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Abengoa, torcido desde el principio

Ahora que por distintos caminos el gobernador Aristóteles Sandoval y el alcalde Enrique Alfaro coinciden en debatir sobre el agua que iría del Río Verde a la ciudad de León, Guanajuato, convendría de una buena vez enfocar las baterías contra el malogrado acueducto y muy especialmente hacia la compañía Abengoa.

Ganadora de una licitación el 19 de septiembre de 2011 para construir la obra por cuatro mil 569 millones de pesos, el grupo español firmó el contrato el 14 de octubre de 2011 en la ciudad de León, Guanajuato (aunque en el contrato, página 66, dice que fue en Guadalajara, Jalisco), trabajos que debería haber concluido el 14 de octubre de 2014.

A lo largo de estos años, el consorcio hispano ha vivido sumido en la zozobra por encontrarse en concurso mercantil (técnicamente en quiebra) tanto en España como en México, lo que ha motivado constantes retrasos aunque no le han impedido haber recibido 680 millones de pesos del Fideicomiso de Administración del acueducto y cien millones de pesos más del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (Sapal), para sumar 780 millones de pesos.

Abengoa buscó una alianza para vender su concesión a Prana Capital, división de Infraestructura y Energía de Artha Capital, quien obtendría el 80 por ciento de la concesión de 25 años para administrar el acueducto.

Pero la empresa a través de una subsidiaria, se encargaría de potabilizar y entregar hasta 3.8 metros cúbicos de agua a Léon y 1.8 metros cúbicos a poblaciones de Los Altos de Jalisco, servicio por el que cobraría mensualmente 39 millones 696 mil pesos, unos 476 millones de pesos anuales y cerca de 12 mil millones de pesos al término de la concesión de 25 años.

Además del incumplimiento de contrato por no haber construido y entregado la obra en tiempo y forma, desde la propia adjudicación de la licitación fue severamente cuestionada por la firma invitada por la Comisión Nacional del Agua (CNA) para fungir como observadora del proceso.

De acuerdo con el informe final del Instituto Mexicano de Auditoría Técnica, A. C. (IMAT), sobre el Concurso Público Internacional CNA-SGAPDS-OCLSP-JAL-GTO-10-001-CP (cuya copia posee este columnista), existieron irregularidades suficientes para haber desechado la propuesta de Abengoa.

El IMAT, invitado por la CNA a través del organismo Cuenca Lerma Santiago Pacífico, revela que la información de las bases fue insuficiente, además de considerar en la misma un solo material de construcción.

La observadora cuestionó que Abengoa presentara en su apartado de experiencia técnica al gerente en ingeniería, Yordi Vidal Pujol, quien nació el dos de febrero de 1973 y se graduó en 1990, lo que significa que tendría apenas 17 años al terminar la universidad.

También precisó que la firma española presentó su propuesta técnica en inglés lo que viola la convocatoria en el punto 13.1 al no presentar traducción y apostillamiento; además el planteamiento económico lo hizo sin análisis comparativo o en cero pesos.

El IMAT señala que el contrato firmado estaba manchado, borroso, con páginas en blanco y sin subsanarse las observaciones realizadas por parte del instituto a lo largo del proceso.

Derivado de todo lo anterior, Instituto Mexicano de Auditoría Técnica, A. C. concluye en su informe final:

“Tomando en cuenta todas las observaciones y recomendaciones plasmadas en este Informe Final y en los diversos informes previos durante el proceso de este procedimiento (sic) de contratación pública, el Observador Social, no puede validar que el Concurso Público Internacional CNA-SGAPDS-OCLSP-JAL-GTO-10-001-CP, se haya desarrollado con total equidad, transparencia y legalidad”.

• Paralelo Veinte

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