Blanco de los primeros misiles para combatir la corrupción de los gobiernos panistas, el Siapa fue motivo de severos cuestionamientos que culminaron con la detención de su ex director Rodolfo Ocampo, acusado de desviación de fondos públicos.
Tras la captura de Ocampo, fueron revelados los malos manejos cometidos con recursos provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo para el malogrado programa “Todos con Agua”.
También fueron exhibidos los contratos donde fueron favorecidos despachos externos y personas físicas para hacerse cargo de la cobranza de la cartera vencida del organismo que a la postre fue otra grotesca bola de nieve: argumentaron ser empleados, fueron a juicio laboral y obtuvieron jugosas indemnizaciones.
El rosario de irregularidades en la operación del organismo del agua de la zona metropolitana, incluía asignación discrecional de obras, licitaciones amañadas, reparto de posiciones políticas y un auténtico descontrol en la supervisión de procesos, administración, compras, adquisiciones, robo hormiga y un largo etcétera.
Tres años después de acuerdo con información que fluye desde el organismo, las condiciones caóticas que se vivieron con Rodolfo Ocampo y se mantuvieron con José Luis Hernández Amaya, persisten en muchas áreas en la actual administración.
El Siapa continúa operando como una arena política donde son repartidas posiciones estratégicas para algunos personajes. El hombre fuerte de la CROC, Alfredo Barba, por ejemplo, mantiene desde años atrás el control de la Dirección de Administración primero a través de José Marull Tomas y ahora por medio de María Luisa Navarro.
Las áreas más importantes distribuidas estratégicamente aparte de la de administración, son la dirección técnica y superintendencias como Calidad del Agua y de Obras. También destacan la Dirección Comercial, la de Ordenamiento Territorial de la que dependen las factibilidades y la dirección de Recursos Humanos.
Hace un año, fue revelado un caso de nepotismo que involucraba a la titular de Recursos Humanos, Leticia Villa Mejía quien le dio empleo a su esposo, a su hermano, a su sobrino, a dos cuñadas y hasta su comadre.
Pero los casos de nepotismo son el pan de cada día. Según fuentes internas, es común que trabajen en el Siapa hermanos, sobrinos, hijos, compadres, ahijados y esposos o esposas de funcionarios.
Por si fuera poco las quejas por licitaciones amañadas continúan. Proveedores que ganan licitaciones pero luego son descalificados, denuncian que siguen favoreciéndose a algunas constructoras.
También se apuntan áreas que tendrían que ser auditadas, como la de factibilidades, departamento que autoriza abasto de agua y descargas a la red de alcantarillado. En teoría, es uno de los rubros de mayor recaudación, sin embargo aunque en la ciudad abundan las construcciones verticales, no corresponden los ingresos reportados.
Un botón de muestra de la escasa supervisión en muchas áreas, son dos contratos firmados por el área de comunicación social: firma contrato con NF Producciones, S. A. de C. V. por un millón 551 mil 724 pesos con 14 centavos (adjudicación directa DGA/SDCS/21/13), para el servicio anual de “diseño, imagen y publicidad” para el Siapa; pero el contrato ampara la vigencia del “10 de diciembre de 2013 al 20 de diciembre de 2013”.
Situación similar pasó con el contrato con Polar Studio, S.C. también por un millón 551 mil 724 pesos con 14 centavos por diseño, imagen y publicidad para el 2014 (adjudicación directa DGA/SDCS731/14), pero el contrato ampara la vigencia del 12 de diciembre de 2014 al 30 de diciembre de 2014.