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Por Carlos Martínez Macías
El siete de mayo de 2023, tras visitar Jilotlán de los Dolores, la entonces presidente del PRI en el estado, Laura Haro Ramírez, celebraba haber cumplido con recorrer los 125 municipios de Jalisco y afirmaba: “El territorio es nuestro”.
Pero hoy, como virtual candidata a la gubernatura por el frente compuesto por el PRI, PAN y el PRD, su movimiento ha decidido ir en alianza en 124 municipios de la entidad, menos en Jilotlán.
No es para menos. En abril de 2018, el alcalde con licencia de Movimiento Ciudadano, Juan Carlos Andrade Magaña, fue asesinado mientras se aprestaba para contender por la reelección; mientras que, en 2021, fue anulada la elección porque solo hubo una planilla en la jornada electoral y no se pudo integrar un gobierno.
Solo el candidato de Morena, José Manuel Cárdenas Flores, contendió por el cargo. Los otros dos candidatos de distintos partidos, fueron obligados a renunciar por amenazas del crimen organizado.
Apenas 10 de las 15 casillas pudieron instalarse. Funcionarios y suplentes se negaron a instalarlas por presiones. Aunque el Tribunal Electoral del Estado cuando anuló las elecciones y ordenó al Congreso del Estado celebrar un proceso extraordinario y al gobierno estatal garantizar la seguridad para que se desarrollara, ninguno de los aludidos cumplió la resolución.
En lugar de un ayuntamiento, en Jilotlán terminará el trienio gobernando un concejo municipal integrado por ciudadanos al margen de las malogradas planillas, con excepción del candidato electo en las urnas con mil 36 votos de los mil 480 ejercidos.
José Manuel Cárdenas Flores, quien en alguna ocasión fuera dirigente del PRI en Jilotlán de los Dolores, no pudo asumir el cargo de presidente municipal por la anulación de los comicios, pero ha desempeñado el puesto de responsable de la hacienda municipal (una especie de tesorero), quien debe avalar las operaciones financieras del concejo.
Sin embargo, la partida política en este río revuelto parece haberla ganado Movimiento Ciudadano.
El Gobierno del Estado construyó una clínica de primer nivel en Jilotlán y el presidente del concejo municipal, Huber Ortega, ya fue nominado por el partido naranja para ser el próximo candidato a la a alcaldía, con una enorme diferencia de otros aspirantes a cargos similares.
Huber Ortega no ha pedido licencia y continúa en una abierta promoción personal en el municipio, encabezando entrega de obras, ceremonias, reparto de uniformes deportivos y otras actividades, en una labor proselitista perfecta, ya que no llegó al cargo por las urnas.
Según el reparto que hizo la coalición compuesta por Morena, PT, Partido Verde, Hagamos y Futuro, quienes deberán resolver la designación del candidato para Jilotlán de los Dolores, son Hagamos y Morena.
Y si el frente conformado por PAN, PRI y PRD decide no competir en alianza, faltaría ver quién es el valiente que se avienta al ruedo; si competirán solo MC y Morena y aliados o habrá que esperar que dicen los de la plaza.
En este ambiente enrarecido donde ya fue asesinado un precandidato del Partido Verde a la presidencia de Mascota, tal vez valdría la pena recordar lo que le dijo en redes sociales Enrique Alfaro al gobernador Aristóteles Sandoval el 15 de abril de 2018 a raíz de la muerte de su amigo, Juan Carlos Andrade Magaña, asesinado en Jilotlán:
“Jalisco se ha convertido en referente nacional por los asesinatos de activistas y políticos, y recientemente respecto a la desaparición de personas. Esto no puede seguir así. En estas condiciones no se puede hablar de normalidad democrática, en estas condiciones no podemos hablar de un proceso electoral libre.
Señor gobernador, los jaliscienses le exigimos seriedad y resultados. Jalisco no puede seguir por este camino, en materia de seguridad y procuración de justicia, su gobierno ha sido un rotundo fracaso. Si no puede, deje su cargo”.
