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Un aplauso para María Elena Limón

No sé si mañana o pasado la presidenta municipal de Tlaquepaque retome el sendero de la obediencia absoluta a las órdenes de su gobernador. Es más, no me importa si así ocurriera. Tengamos en cuenta que en las esferas del poder, la sumisión ante el superior jerárquico suele ser el común denominador en las prácticas y conductas de la clase política. Sin embargo, por ahora, lo menos que merece María Elena Limón es un aplauso.

Y es que su ausencia este viernes en el acto mediante el cual se dio a conocer la firma de la creación del Organismo Público Descentralizado (OPD) Policía Metropolitana, envió una muy poderosa señal de dignidad y coherencia personal. La alcaldesa (ahora sí, con todas sus letras) defendió con honor su inasistencia. Al ser entrevistada al respecto, dijo lo siguiente: “No es posible firmar un convenio de asociación y coordinación para la creación de un OPD en donde no se detallan de manera clara las aportaciones de las partes, el esquema de la transparencia de recursos tanto humanos y materiales, pero principalmente, que no parte de un diagnóstico de la metrópoli, no es claro”.

Pero además, advirtió que el mentado acuerdo debió consensuarse primero en los cabildos a fin de que su entrada en vigor cuente con el mínimo de legitimidad. Y es que, con toda franqueza, tenemos que cuestionar cómo es posible que se anuncie la instauración de un modelo de seguridad que atañe al área conurbada sin la aprobación de los cuerpos edilicios. Dicho de otra forma, primero se crea un nuevo organismo y luego se discutirá con los regidores.

El tema de la seguridad no puede abordarse desde una visión omnímoda. Se trata de la asignatura más compleja y sensible. Por ello es tan importante que Enrique Alfaro y los demás presidentes de la metrópoli, atiendan los argumentos de Limón García.

En un escenario en el que el partido Movimiento Ciudadano se cae a pedazos, de frente a una ciudadanía que no termina de entender por qué esta administración se empeña en atentar contra la economía familiar a través del aumento de impuestos y la tarifa del transporte público-, la sensata rebeldía de María Elena se agradece.

Si la presidenta de Tlaquepaque logra mantenerse en su postura, sin duda marcará un antes y un después en la breve historia de los gobiernos anaranjados.  

• Óscar Ábrego

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Empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista político.

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