jueves, abril 17

“Navarro es más tonto que un saco de ladrillos”, dice Musk

Elon Musk volvió a generar polémica tras lanzar fuertes críticas contra Peter Navarro, exasesor comercial de Donald Trump, por cuestionar el papel de Tesla como fabricante. En declaraciones televisivas, Navarro afirmó que Musk “no es un fabricante de automóviles, sino un ensamblador”, lo que provocó una dura reacción del empresario sudafricano.

A través de su red social X, Musk respondió sin filtros:

“Navarro es un auténtico imbécil. Lo que dice aquí es manifiestamente falso. Tesla tiene la mayor cantidad de coches fabricados en Estados Unidos. Navarro es más tonto que un saco de ladrillos”.

El multimillonario también ironizó sobre “Ron Vara”, un personaje ficticio que Navarro utilizaba para respaldar argumentos.

 “Sea cual sea la definición, Tesla es el fabricante de automóviles más integrado verticalmente en Estados Unidos, con el mayor porcentaje de contenido estadunidense”.

Además, citó un estudio de Cars.com que ubica a Tesla como responsable de cuatro de los cinco modelos más fabricados en EU durante 2023.

El conflicto surge en un contexto marcado por el malestar de Musk ante los nuevos aranceles impuestos por Trump, política en la que Navarro tuvo un rol central. En respuesta, el exasesor declaró:

“Elon vende coches. Simplemente está protegiendo sus propios intereses”, y cuestionó su formación académica como base para criticar las decisiones económicas del expresidente.

Aunque Musk ha evitado confrontar directamente a Trump, sí ha manifestado su rechazo a los aranceles. Recientemente compartió un video de Milton Friedman sobre el comercio global y, en una videollamada con Matteo Salvini, declaró:

“Tanto Europa como Estados Unidos deberían avanzar hacia una situación de arancel cero… creando efectivamente una zona de libre comercio”.

El pasado 2 de abril de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, implementó aranceles del 25 por ciento a todos los automóviles no fabricados en territorio estadounidense, una medida que entró en vigor de inmediato y que promete reconfigurar el comercio internacional.

Según la Casa Blanca, este gravamen, que afecta importaciones valuadas en más de 460 mil millones de dólares anuales, busca revitalizar la industria automotriz estadounidense. Sin embargo, expertos y líderes mundiales advierten sobre sus severas consecuencias económicas.

De acuerdo con un análisis de Anderson Economic Group, el costo de los vehículos en Estados Unidos podría aumentar entre 4 mil y 10 mil dólares, dependiendo del modelo, debido a los aranceles sobre piezas y autos terminados provenientes de países como México, Canadá, Japón y Alemania.

Este incremento, sumado a una posible inflación derivada de la disrupción en las cadenas de suministro, amenaza con reducir el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. La Comisión de Comercio Internacional de EU estima que las importaciones podrían caer un 75 por ciento, mientras los precios internos subirían un 5 por ciento.

México, principal proveedor de autos y autopartes a Estados Unidos, enfrenta un panorama crítico.

Aunque el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) exime temporalmente a ciertas piezas, la industria automotriz mexicana, que exportó 182 mil millones de dólares en 2024 según el Departamento de Comercio, podría ver mermada su competitividad.

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