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Jalisco no es un lugar seguro para vivir

Jalisco ostenta el nada honroso tercer lugar a nivel nacional entre las entidades que encabezan la estadística de homicidios dolosos, superado únicamente por Guanajuato y Estado de México. En Jalisco, de acuerdo a las cifras del propio gobernador Enrique Alfaro Ramìrez, se cometieron 226 asesinatos en mayo y la misma cantidad en junio. La estadística es funesta y contundente; en nuestra entidad se cometen en promedio 7.5 asesinatos por día. La lectura no deja lugar a supuestos; Jalisco no es un lugar seguro para vivir.

Han transcurrido poco más de siete meses desde que Enrique Alfaro Ramirez tomó las riendas de este estado y su mano no se ha dejado sentir en ningún aspecto de la vida de los jaliscienses. La ciudadanía sigue padeciendo el principal flagelo que es la inseguridad, la falta de servicios médicos, carencias de agua potable, crecimiento económico y desarrollo regional.

En el tema de la seguridad, de acuerdo a las cifras que proporciona mes a mes el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), Jalisco se ubica en el tercer lugar en el pais en homicidios dolosos. El tercer sitio también es para nuestra entidad en cuanto al número de feminicidios con 104 tan solo de enero a mayo de este año.

En casos de lesiones culposas donde las víctimas son mujeres, 425 jaliscienses fueron lesionadas en los primeros cinco meses de 2019. Así pues, los números oficiales juegan en contra para la nueva administración gubernamental.

Las cifras de Enrique Alfaro, conforme al corte y avances en materia de seguridad de junio que dio a conocer este jueves, no distan mucho de la estadística nacional.

Por ejemplo, señaló que el mes pasado se registraron 226 homicidios en la entidad, mismos casos reportados en mayo, cifras ante las que reconoció que no hay avance en la reducción de este delito. Además mencionó que por cada 100 mil habitantes la tasa de homicidios fue de 2.73 en el mes pasado.

En el combate a este ilícito de alto impacto dijo que será fundamental el apoyo que brindará la presencia de la Guardia Nacional en la entidad. Enrique Alfaro volvió a atribuir el alto número de homicidios en la entidad a las disputas entre carteles, “se están matando entre ellos” dijo en alguna ocasión, y aunque su dicho fue motivo de duras críticas, volvió a relacionar la alta incidencia de asesinatos a las pugnas entre células de la delincuencia organizada al mencionar:

“Es un tema que está asociado a cuestiones complejas que tienen que ver con lo que está sucediendo con el crimen organizado y es una tarea en la que vamos a seguir trabajando hasta que logremos revertir este número”.

Según el mandatario, en donde sí se avanzó, fue en la reducción de los delitos patrimoniales, ya que dijo se registró una disminución de 231 casos respecto a mayo: de 4 mil 382 se pasó a 4 mil 151 ilícitos en junio, lo que ubica la tasa en 50.12 casos por cada 100 mil habitantes.

La disminución de ilícitos previo a la GN, Enrique Alfaro la atribuyó a la coordinación entre los tres niveles de gobierno.

Pero los jaliscienses tienen “otros datos”; en su cotidianidad, los robos en sus distintas modalidades ocurren de manera recurrente; robos de celulares, robo a negocios y casas habitación, se registran en cifras alarmantes aunque en la estadística no figuran como realmente ocurre gracias a que las víctimas no denuncian.

En cuanto al robo de autos, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), revela que tan solo en Guadalajara cada día despojan en promedio a 36.3 propietarios.

Alfaro Ramírez ha incumplido prácticamente todas sus promesas, pero principalmente ha fallado en devolver la tranquilidad a los jaliscienses que cada día y con mayor frecuencia conocen de hallazgos de fosas clandestinas, cuerpos embolsados, “levantones” y ejecutados, pero que también son víctimas de agravio en sus pertenencias

En el tema del agua, Enrique Alfaro firmó hace pocos días un acuerdo con Guanajuato que le quita a los jaliscienses el 24 por ciento del embalse del Río Verde, pero tampoco ha volteado a ver casos de extrema urgencia como son el saneamiento del Río Santiago o del lago de Chapala donde habitantes de la Ribera padecen graves enfermedades a causa de la contaminación de las aguas.

Por si fuera poco, en Jalisco sigue estando prohibido enfermarse por las noches, los días festivos y fines de semana, pero principalmente en zonas del interior del estado, donde ante la inseguridad, la falta de médicos, de centros de salud dignos y de medicamentos, la gente queda condenada a su suerte.

El turismo, el crecimiento económico y el desarrollo regional están en el completo olvido. Llevar maquinaria pesada a las regiones a través de un contrato multimillonario para favorecer a sus amigos, enmarcado por conflicto de intereses, favoritismo, opacidad y con un fuerte hedor a corrupción, no resuelve las necesidades de los habitantes.

Estos siete meses, para los jaliscienses, han sido prácticamente de seguimiento, cambiaron las autoridades en el poder pero nada se ha modificado en su vida diaria.

Nada de lo hecho por Alfaro ha logrado llamar su atención, si acaso lo más presente que tiene la gente en su mente son las ausencias estratégicas del gobernador en momentos críticos como el devastador incendio en el bosque de La Primavera, en el desbordamiento del Río ‘Salsipuedes’ y en situaciones apremiantes de violencia como el enfrentamiento registrado hace algunos días en que el crimen organizado atentó contra agentes de la Fiscalía General del Estado que dejó saldo de dos policías muertos. El feminicidio a las Puertas de Casa Jalisco y las manifestaciones de familiares de personas desaparecidas, es lo que está también en la mente de la gente.

En campaña, Enrique Alfaro alardeó que en 100 días habría ya dividendos positivos, pero de eso no hay nada; seguimos padeciendo la falta de efectividad, de estrategias, de planeación, de soluciones, de resultados. Siete meses sin cuentas favorables; ese es el saldo en lo que va de la nueva administración que en su arranque prometió y anunció con bombo y platillo una “Refundación” que no se ve por dónde pueda darse ante el nulo avance en los temas de interés para la sociedad jalisciense y el mediocre desempeño de las autoridades.

Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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