Que nadie esté feliz es la marca de un buen trato. Así que la felicidad y regocijo del presidente Donald Trump definitivamente no es una buena señal tras el acuerdo preliminar que alcanzaron este lunes en las renegociaciones los representante de Estados Unidos y México encargados de destrabar los temas del Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que podría cambiar su nombre por “Acuerdo Comercial de Estados Unidos y México”, para dejar atrás el NAFTA (en inglés), que Trump siempre consideró como el peor acuerdo comercial de la historia de Norteamérica. En este pacto, queda por ver si Canadá finalmente decidirá incorporarse o mantiene su postura de permanecer al margen si el acuerdo no favorece a su país, lo que provocaría una negociación bilateral con México.
Sin duda, Donald Trump necesitaba con urgencia un tema que le permitiera levantar la cara después de la estrepitosa semana que tuvo tras la confesión de su ex abogado personal Michael Cohen, quien se declaró culpable de cargos de fraude bancario, evasión fiscal y violación de las reglas de financiación de campaña electoral bajo las órdenes de Trump con el propósito de influir en las elecciones ya que en ese tiempo era candidato a la presidencia de los Estados Unidos, una confesión que según expertos, podría colocar al magnate con un pie fuera de la Casa Blanca.
Un pacto que beneficie a Norteamérica también es fundamental y de interés mayúsculo para alcanzar a recuperar adeptos de cara a las elecciones intermedias que tendrá su país en dos meses. De ahí la urgencia de finiquitar la renegociación, pues habrá que recordar que tras el pacto se debe notificar al Congreso de Estados Unidos y éste dispondrá de 60 días para revisarlo y autorizar su firma por parte del Ejecutivo, es decir, que los tiempos están justos si se quiere presumir el nuevo Acuerdo Comercial en tiempo electoral. Esos son los motivos reales del júbilo manifiesto del presidente norteamericano, quien ha sorprendido con sus tuits destacando la capacidad de negociación de los gobiernos entrante y saliente de México y sus menciones de que la relación entre los dos países es cada vez más estrecha.
Aunque usted no lo crea, en una charla telefónica ante medios de comunicación, Trump y Peña se elogiaron mutuamente, se dijeron grandes amigos de tiempo atrás y felicitaron a los equipos de negociadores que participaron para lograr el pacto, al que Trump llamó “El mayor Acuerdo Comercial jamás realizado”. El presidente de México, un poco más contenido en sus expresiones, celebró que se llegara a un acuerdo después de lo que dijo fue una negociación larga, ardua y no exenta de momentos difíciles.
Poco ha trascendido de los términos del Acuerdo, todos los participantes se han expresado de manera genérica sin aterrizar los puntos que eran de interés, en los que estuvo trabada la negociación y que Canadá no ha querido ceder.
En la conversación telefónica, Trump refiere “algo muy especial para nuestros fabricantes y para los agricultores de nuestros dos países, o todas esas personas que trabajan por empleos. También es un gran acuerdo y mucho más justo..”. Marcelo Ebrard, quién está designado como el próximo canciller mexicano, dijo que el Acuerdo reduce la incertidumbre sobre la economía y recoge las principales preocupaciones planteadas por el equipo del presidente electo, principalmente las relativas al sector energético mexicano, las condiciones laborales y salariales de los trabajadores mexicanos y el mantenimiento de los espacios trilaterales para la solución de controversias, así como la certeza en el mediano plazo del propio tratado.
Entre los temas ríspidos que llevaron la negociación a alrededor de un año, se mencionaba el sector automotriz, la resolución de controversias, el capítulo 19, la cláusula sunset, la estacionalidad de los alimentos, y la propiedad intelectual, entre otros.
En el espinoso tema automotriz podríamos concluir que el presidente Trump se salió con la suya, llevó la negociación hasta el punto donde él quería para ahora sí obligar a México a llegar a una modernización y acondicionamiento para el que aún no está preparado, como el hecho de que tendría que competir con salarios de 72 mil pesos al mes, si se toman como base los 16 dólares por hora que establecen como pago a trabajadores.
Como ya mencionaba, si bien se ha anunciado y celebrado con bombo y platillo el Acuerdo de Entendimiento Comercial alcanzado entre México y Estados Unidos, la información oficial de los 30 capítulos ha caído a cuenta gotas, por ello me permito retomar la información que maneja ADN político en su publicación, “El ABC del acuerdo comercial entre México y Estados Unidos”, aquí da cuenta de los logros que destacó el gobierno de Donald Trump:
Reglas de origen de la fabricación de vehículos
* El 75% del contenido de los automóviles que Estados Unidos importe de México deberá ser hecho en alguno de esos dos países.
* El 40 a 45% del contenido de un automóvil importado por Estados Unidos deberá ser fabricado por trabajadores de un país donde ganen al menos 16 dólares por hora.
Nuevo capítulo sobre comercio digital
* Prohíbe aranceles aduaneros a productos distribuidos vía plataformas digitales, como libros electrónicos, videos, música, software, juegos, etc.
* Elimina restricciones a los proveedores en el uso de firmas electrónicas para facilitar las transacciones digitales
* Garantiza que las protecciones al consumidor se apliquen al mercado digital
Propiedad intelectual
* Permite a las autoridades confiscar los productos pirata o falsificados “en todas las áreas de entrada y salida” internacional
* Establece sanciones civiles y penales por robo de señales satelitales o por cable
* Protege contra el robo de secretos comerciales
* Protege los registros de los inventores estadounidenses mediante normas de patentabilidad
* Extiende el plazo mínimo de copyright (derecho de autor) a 75 años para obras artísticas
* Protege por 10 años los datos para medicamentos biológicos
Servicios financieros
* Garantiza la no discriminación a proveedores de servicios financieros de EU
* Trato de nación más favorecida garantiza que una parte no discrimine a favor de otra
Empleo
* México se compromete a prever el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva
* Requiere que las partes adopten y mantengan los derechos laborales reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo
* Prohíbe la importación de bienes producto del trabajo forzoso
* Garantiza que los trabajadores inmigrantes estén protegidos por la legislación laboral
Medio ambiente
* Prohíbe subsidios que benefician a la pesca no reglamentada
* Exige protección para especies como las ballenas y las tortugas marinas
* Pide mecanismos para la participación pública y la cooperación ambiental
Además
El nuevo acuerdo tendría vigencia de 16 años y se revisaría anualmente a partir de los 6 años, con posibilidad de extender su vigencia otros 16 años.
“No se tocó» el tema de los aranceles de EU al acero y aluminio de México; por lo tanto, esos gravámenes seguirán en vigor.
Trasciende de igual forma, que en el sector agropecuario, el sector químico, textil y demás manufacturas salieron con un acuerdo muy modernizado, con buenas oportunidades de mercado y de crecimiento. Mientras que en el tema agropecuario, se eliminó el tema de estacionalidad y se mantiene el acceso a mercados americanos sin límites, sin cuotas ni aranceles.
La noticia del Acuerdo fue bien recibida; el peso y la Bolsa Mexicana de Valores festejaron el convenio, el dólar registró una ganancia de 0.99% para la moneda nacional en comparación con el cierre oficial previo, indicaron datos del Banco de México (Banxico). En tanto que la Bolsa Mexicana de Valores cerró con una ganancia de 1.58%, con lo que alcanzó su mejor nivel desde finales de enero pasado.
El optimismo se refleja ya en ciertos sectores, pero habrá que conocer y leer con detenimiento las letras chiquitas de este anhelado y celebrado Acuerdo Comercial para saber si negociamos con el Diablo que ya conocimos de tiempo atrás, si no vamos a pagar los platos rotos de los oscuros manejos de Trump, o si realmente los negociadores mexicanos finalmente lograron un buen Tratado que beneficiará a los trabajadores y empresarios mexicanos.
CANADÁ
El Acuerdo entre México y Estados Unidos dejó momentáneamente fuera de la jugada al tercero en discordia, Canadá, quien se ha mantenido firme en su postura de defender la gestión de la oferta para el tratado con su país. El primer ministro Justin Trudeau ha reiterado este martes que solo si es bueno para Canadá firmará la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Por lo tanto, el tratado firmado en 1994 sigue vigente y el acuerdo bilateral anunciado estará en riesgo en tanto el Congreso Norteamericano no lo valide, pues el presidente Trump solo tenía permiso de los Congresistas para negociar un tratado trilateral y no como el alcanzado con México. Es decir, que el tema es totalmente político y será fundamental el cabildeo que puedan lograr los cercanos a Trump con los integrantes de la Cámara, que en un segundo pueden echar por la borda todo lo alcanzando con el argumento, bien cimentado, de que no se renegoció un acuerdo trilateral sino uno nuevo bilateral que no estaba en la agenda. De ahí la importancia de que Canadá reconsidere su postura o la Unión Americana ceda a sus peticiones. Vamos a ver cómo avanza o se estanca este tema en los próximos días.
Lo que no se puede discutir es que hay tres ganadores en esta renegociación:
Gana Trump, porque después de haber enfrentado la peor semana de su vida tras la confesión de su exabogado personal Michael Cohen, quien se declaró culpable de distintos delitos entre ellos evasión fiscal y fraude bancario por seguir instrucciones del propio Trump, consigue una cortina de humo que le permitirá presumir como un logro el Acuerdo con México, al tiempo que le da la posibilidad de recuperar adeptos con miras a las elecciones intermedias que tendrá su país en dos meses.
Gana Peña, porque es posible que los tiempos le alcancen para firmar el mencionado Acuerdo antes de dejar la presidencia de México, y por donde quiera que se le vea, significa un logro político internacional el legar una negociación (bilateral o trilateral) con actores del nivel de Estados Unidos y posiblemente Canadá.
Gana AMLO, porque llegará a tomar posesión como Presidente de la República Mexicana con la mesa servida, se evitará el desgaste de la negociación y tener que cargar con el costo político de lo que resultara de la misma.
Sin duda, los protagonistas se llevan las palmas. Y ¿quién pierde? Eso lo veremos en los próximos días cuando estemos en posibilidad de revisar a detalle las letras chiquitas de lo pactado.
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