado, el máximo pontífice de la Iglesia católica envió una carta a los cardenales Francisco Javier Errázuriz y el australiano George Pell, para comunicarles su remoción y agradecerles su trabajo como asesores. También adelantó que pronto será removido como asesor Laurent Monsegwo Pasinya, de la República Democrática del Congo.

El cardenal Errázuriz ha sido denunciado como encubridor de abusos sexuales cometidos en Chile, por lo que el mismo Vaticano abrió este año una investigación en su contra. En tanto, a George Pell se le sigue un proceso en su natal Australia por delitos sexuales cometidos contra menores de edad. Pell ya había pedido una licencia indefinida como ministro de Economía del Vaticano para enfrentar los cargos.

El motivo alegado es su avanzada edad, pero la realidad es que dos de ellos están involucrados en casos de pederastia. Son el cardenal George Pell, juzgado en Australia por agresiones sexuales a menores, y el chileno Francisco Javier Errázuriz, acusado de haber ocultado los actos de un cura pederasta en Chile. Sobre el primero, además, se espera una inminente sentencia que podría comprometer gravemente, incluso, su estado clerical.

Los dos altos responsables eclesiásticos forman parte de un consejo de nueve cardenales de todos los continentes que asesora al papa Francisco en la reforma de la administración de la Santa Sede. Un dato cuantitativo que da la medida de lo extendido que está el problema que afronta la Iglesia católica con los abusos a menores. Aunque Pell y Errázuriz seguían formando parte del C9, de facto ya no participaban en él. Hacía tiempo que ninguno asistía a las reuniones de este órgano.

El Papa también ha apartado al cardenal congolés Laurent Monsengwo Pasinya. Según el comunicado de la Santa Sede, Francisco ha tomado esta decisión «ante la avanzada edad de algunos de sus miembros».

Se informó que ninguno de los tres puestos será cubierto, lo que también indica cómo se han debilitado las funciones del C9. «Considerada la fase de trabajo del consejo, no hay ninguna disposición para el nombramiento de nuevos miembros por el momento», añade la nota de la Santa Sede. Por tanto, el consejo queda ahora formado por seis cardenales: Giuseppe Bertello, Oswald Gracias, Reinhard Marx, Sean Patrick O’Malley y Andrés Rodríguez Maradiaga, así como el secretario de Estado, Pietro Parolin.

Como es de todos sabido, el asunto de los abusos sexuales a cargo de clérigos fue durante décadas un tema tabú al interior del Vaticano y un secreto a voces para el resto del mundo. Casos muy sonados como el del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, en México, se repiten en cualquier parte del mundo sin que a la fecha la Santa Sede haya reconocido abiertamente el problema.

En Jalisco, siendo Arzobispo de Guadalajara, el Cardenal Juan Sandoval confesó haber recibido información de crímenes sexuales cometidos por clérigos y dijo haberlo comunicado al Vaticano y solo haber ordenado cambiar de adscripción a los inculpados, luego entonces fue cómplice, lo que en materia penal debe castigarse; pederastia en grado de complicidad. En su momento presente denuncias en la PGR , fueron ratificadas más se ordenó protección e impunidad.

En su momento, Juan Sandoval reconoció haber conocido de al menos una docena de casos de crímenes sexuales cometidos por clérigos y acepto que incumplió con lo que le obliga la ley y la Constitución de la República, dado que omitió deliberadamente detener y entregar a la Justicia a los sacerdotes incriminados a los que, confeso abiertamente ‘sólo haberles otorgado un castigo eclesiástico’ consistente en suspenderlos temporalmente de sus prerrogativas sacerdotales y cambiarlos de adscripción, y eso es un crimen por lo que Juan Sandoval es culpable de Pedofilia y Pederastia por negligencia y complicidad al propiciar impunidad de criminales, que siguen libres y quizá continúen cometiendo aberrantes acciones delictivas y hay sustento en cuanto a que Sandoval supo de acciones de esclavismo y apropiamiento doloso de bienes de jovencitas huérfanas entregadas por parientes a diversas órdenes religiosas y que además de quitarles sus bienes materiales fueron utilizadas en servicios forzados como empleadas en casas de familias adineradas y también para ser prostituidas.

Juan Sandoval Iñiguez, ex Obispo y ex Arzobispo de Guadalajara, hoy retirado en carácter de emérito de dichos cargos, goza de total impunidad lo mismo que miles de clérigos que durante toda su vida incurrieron en actos aberrantes en contra principalmente de niños y niñas pero que ante la hipocresía de la más alta jerarquía de la iglesia católica que ha preferido cerrar los ojos y hacer oídos sordos, nunca han llegado a pagar sus culpas.

Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Paralelo Veinte

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