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La pobreza en México sigue siendo un reto significativo, afectando a millones de personas en todo el país. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2022, el 43.9% de la población, es decir, alrededor de 55.7 millones de personas, vivían en condiciones de pobreza. De esta cifra, aproximadamente 9.2 millones de mexicanos se encontraban en pobreza extrema, lo que representa el 7.1% de la población.
Esta situación se agrava en estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, donde los índices de pobreza son los más altos del país, con más del 60% de sus habitantes en situación de vulnerabilidad.
El nivel de ingreso considerado para determinar la pobreza varía según el entorno rural o urbano. En áreas urbanas, se considera en pobreza a una persona que percibe menos de 4,000 pesos al mes, mientras que en zonas rurales, el umbral es aún más bajo, en torno a los 2,800 pesos mensuales. La pobreza extrema, por otro lado, se define como la incapacidad de cubrir incluso las necesidades básicas como alimentación, salud y educación, con ingresos por debajo de los 1,200 pesos mensuales en zonas urbanas y 900 en rurales.
Organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco Mundial han señalado que, a pesar de los esfuerzos del gobierno mexicano, la pobreza sigue siendo un obstáculo importante para el desarrollo. La pandemia de COVID-19 exacerbó esta situación, aumentando el número de personas en pobreza en casi 3 millones desde 2018. La falta de acceso a servicios básicos y la alta informalidad en el empleo han sido identificados como factores que perpetúan la pobreza en el país.
En los últimos años, la pobreza en México ha mostrado un leve avance, con una disminución de 2.1 puntos porcentuales entre 2020 y 2022. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, y los expertos advierten que se necesitan reformas estructurales y políticas públicas más efectivas para lograr una reducción sostenible. La implementación de programas sociales ha tenido cierto impacto, pero los desafíos económicos y sociales estructurales requieren un enfoque más integral para superar las barreras que mantienen a millones de mexicanos en la pobreza.
