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AMLO, a la basura casi 200 mil millones

Primera parte

No porque ya sabíamos que la cancelación del proyecto del aeropuerto internacional de Texcoco (NAIM) la pagaríamos los mexicanos y nuestras próximas generaciones, deja de causar enojo y coraje enterarnos del enorme despilfarro, de los miles de millones de pesos tirados a la basura por un estúpido capricho de Andrés Manuel López Obrador, quien en su enorme deseo de venganza y de destruir todo lo que no hizo él, ordenó su destrucción a cualquier costo.

Y lo anterior viene a propósito de la reciente investigación que realizó el equipo de Aristegui Noticias y que dio a conocer en un par de artículos que, por no tener desperdicio respecto al trabajo realizado por la periodista Regina Diez Gutiérrez, me permitiré compartir íntegro en varias entregas a partir de hoy.

“EL GRAN CAPRICHO DE AMLO”
Desvíos e irregularidades por cancelación del NAIM

La decisión presidencial de cancelar el proyecto del aeropuerto internacional de Texcoco (NAIM) les va a costar a los pasajeros del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) 196 mil 350 millones de pesos.

La orden del presidente Andrés Manuel López Obrador de suspender la construcción del NAIM ha provocado una cadena de irregularidades que abogados expertos en derecho aeronáutico consideran violatorias de las leyes del sector, al grado de que podría fincarse una responsabilidad penal por el delito de peculado contra las autoridades ejecutoras.

El costo financiero del capricho del presidente López Obrador de cancelar el aeropuerto de Texcoco, está siendo financiado directamente por los pasajeros del AICM, que con sus Tarifas de Uso de Aeropuerto (TUA) están pagando 196 mil 350 millones de pesos de la deuda que dejó el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), concesionario gubernamental del NAIM; y también de forma indirecta por todos los mexicanos, que a través de sus impuestos, financian los recursos adicionales que se le otorgan al aeropuerto Benito Juárez para que pueda seguir operando.

El adeudo que se está pagando -con el dinero que se les cobra a los pasajeros por el uso del aeropuerto capitalino-, está configurado por un capital de 4,200 millones de dólares más intereses. Los 196 mil millones equivalen a 130 años del presupuesto programado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para el propio aeropuerto capitalino para 2024; a mil 187 millones de vacunas Covid al precio que las compró el Gobierno Federal; a 37 años de presupuesto para el Senado de la República; a 181 años de presupuesto para el INAI o a 32 años del presupuesto asignado este año a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El uso de la TUA para algo ajeno a lo establecido en el Programa Maestro de Desarrollo del AICM va en contra del propósito original de la tarifa y representa un desvío de fondos que viola la Ley de Aeropuertos y su reglamento, señalan los abogados especialistas en derecho aeronáutico, Rogelio Rodríguez Garduño y Pablo Casas Lías.

Este desvío -firmado a 30 años con los acreedores de deuda del proyecto de Texcoco- pone a los usuarios del AICM en riesgo por las malas condiciones que tiene el principal aeropuerto de México y América Latina, debido a la falta de recursos económicos para atender desperfectos y cubrir sus requerimientos operativos y de seguridad.

Alejo Botello, actual Subdirector de Finanzas del AICM, admitió en entrevista para Aristegui Noticias que le preocupa que suceda un accidente “grave” en la parte ‘Aire’ del aeropuerto (pistas, aviones, aterrizajes y despegues) por la falta de mantenimiento en sus instalaciones.

De acuerdo con la ley, el mantenimiento, modernización e inversión del AICM debería estar garantizado económicamente por la TUA, pero el uso de este ingreso para pagar la deuda causada por la decisión del presidente López Obrador, provoca que el actual Gobierno tenga que destinar recursos adicionales del Presupuesto Federal para cubrir los déficit del aeropuerto.

El origen de una deuda irregular
La cancelación del NAIM fue una de las principales consignas de Andrés Manuel López Obrador durante su campaña presidencial en 2018, pero ya como presidente electo reconoció que no estaba totalmente convencido de poner fin a la magna obra que se estaba construyendo en Texcoco.
En febrero de 2023, el presidente reveló durante un acto en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que después de su victoria en las elecciones presidenciales de 2018, solicitó a Alfonso Romo, quien sería su jefe de la Oficina de la Presidencia; a Carlos Urzúa, su primer secretario de Hacienda; y a Javier Jiménez Espriú, quien fue designado secretario de Comunicaciones y Transportes; que elaboraran un informe detallado con el fin de tomar una decisión sobre la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM).
“Teníamos ya que resolver y les pedí que valoraran todo y se decidiera si continuábamos con el aeropuerto de Texcoco o se construía el Aeropuerto Felipe Ángeles y me entregaron el dictamen, una tarde, y los tres coincidían que había que continuar con el NAIM”, aseguró.
“No dormí esa noche porque yo no estaba convencido”, recordó. Por lo que la mañana siguiente anunció la realización de una consulta ciudadana que decidiría el futuro de una de las obras más importantes del sexenio de Enrique Peña Nieto.
La consulta, que duró 3 días, fue ampliamente cuestionada por constitucionalistas, empresarios y analistas, por no tener fundamento legal para ser vinculante. No obstante, el lunes 29 de octubre de 2018, antes de tomar protesta como presidente, López Obrador, ofreció una conferencia de prensa en la que dio a conocer los resultados de la consulta ciudadana y anunció la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Junto con el anuncio, propuso construir dos pistas adicionales en la Base Militar de Santa Lucía, reactivar el Aeropuerto de Toluca y mejorar el funcionamiento del AICM, para solucionar el problema de congestión aérea capitalina.

Cinco años después de ignorar el dictamen de sus consejeros y usar como excusa una consulta no vinculante, los pasajeros que vuelan desde la Ciudad de México viven las consecuencias del Capricho de López Obrador de cancelar el NAIM.

Para suspender el proyecto se argumentaron “posibles actos de corrupción o daño patrimonial”. A la fecha, no se ha presentado ningún tipo de denuncia en ese sentido. También se manifestaron las inconveniencias respecto a las “condiciones físicas y químicas en el suelo y subsuelo desfavorables para la construcción y el mantenimiento del aeropuerto”. Al respecto, hubo posturas divergentes de especialistas nacionales e internacionales.

Hoy se tiene un Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles que solo movilizó a 2.6 millones de pasajeros en 2023; un Aeropuerto de Toluca que tiene 400,000 pasajeros menos que hace 10 años y un Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México saturado y que carga con la mayor consecuencia del capricho: una doble tributación de los pasajeros y el riesgo de un accidente para sus usuarios.

No aceptan la responsabilidad: Condenan al AICM y sus pasajeros
a pesar de que la orden de terminar con el proyecto del aeropuerto de Texcoco fue del presidente López Obrador, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no afrontó la decisión de absorber la deuda que se tenía con los tenedores de bonos.
Para la construcción del NAIM, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), constituido por el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto para su operación, contrató a través de Nacional Financiera, vía tenedores internacionales de bonos, una deuda de 6,000 millones de dólares.
Al cancelarse el proyecto, se recompraron 1,800 millones de dólares de la deuda con parte del dinero privado que ya no se iban a gastar en la construcción y que se encontraba en el Fideicomiso de Desarrollo. Quedó entonces una deuda pendiente de 4,200 millones de dólares -más intereses- que hoy pagan -sin mucha conciencia de ello- los pasajeros del AICM.
“Fue decisión del Gobierno Federal tomar la TUA y utilizarla para pagar el NAIM”, confirmó el Vicealmirante Carlos Velázquez Tiscareño, actual director del AICM, en entrevista para Aristegui Noticias.
Esa deuda que pagan los pasajeros que vuelan desde la capital del país hacia otra entidad federativa o fuera de México, les está saliendo cara.
A los 4,200 millones de dólares iniciales se les suman los intereses prometidos a los tenedores de bonos.

Según datos brindados por el mismo AICM, entre 2019 y el 31 de diciembre de 2022, se desviaron al fideicomiso 35 mil 780 millones de pesos de la deuda.
Para esa misma fecha, los estados financieros del aeropuerto muestran que faltaban por pagar 81 mil 318 millones de pesos -sólo de los bonos- y otros 79 mil 251 millones de pesos de los intereses garantizados a los tenedores. Es decir, que el adeudo total, sumando intereses y capital, es de 160 mil 570 millones de pesos.
La cifra de 196 mil 350 millones de pesos referida en este reportaje se calculó con la deuda total al 31 de diciembre de 2022 (previamente mencionada), más 35 mil millones, “monto acumulado de 2019 a 2022 por TUA recolectada vía fideicomiso”, de acuerdo con una respuesta que el mismo AICM mandó a este medio.

La TUA y el desvío
El uso de las TUAs para el pago de los bonos, propiedad de los inversionistas- está envuelto en una serie de irregularidades y complicidades que, según Pablo Casas Lías, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico-Aeronáuticas (INIJA), podrían tener consecuencias administrativas y penales para algunos de los más altos funcionarios del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La Tarifa de Uso de Aeropuerto no es un impuesto, ni una contribución al Estado. Es una tarifa autorizada a los aeropuertos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para cobrarle a los pasajeros por utilizar sus instalaciones, legalmente dispuesta para financiar los Programas Maestros de Desarrollo (PMD) con los que se construyen, operan y mantienen los aeropuertos.
Estas tarifas se cobran, conforme a la Ley de Aeropuertos, para financiar los PMD y la operación diaria, a los que están obligados los concesionarios aeroportuarios.
El uso de la TUA para un fin ajeno a lo establecido en el PMD va en contra del propósito original de la tarifa y representa un desvío administrativo de fondos violatorio de la Ley de Aeropuertos y su reglamento, señalan los abogados especialistas en derecho aeronáutico, Rodríguez Garduño y Casas Lías.

Hasta finales de 2023, se calcula que47,000 millones de pesos fueron cedidos por el AICM para pagar una deuda que solicitó otro concesionario y una cancelación que decidió el Titular del Poder Ejecutivo.
Por haber comprometido originalmente sus TUAs para la construcción del NAIM, el Aeropuerto Internacional Benito Juárez quedó como único garante del pago de los bonos por 30 años (hasta 2048). Así, se condenó al AICM a una situación financiera que el mismo aeropuerto califica como ‘poco alentadora’.
El Programa Maestro de Desarrollo (PMD) del AICM describe la situación como “circunstancias [que] generan una duda significativa acerca de la capacidad de la entidad para hacer frente a los compromisos en los próximos años”.
Velázquez Tiscareño relató en entrevista que a final del mes, después de cubrir todos los gastos del aeropuerto, el AICM solo tiene ganancias por 250 mil pesos, a pesar de recibir miles de millones de pesos al año por concepto de TUA. Así, la decisión de López Obrador y la cancelación por el Gobierno Federal han dejado al AICM sin fuente de financiamiento.
Sin embargo, este pasado 1 de enero, el precio de las TUAs del AICM aumentó un 3.2%. El costo actual de las tarifas es de 28.95 dólares para vuelos nacionales (578 pesos) y de 54.96 para internacionales (1,098 pesos).
En enero de 2023, las TUAs del AICM habían aumentado ya un 7.7%.

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@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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