El gobierno de Luis Munguía ha dado un paso importante para la salud infantil en Puerto Vallarta al ser el primer municipio en Jalisco en apoyar a niños con cardiopatías congénitas, a través de la asignación del recurso de un millón de pesos a la Organización No Gubernamental “Ayuda Corazón de Niño A.C.”.
Estos fondos se utilizarán para la intervención médica especializada de 10 niñas y niños vallartenses con cardiopatía congénita y esta acción se enmarca en la primera jornada “Unidos de Corazón”, que se llevará a cabo del 3 al 10 de abril de 2025 por la “Alianza Unidos de Corazón” en colaboración con Hospiten Vallarta.
El impacto de este proyecto es significativo, ya que salvaguardará la vida de 10 niños que actualmente enfrentan largos periodos de espera para recibir tratamiento por falta de recursos económicos.
Además, este proyecto busca reducir la tasa de mortalidad infantil por cardiopatía congénita en el municipio y fortalecer la infraestructura médica local. “Ayuda al Corazón de Niño” es una organización sin fines de lucro con más de 20 años de experiencia en la atención de niños con cardiopatía congénita, y ha tenido un impacto significativo en estados como Baja California Sur y Quintana Roo.

Las cardiopatías congénitas son el grupo de malformaciones más frecuentes en los recién nacidos en México, afectando a aproximadamente 18 de cada 1,000 bebés, según datos de la Secretaría de Salud. Estas anomalías en la estructura o función del corazón pueden variar en gravedad, desde defectos leves que no requieren tratamiento inmediato hasta condiciones complejas que ponen en riesgo la vida del niño.
Entre las más comunes se encuentran la comunicación interventricular, la tetralogía de Fallot y la transposición de grandes arterias. Aunque algunas pueden corregirse con cirugía, el acceso al tratamiento es desigual en el país, con estados donde la infraestructura hospitalaria es limitada y dificulta la atención oportuna.
El diagnóstico temprano es clave para mejorar el pronóstico de los niños con cardiopatías congénitas, pero en México aún existen barreras para su detección en etapas prenatales y neonatales. La falta de especialistas, el alto costo de los procedimientos y la saturación de hospitales públicos hacen que muchos niños enfrenten largas esperas para recibir cirugía.