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A pesar de ser el equipo más rico del mundo, los Vaqueros de Dallas enfrentan una debacle que tiene a sus millones de fanáticos decepcionados. Propiedad de Jerry Jones desde 1989, el equipo ha visto su valor alcanzar los 9 mil millones de dólares, según Forbes, y genera ingresos de aproximadamente mil millones de dólares anuales gracias a sus contratos de televisión, patrocinios, y una base de fans estimada en 8 millones solo en Estados Unidos. Sin embargo, esta gran riqueza no ha sido suficiente para lograr el éxito en el terreno de juego, donde las expectativas han caído cada vez más.
En la actual temporada, los Vaqueros se encuentran nuevamente en la lona, sumando derrotas y generando dudas sobre su capacidad de llegar a la postemporada. Con un historial de solo tres victorias de playoffs desde 1996, el equipo no ha logrado avanzar al Super Bowl desde su última aparición en 1995, cuando ganó el título bajo la dirección de Troy Aikman, Emmitt Smith y Michael Irvin. Este contraste entre la fortuna financiera del equipo y sus pobres resultados deportivos ha dado lugar a crecientes críticas y frustración en la afición, que sigue siendo una de las más leales, pero también una de las más críticas.
El AT&T Stadium, conocido como “Jerry World” y hogar de los Vaqueros, es uno de los estadios más costosos y modernos del mundo, con un valor de construcción que superó los 1.15 mil millones de dólares en 2009. Este lujoso escenario recibe a más de 90 mil personas en sus juegos más concurridos y genera ingresos multimillonarios en cada jornada, pero la magia de este imponente recinto no ha sido suficiente para inspirar a los Vaqueros a alcanzar el nivel que esperan sus seguidores. Cada partido en casa se convierte en un recordatorio del enorme contraste entre los ingresos del club y su falta de éxito en el campo.
A lo largo de los últimos años, Dallas ha intentado varias estrategias para romper su mala racha. Ha realizado cambios en el cuerpo técnico y ha hecho grandes inversiones en jugadores como Dak Prescott y Ezekiel Elliott, sin obtener los resultados esperados. Prescott, quien firmó un contrato de 160 millones de dólares en 2021, ha enfrentado lesiones y ha mostrado inconsistencias en su rendimiento, mientras que Elliott fue liberado después de una caída en su desempeño. Estos cambios en la plantilla han sido vistos como intentos desesperados para revertir la situación, pero los resultados en el campo han sido decepcionantes.
La debacle actual de los Vaqueros de Dallas es una clara muestra de que el dinero no garantiza campeonatos. A pesar de ser el club más valioso de la NFL, sus problemas de rendimiento siguen siendo su mayor desafío. Los millones de fanáticos esperan que el equipo encuentre la fórmula para equilibrar su éxito financiero con el deportivo y recuperar el prestigio que lo hizo grande en los años noventa.
