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¿Y dónde está el secretario?

Todas las mañanas en la lateral del periférico norte, miles de automovilistas enfrentan un auténtico calvario. Y si llueve, el episodio se transforma en una tragedia.

El lunes pasado, por ejemplo, un accidente sobre la “herradura” (paso elevado de retorno) a la altura de la prepa 10, ocasionó un gigantesco embotellamiento que trastocó la vida de quienes tuvieran la desdicha de circular por ahí.

Pero con accidente o sin haberlo, la zona es probablemente de las más conflictivas en la ciudad y ésta se agrava por las obras de la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano en su cruce con la avenida Tesistán, donde también automovilistas, choferes del transporte público y motociclistas, padecen un “embudo” para circular de oriente a poniente por ese crucero y tienen que invadir banquetas y camellones.

Por increíble que parezca, no existen operativos de la Secretaría de Movilidad para auxiliar a los conductores, elementos viales, patrullas, avisos y por supuesto rutas alternas para agilizar la vialidad.

El periférico poniente por las mañanas desde el cruce con Tesistán y hasta la avenida Vallarta, es un enorme estacionamiento debido al lento flujo vehicular y por las calles laterales a la altura de Santa Margarita y Santa Esther, se dan auténticos “duelos del oeste” para ganar cada metro bajo los puentes para cruzar de un punto a otro de ambos lados del periférico.

Bajo la estación de la línea 3 ubicada en Terraza Belenes, está inutilizado el tramo de la avenida Tesistán de oriente a poniente y concentran a conflujo por el carril de poniente a oriente a todo el tráfico que proviene de decenas de nuevos fraccionamientos ubicados en Nuevo México y carretera a Colotlán.

En ese sitio no hay agentes viales y son los trabajadores de las constructoras que realizan la obra del tren quienes con banderolas naranjas intentan poner orden.

Irónicamente, se supone que el Proyecto Ejecutivo de la Línea 3 ya consideraba un apartado denominado Programa de Desvío del Tráfico Durante la Obra, el cual señala que “se ha diseñado una estrategia para reducir al máximo las posibles afectaciones tanto al tráfico vehicular como a las actividades cotidianas de la población”.

Sin embargo, la mayor parte de las “estrategias” es imposible conocerlas ya que en el citado programa del portal web de la SCT, 33 de las 43 láminas aparecen en negro por lo que no es posible conocer los detalles y sobre todo las bondades de las acciones para atender el desvío del tráfico, como denuncié en marzo pasado en esta columna bajo el título (muy certero): “Los mártires de la Línea 3”.

Lo extraño es que la Secretaría de Movilidad  no intervenga en este problema y exija por ejemplo la apertura (aunque sea parcial) del carril oriente-poniente de la avenida Tesistán. Otro ejemplo de las fallas en ingeniería vial de la secretaría, tiene que ver con los carriles centrales del periférico norte a la altura de la prepa 10.

Para acceder al retorno elevado hay que tomar la lateral un kilómetro antes y pasar tres cruceros y un semáforo. Cuando avancen las obras del paso a desnivel de periférico y Parres Arias, la lateral será otro embudo que juntará a quienes van por la avenida y los que buscan regresar hacia Las Cañadas.

Pero la solución es muy simple: abrir un acceso al retorno elevado desde carriles centrales para quienes busquen usar la “herradura” y aunque cierren los pasos centrales por el paso a desnivel, desfogaría el numeroso tráfico hacia esa parte sin afectar las laterales.

¿Sería demasiado pedir que el secretario de Movilidad, Servando Sepúlveda, circulara por las mañanas por el lugar y conociera lo que enfrentan miles de automovilistas diariamente?

• Paralelo Veinte

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