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Rasa Land, el socio del Gobierno del Estado a través del Instituto de Pensiones, ha pasado de un gobierno panista, al tricolor del PRI y ahora a vestirse sin rubor alguno de naranja; como ocurrió con el proyecto de Chalacatepec, que ahora es Xala o el Fideicomiso irrevocable B/380 que fue absorbido por Activos Turísticos de México (Actur).
En esta metamorfosis, la compañía recibió el respaldo y lanzamiento durante la administración de Emilio González Márquez, fue corregido y aumentado en la gestión de Aristóteles Sandoval Díaz y ahora recibe la bendición del gobierno de Enrique Alfaro Ramírez, en un recorrido de más de nueve años donde ha recibido aportaciones por 169 millones de dólares sin haber construido un solo metro del mega desarrollo turístico prometido.
A lo largo de esta accidentada historia, Rasa Land sorteó el escándalo de los paraísos fiscales revelado con los “Papeles de Panamá” en abril de 2016 cuando 109 medios de comunicación de 76 países, publicaron en forma simultánea operaciones de lavado de dinero y evasión fiscal cometidos por empresas, personajes y políticos, donde citaban a Malta como uno de los centros operativos de estas actividades.
Un año después de los “Panamá Papers”, el 19 de mayo de 2017, trece medios europeos y 49 periodistas, publicaron en forma también simultánea los “Malta Files”, una investigación con más de 150 mil documentos sobre este paraíso fiscal.
Dentro de esta investigación, el periódico español El Mundo se centró en seguir la pista de 25 capitales de ese país que fueron a parar a Malta en una operación que aterrizaba en la Costa Alegre de Jalisco con el proyecto de Xala.
Y es precisamente Malta donde nace el corporativo de Rasa Land Investors PLC, con número de registro C42193 con oficinas en 259 St Paul Street, Valetta 1213, Malta, del cual se desprende la empresa Rasa Land Investors Holding B. V., con sede oficial en Amsterdam, Países Bajos, según acta constitutiva signada en Rotterdam ante el notario público Dominique Francoise Maragaretha Maria Zaman (cuya copia obra en poder de este columnista).
Entre los socios del corporativo destacan firmas como Goldman Sachs (que en agosto de 2013 tuvo que pagar tres mil 150 millones de dólares como compensación a dos importantes inmobiliarias por haberlas afectado en un fraude hipotecario); Texas Pacific Group, la familia Bremer, 25 inversionistas españoles y al menos tres empresas más que tienen su sede en Islas Vírgenes Británicas, Guernsey e Islas Caimán, conocidos paraísos fiscales.
Dentro del Holding de Rasa Land, figura Activos Turísticos de México (Actur), donde la compañía maltesa tiene el 56.1 por ciento, el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco el 24.01 y el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) de Banobras el 19.89 por ciento.
De Actur se desprenden el Proyecto Mandarinas, un desarrollado planeado para ejecutarse en 265 hectáreas en la Riviera Nayarit; el proyecto Xala en mil 268 hectáreas de la Costa Alegre y el hotel de Gran Turismo Four Seasons, de la Ciudad de México.
Como cabeza del corporativo Rasa Land aparece el mexicano Juan Cristóbal Bremer, el mismo que acompañó al gobernador Enrique Alfaro en la extensa gira que realizó por la Costa Alegre y donde el empresario destacó la importancia de detonar el desarrollo de la zona, para que se creen fuentes de empleo y que a “todos nos vaya bien”.
Pero en Malta, el 16 de octubre de 2017, casi cinco meses después de la publicación de los “Malta Files”, la periodista Daphne Caruana Galizia, fue asesinada al estallar una bomba colocada en su automóvil. La reportera había denunciado la red de lavado de dinero y la evasión fiscal en ese pequeño país, donde políticos y miles de empresas abren negocios, registran corporativos y trasladan fortunas, aunque los “proyectos” estén a miles de kilómetros de distancia.
El crimen de la periodista provocó alarma en el Parlamento europeo. Sven Giegold, portavoz de los verdes en la Comisión de Investigación del Parlamento sobre blanqueo y evasión fiscal dijo:
“Europa ahora debe mirar a Malta (…) Malta es la meca del blanqueo de dinero sucio y los evasores de impuestos (…) Europa ya no debe hacer la vista gorda ante la forma en que se incumple el estado de derecho en estas islas”.
