Tan inmersos estamos los mexicanos en temas de nuestra cotidianidad; cargar gasolina en nuestros vehículos móviles, hacer filas interminables para intentar conseguirla, evitar desplazarnos a grandes distancias para economizarla, proteger nuestra integridad y nuestros bienes de la delincuencia organizada, batallar con la inseguridad, (y todo lo que usted guste agregar), que muy pocos o casi nadie, se detuvo a enterarse y comentar sobre lo que debería ser un escándalo de un presunto soborno relacionado con el ex presidente Enrique Peña Nieto, ventilado en el juicio que se le sigue al presunto narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”.
El martes, un testigo en el juicio contra «El Chapo» Guzmán en Estados Unidos declaró que había dicho a las autoridades que el capo del narco pagó un soborno de 100 millones de dólares al expresidente mexicano Enrique Peña Nieto.
“Alex Cifuentes, quien ha dicho que por años fue socio cercano de Guzmán, discutió el supuesto soborno en el interrogatorio de uno de los abogados del capo en una corte federal de Brooklyn. Cuando se le preguntó si había dicho a las autoridades en 2016 que Guzmán había arreglado el pago del soborno, respondió: «Así es».
La agencia Reuters dijo que no pudo contactar de inmediato a Peña Nieto para recabar sus comentarios. “Su exportavoz y otros exfuncionarios tampoco respondieron de inmediato”.
El colombiano Alex Cifuentes es uno de los hombres de confianza de Joaquín Guzmán Loera, ‘El Chapo’ desde hace más de 10 años; sin embargo, ahora cambió de bando y es testigo de la Fiscalía en el juicio contra el ex líder del Cártel de Sinaloa, en Nueva York, en sus más recientes declaraciones el ex socio de Guzmán aseguró que Enrique Peña Nieto, presidente de México de 2012 a 2018, recibió 100 millones de dólares en sobornos de dicha organización criminal.
De acuerdo con la información dada a conocer, el narcotraficante colombiano vivió con Guzmán Loera en 2007, con el objetivo de ampliar sus mercados en la distribución de cocaína, además de asegurar que el dinero llegara a su familia en el país sudamericano.
Durante seis años más Alex Cifuentes permaneció libre, pero en 2013 fue arrestado en Culiacán, Sinaloa; después fue extraditado a Colombia, de donde más tarde fue enviado a Estados Unidos, pues lo reclamaban las cortes de Nueva York y de Florida, que lo acusaban de traficar varios kilos de cocaína entre 2008 y 2014.
Alex Cifuentes pertenece a una familia de narcotraficantes colombianos, los Cifuentes Villa, vinculados al Cártel del Norte del Valle, a las autodefensas, a Pablo Escobar, así como al Cártel de Sinaloa, pero que entró en el declive con la detención y asesinato de varios de sus integrantes, como fue el caso de Francisco y Fernando Cifuentes.
Jorge Milton Cifuentes está preso en Estados Unidos y también testificó contra ‘El Chapo’; mientras que su hermana Dolly Cifuentes fue arrestada en 2011 en Colombia por trafico de drogas, también se le acusaba de mover más de 30 toneladas de narcóticos para el Cártel de Sinaloa; en 2012 fue extraditada a Colombia, pero quedó en libertad tres años después.
Cifuentes, nacido en Colombia, es uno de cerca de una docena de personas que hasta ahora han testificado contra Guzmán en un juicio que ha ofrecido una ventana al mundo secreto del Cartel de Sinaloa, que fue considerado como uno de los grupos más poderosos del mundo.
Otros testigos del mismo juicio han hecho acusaciones de corrupción contra otros funcionarios de alto nivel en México. El mes pasado uno de ellos acusó a un exfiscal del expresidente Carlos Salinas de Gortari de supuestamente haber recibido sobornos del mismo cártel.
Jesús Zambada, otro miembro del cártel, declaró en noviembre que pagó un soborno multimillonario a un ayudante del actual presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en 2005.
El ayudante no fue mencionado, pero luego Gabriel Regino, funcionario en la Ciudad de México cuando López Obrador fue alcalde escribió en Twitter que una acusación de soborno había surgido contra él en el juicio pero que era falsa.
El juicio de Guzmán, quien fue extraditado de México a Estados Unidos en 2017, comenzó en noviembre pasado por cargos de tráfico de cocaína, heroína y otras drogas como líder del Cartel de Sinaloa.
Cifuentes también declaró el martes que Guzmán le pidió a un socio que pagara un soborno de 10 millones de dólares a un general. El testigo dijo que el soborno nunca se pagó y Guzmán ordenó posteriormente la muerte del socio, lo que nunca se llevó a cabo.
Por no ser la primera vez que el nombre del ex presidente Enrique Peña Nieto se menciona en lo que va del juicio que se sigue al presunto narcotraficante Joaquín Guzmán, sería conveniente que las autoridades iniciaran una investigación y dar seguimiento a los señalamientos que se han hecho en el sentido de que el ex mandatario recibió pago de sobornos por parte de la delincuencia organizada. Peña Nieto no ha sido el único personaje de la política mexicana que ha sido mencionado como receptor de dinero del narco, por lo que no resultaría descabellado que se inicien otras indagatorias.
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