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Aranceles, ojo por ojo

Tras el infausto anuncio del presidente de los Estados Unidos de América del Norte, Donald Trump, sobre imponer una medida arancelaria gradual a todos los productos importados desde México, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, tendría que aplicar también aranceles a productos de Estados Unidos, además debería impulsar el modelo de sustitución de importaciones para promover el desarrollo económico.

De entrada, especialistas han indicado que la propuesta del inquilino de la Casa Blanca violaría el anteriormente llamado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que el ajuste en la divisa nacional se incrementaría si la tarifa se hace realidad a partir de junio.

El gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, ha dicho que el anuncio de los aranceles genera tensión sobre el crecimiento económico y pone presión al peso, generando un mayor nivel de presión y de potencial ajuste en los mercados financieros, ya se ha visto que en horas que no son de mayor liquidez y profundidad, ha habido un ajuste en el tipo de cambio para los mercados financieros, cuando se producen ese tipo de anuncios, se produce mucha incertidumbre en cuanto al crecimiento, en cuanto al desempeño de las bolsas y también suele darse un ajuste en las monedas de las economías involucradas.

Para Kenneth Smith, exjefe negociador técnico del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el que los estadounidenses impongan aranceles del cinco por ciento a las compras realizadas a México, significaría la violación del TLCAN y de los compromisos que tiene ante la Organización Mundial de Comercio.

Los primeros afectados por los aranceles que eventualmente impondría el aciago Donald Trump, a “todos los bienes” de México no serán los consumidores mexicanos, sino los estadounidenses.

Trump advirtió que su gobierno impondrá 5 % de aranceles a partir del 10 de junio, si no hay una reducción de la inmigración ilegal. El presidente Andrés Manuel López Obrador le respondió que los problemas sociales “no se resuelven con impuestos o medidas coercitivas”.

Los consumidores en Estados Unidos de América serán quienes paguen el aumento de precio de los productos mexicanos que llegan a su mercado, sobre todo automóviles, maquinaria, instrumentos médicos, además de productos agrícolas como verduras y frutas.

En principio, afecta más al consumidor de los Estados Unidos, antes que aquí en México, porque la línea de producción de los productos agrícolas va a ser la primera afectada para el consumidor estadounidense. En comidas, frutos, verduras, es donde va a haber aumento de precio, en segundo lugar la ropa y en tercer lugar las piezas automotrices.

Los importadores de productos y alimentos no van a absorber los incrementos, sino que lo van a trasladar al consumidor. Los segundos afectados serán las empresas y productores mexicanos, pues no todos podrán absorber los costos extras de importación.

Para muchas empresas medianas el costo adicional de exportar les va a quedar fuera de su presupuesto y de sus números.
Aunque también hay una gran industria que sufrirá las consecuencias de los nuevos aranceles: la automotriz, pues tiene un apretado margen de utilidad. Los aumentos implican costos mayores a los autos que compra el estadounidense si adquiere un nuevo auto.
En el sector automotriz el aumento de los aranceles es “catastrófico”, en comparación con la producción de alimentos.

Y ¿qué pasará con los productos que ya no se puedan exportar a México? Los académicos señalan que tendrían que quedarse en México para consumirse en el mercado interno pero a un menor precio, lo que resulta en menores ganancias. Un ejemplo es el aguacate hass. Los productores mandaban más al mercado de Estados Unidos y menos al mercado interno. Si el consumidor de Estados Unidos no quiere pagar más por los aguacates, aquí en México el consumo de estos productos será más barato. Puede ser que sea mejor para el consumidor mexicano en el corto plazo.

Una de las primeras consecuencias que tuvo el anuncio del xenófobo Trump, para la economía mexicana fue que desde el viernes el peso perdió terreno frente al dólar y se vendió en más de 20 pesos. Este martes, en ventanillas bancarias el dólar se vendió hasta en 20.50 pesos. Esto genera un tercer afectado: los importadores de productos, pues al subir el dólar el costo de las mercancías que vienen del extranjero aumenta.

Con la imposición de aranceles, México tiene dos caminos, según los académicos y economistas: una oportunidad para mirar hacia otros países y regiones y sacar provecho de los 12 Tratados de Libre Comercio que tiene con 46 países.

El otro camino es fortalecer su mercado interno y regresar al modelo de sustitución de importaciones. Es momento de diversificar. No se puede tener todos tus huevos en una canasta porque Estados Unidos tiene un discurso de berrinchito, ‘hoy sí mañana no’, se tiene que voltear a ver a América Latina, la Unión Europea, utilizar los tratados de libre comercio que ya tiene México.

Para fortalecer el mercado interno, el gobierno no debe seguir con las medidas de austeridad, el Banco de México debe bajar su tasa de interés, debe haber más gasto público y aumento en los salarios.

opinion.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Paralelo 20

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