miércoles, junio 11

Incendios forestales, historia repetida

Durante 2024, Jalisco se posicionó nuevamente entre los estados más afectados por incendios forestales en México. A lo largo del primer semestre del año, se registraron 954 siniestros que afectaron una superficie de 117,015 hectáreas. Esto convierte a la entidad en la tercera con mayor número de incendios y en la quinta con más superficie afectada, superada solo por estados como Oaxaca, Guerrero y Chiapas.

La magnitud del daño en 2024, si bien menor que en 2023 —cuando se perdieron casi 194 mil hectáreas—, sigue siendo alarmante. Es el tercer año más crítico en la historia reciente de Jalisco, después de los desastrosos registros de 2023 y 2017. En promedio, cada incendio durante esta temporada afectó 122 hectáreas, una extensión que equivale a más de 170 campos de fútbol por siniestro.

Los incendios forestales se clasifican en tres tipos: superficiales, de copa y subterráneos. Los primeros son los más comunes y menos destructivos, ya que consumen únicamente la vegetación baja. Los incendios de copa, en cambio, se propagan entre las ramas altas de los árboles y suelen ser más peligrosos y difíciles de controlar. Los subterráneos, aunque poco visibles, son los más persistentes, al propagarse entre raíces y materia orgánica del suelo.

Las principales causas de los incendios son actividades humanas. Se estima que cerca del 96% de los siniestros en Jalisco fueron provocados por acciones como quemas agrícolas mal controladas, fogatas, colillas de cigarro o incendios intencionales con fines de cambio de uso de suelo. El 27% fueron causados de forma deliberada, y otro 18% por actividades productivas como la ganadería o agricultura.

La temporada de estiaje, que tradicionalmente abarca de febrero a junio, se prolongó en 2024 debido a la falta de lluvias y a la sequía severa que afectó al 80% del territorio nacional. Las olas de calor, que en Jalisco superaron los 42 grados centígrados, convirtieron los pastizales secos en material inflamable, acelerando la propagación del fuego en zonas serranas, rurales e incluso periurbanas.

El gobierno estatal movilizó a más de 1,950 combatientes forestales en 191 brigadas distribuidas en todo el estado. Se utilizaron cinco helicópteros para descargas de agua y transporte de brigadistas, además de 221 vehículos y 19 torres de detección. Pese al despliegue, los recursos humanos y materiales resultan insuficientes ante incendios simultáneos y de gran magnitud.

La ley contempla castigos severos para quienes provoquen incendios. Las multas van de 100 a 20 mil veces la Unidad de Medida y Actualización, es decir, de 10 mil a 2 millones de pesos. En casos graves, como los que provocan daños a áreas naturales protegidas o buscan cambiar el uso de suelo, se puede imponer hasta 12 años de prisión. No obstante, la aplicación de estas sanciones es escasa.

La recurrencia de incendios forestales en Jalisco y el aumento de su intensidad son señales del deterioro ambiental y de la falta de conciencia. Urge fortalecer las acciones preventivas, mejorar la vigilancia y promover una cultura de respeto al medio ambiente. Jalisco no puede seguir perdiendo sus bosques y selvas cada año sin consecuencias reales para quienes provocan el desastre.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *