Tres amparos con resoluciones definitivas condenaron al polémico proyecto Iconia al limbo, antes que la Operadora Hotelera Salamanca respondiera al ayuntamiento de Guadalajara si acepta las nuevas condiciones establecidas para que el fastuoso desarrollo siguiera adelante.
Las suspensiones definitivas 381/2015 y 678/2015 promovidas por el Parlamento de Colonias, se suman a la 119/2015 gestionada por el Instituto de Desarrollo Ambiental (IDEA) y a la resolución del Tribunal Administrativo 227/2015, con lo que prácticamente hacen imposible modificar los planes parciales y el centro de población de Guadalajara que impiden que pueda desarrollarse el proyecto inmobiliario antes conocido como Puerta Guadalajara.
La principal restricción legal ahora determinada, establece que como los vecinos han defendido, las más de trece hectáreas que el ayuntamiento tapatío entregó al Grupo Mecano y que este después cedió ilegalmente a Operadora Hotelera Salamanca, no podrán emplearse en otra cosa que no sea un parque público.
La historia de los terrenos y el uso como parque y áreas verdes de la barranca de Huentitán, se remontan incluso a la década de los sesentas cuando el entonces alcalde de Guadalajara, Eduardo Aviña Bátiz, gestionó ante el gobierno federal la expropiación de parte de la barranca para esos fines.
De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación del nueve de junio de 1983, se da cuenta de la solicitud de expropiación solicitada por Aviña Bátiz y el secretario Fernando Gallo Lozano el 24 de marzo de 1965.
En el oficio 2033 dirigido al jefe del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, se informa que en sesión del 29 de enero de 1965, se acordó solicitar la expropiación de 99 hectáreas pertenecientes al ejido de Huentitán el Bajo por causa de utilidad pública.
En concreto, la utilidad que pretendían darle a la superficie es la de hacer plantación de árboles para constituir un bosque con zona de recreo anexa.
Además, beneficiar el clima de la ciudad de Guadalajara actuando el bosque como pulmón purificador y regulador del ambiente, crear una zona de recreo para los habitantes de la ciudad de Guadalajara y poblados circunvecinos, constituir un nuevo motivo de atracción turística para la ciudad por encontrarse dicha zona inmediata a la ciudad y aprovechar los escenarios naturales del terreno y de la barranca de Oblatos en cuya ceja termina dicha zona.
De las gestiones de Aviña Bátiz como alcalde para convertir la zona de la barranca en áreas verdes, dio seguimiento primero Guillermo Cosío Vidaurri como alcalde con la construcción del Parque Mirador Dr. Atl y posteriormente Arnulfo Villaseñor Saavedra en 1981 cuando adquiere otra superficie de manos de particulares para construir un parque.
Curiosamente los alcaldes tapatíos buscaron siempre el vocacionamiento de áreas verdes y espacios recreativos, incluido el zoológico Guadalajara que ocupa 50 hectáreas y fue inaugurado en la gestión de Eugenio Ruiz Orozco.
Fue hasta 2008 cuando el alcalde panista Alfonso Petersen Farah, impulsa el proyecto de Puerta Guadalajara a través de la compañía Mecano América, filial de la compañía española del mismo nombre.
Mecano entró en concurso mercantil (en quiebra), cedió los terrenos a Operadora Hotelera Salamanca y en un sinuoso y oscuro recorrido, el proyecto pasó ya por cinco presidentes municipales y no se ve que pueda salir avante.
El último de los alcaldes, Enrique Alfaro, esperaba la respuesta de Operadora Salamanca sobre las nuevas condiciones, cuando los amparos terminaron de derribar las intenciones de construir el fastuoso desarrollo inmobiliario y comercial con vista a la barranca.