La compañía Rasaland, impulsora del polémico proyecto de Chalacatepec, es centro de una nueva polémica al descubrirse que tiene sus recursos asentados en Malta, un paraíso fiscal.
Esto quiere decir que el socio del gobierno de Jalisco a través del Instituto de Pensiones del Estado, estaría evadiendo impuestos en una triangulación que incluiría fondos provenientes de otros paraísos fiscales.
Pensiones del Estado invirtió en 2010 un total de 89 millones de dólares provenientes del fondo de ahorro de los trabajadores estatales, para asociarse con Rasaland en el desarrollo de Chalacatepec, un complejo turístico que estaría asentado en mil 200 hectáreas.
Sin embargo, una serie de litigios con campesinos del ejido José María Morelos, derivaron en un amparo que mantiene frenadas las obras.
Una red de periodistas englobada en el European Investigative Collaborations (EIC, por sus siglas en inglés), incluyó a trece medios de comunicación y 49 periodistas de 16 países para realizar una investigación sobre el pequeño país de Malta y encontró 150 mil documentos comprometedores.
La investigación colectiva denominada Malta Files o “Papeles de Malta” (en alusión a “Papeles de Panamá”), reveló que entre las compañías que tienen su base de operaciones en la diminuta isla se encuentra Rasaland, socia de Pensiones en Chalacatepec.
Dentro de los Malta Files, el periódico español El Mundo, dio seguimiento a la pista de empresarios de ese país que invierten en Rasaland y contactó también a Paralelo 20 para terminar la investigación.
En Rasaland Investors PLC, la cabecera maltesa del proyecto, participan prominentes familias mexicanas, el fondo Texas Pacific Group-Axon, fondos de Goldman Sachs y 25 inversores españoles, la mayoría miembros de la vieja aristocracia empresarial vizcaína afincada en el barrio de Neguri (Getxo).
El holding maltés Rasaland se creó en febrero de 2008 para invertir en resorts en México. El negocio surgiría, según la firma, de coordinar el proceso de privatización de los terrenos, su compra agregando áreas dispersas y propiciando en ellas grandes planes urbanísticos.
Sin embargo, nueve años después, aún no ha podido colocar un solo ladrillo en Xala (como le llaman ahora a Chalacatepec), su principal enclave: 1.268 hectáreas de suelo agrícola y rústico en el municipio de Tomatlán, Jalisco que en su día fue bautizado como el Nuevo Cancún. Un terreno, «consolidado, con un frente de playa de 8 kilómetros y con una laguna rodeando el predio», explica la promotora.
Los impulsores de Rasa Land son la familia Bremer, afincada en Jalisco y clave en la compra de las tierras, y el financiero Allan Sanginés-Krause, histórico directivo de Goldman Sachs, hoy al frente de BK Partners, la firma que orquesta la operación desde el principio. Ante la necesidad de socios financieros crearon una estructura de filiales en Luxemburgo, Holanda y México con base en Malta, un país de la Unión Europea atractivo por los descuentos fiscales que ofrece a los inversores que se instalan en él.
En sus últimas cuentas disponibles en el registro de Malta, Rasaland Investor PLC reconoce un patrimonio de 267 millones de dólares, pero el potencial de revalorización de sus activos es enorme. El holding tiene 15 inversionistas. La principal de ellas, Activos Turísticos de México, es copropietaria también del hotel de cinco estrellas Four Seasons de Ciudad de México.
Junto a Goldman Sachs, TPG, o los socios españoles, en Rasa Land participan conocidos empresarios como Isaac Hamui (4,2%), dueño del Grupo Julio, una decena de inversores individuales británicos y fondos radicados en Belice, Islas Caimán y Guernsey, que ocultan la identidad de sus titulares.