Parte medular en mantener a salvo los casi 89 millones de dólares que el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (Ipejal) invirtió en el proyecto de Chalacatepec (ahora Xala), es la operación del aeropuerto de Costalegre.
El gobernador Enrique Alfaro anunció 62 millones de pesos en 2022 para la construcción de la terminal “de clase mundial” y que formaría parte de una inversión global de mil 495 millones de pesos de acuerdo con el plan regional para esta zona turística.
Si esto fuera así, estaríamos ante el caso del primer aeropuerto construido a precio de regalo, pero además realizado sobre tierras de dudoso origen legal ya que forman parte de la disputa que históricamente se ha tenido con el ejido José María Morelos.
El enredo de la aeropista tiene el mismo origen que todo el proyecto de Chalacatepec. Propiedades particulares supuestamente ubicadas en la superficie que ocupaba la ex hacienda de La Nancy, fueron empleadas para consolidar el paño que se necesitaba para el proyecto de la pista.
Curiosamente ciudadanos desinteresados aparecieron para donar distintas superficies al gobierno estatal para que pudiera avanzar la obra.
Por ejemplo, ante el notario público número 20 Jesús Enrique Ramos Ruiz, con escritura 13,061 el 25 de enero de 2006, los hermanos Luis Arturo, María Virginia y Alfredo Villarruel Pérez, acceden a donar poco más de dos hectáreas de un lote rústico de 25 hectáreas que formaba parte de un supuesto predio conocido como Param y Chola.
En el documento (en poder de este columnista), los funcionarios estatales señalan en la cláusula primera que aceptan la donación del inmueble el cual se destinará “para la construcción en un futuro de la pista de aterrizaje para aviones en la Costalegre de Jalisco”.
En otra escritura la 13,562 ante el mismo notario con fecha 27 de julio de 2006, figura el oficial mayor de la Secretaría de la Reforma Agrafia, Javier Dueñas García, junto a los particulares Manuel Ignacio y José Luis Arias García, representados por Carlos Felipe Arias García, para donar al mismo gobierno estatal tres lotes que suman 135 hectáreas, también del predio de Param y Chola.
Una vez con los lotes en su posesión, Reforma Agraria dona al gobierno estatal la superficie a las autoridades, en una maniobra ilegal porque esa dependencia no tenía personalidad jurídica para “donar” las citadas hectáreas.
Además, la misma Reforma Agraria probó en trabajos realizados por su Consejo Agrario Técnico entre 1982 y 1984, que en esa zona nunca existió un predio denominado Param y Chola (oficio 3826 de la SRA) sino que fueron propiedades “sembradas” con la complicidad de una serie de funcionarios agrarios y del Registro Público de la Propiedad.
El 24 de septiembre de 2006, el Gobierno del Estado firmó un convenio con el ejido José María Morelos para ocupar tres hectáreas que necesitaba para la construcción de la aeropista Chalacatepec de Costalegre, en tanto realizaba los trámites para su expropiación.
Sin embargo, según las cláusulas del documento (también en poder de quien esto escribe), el convenio podría rescindirse en caso que el gobierno estatal no realizara el trámite expropiatorio ante las autoridades federales, lo que efectivamente pasó.