Seis meses después de la invasión a gran escala a la Franja de Gaza, 30 mil palestinos han muerto, decenas de niños han muerto de hambre y más de medio millón de ciudadanos de Gaza se enfrentan a la inanición. Mientras Israel sigue bombardeando el territorio ocupado y restringiendo la entrada de bienes vitales, la Organización de las naciones Unidas se apresura a responder.
La Agencia para los Refugiados Palestinos, informa que la reducción del 50 por ciento de las entregas de ayuda a Gaza se debe a la falta de voluntad política y de garantías de seguridad de las operaciones militares israelíes en medio del colapso del orden civil.
A medida que se agrava la crisis, los medios de comunicación informan de que algunos países eluden las restricciones israelíes lanzando desde el aire paquetes de alimentos y Estados Unidos planea construir un puerto temporal en Gaza para garantizar las entregas de ayuda.
«Los niños que han sobrevivido a los bombardeos pueden no sobrevivir a una hambruna», declaró el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, al informar que uno de cada seis jóvenes de Gaza está actualmente peligrosamente desnutrido.
Debido a las continuas restricciones de la ayuda humanitaria, los recién nacidos son extremadamente vulnerables a la desnutrición, ya que sus madres no consumen suficientes alimentos para poder amamantar a sus hijos.
Muchos niños de la Franja muestran signos de desnutrición aguda grave y pérdida drástica de peso, según Organización de las Naciones Unidas para atención de la infancia.
Las agencias de la Organización de las Naciones Unidas y la Media Luna Roja Palestina, desplegaron misiones de emergencia en los hospitales de Gaza para evaluar las condiciones y entregar ayuda vital y suministros médicos.
El Programa Mundial de Alimentos se vio obligado a interrumpir las entregas de ayuda vital en el norte de Gaza debido a la falta de seguridad. Una caravana de 14 camiones del programa intentó entregar ayuda, pero fue rechazado por las Fuerzas de Defensa Israelíes.
Al menos 20 niños han muerto de inanición en el enclave asediado y bombardeado, entre ellos recientemente un bebé de 14 días, según informan los medios de comunicación.
El volumen de ayuda que llega a Gaza dista mucho de ser suficiente para satisfacer las crecientes necesidades de una población que se enfrenta a un asedio total desde octubre, cuando Israel cortó la electricidad y el agua al tiempo que restringía severamente la entrada de ayuda al enclave, según la Oficina de Coordinación de Ayuda humanitaria de la ONU.
En colaboración con seis socios, el Programa Mundial de Alimentos está ayudando a proporcionar comidas a las familias de Gaza, donde el 85 por ciento de los 2,2 millones de habitantes del enclave han sido desplazados.