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Por uno u otro motivo, la llamada Refundación nomás no prende. Desde su concepción, cuando el actual gobernador Enrique Alfaro estaba en campaña, nadie comprendió a qué se refería con un término que por sí sólo suena bastante subjetivo. En este mismo espacio, he insistido en que se trata de un vocablo sin fondo ni sentido.
Pues bien, todo apunta a que el gobierno anaranjado y sus gurús, tendrán que ajustar la estrategia a fin de que en medio de la tremenda crisis de aceptación por la que atraviesa esta administración, esa palabreja logre subsistir.
Y es que durante su visita este domingo a nuestra entidad, Marko Cortés Mendoza, dirigente nacional del Partido Acción Nacional, dejó muy claro que su partido en el congreso local no tiene contemplado apoyar a Movimiento Ciudadano en la inclusión en la ley de la figura del Constituyente, instrumento legal que en teoría legitimaría los cambios de fondo que tanto pregonan sus promotores.
De manera textual dijo: “Sería un precedente muy peligroso, muy delicado, en donde entonces, ahora sí, López Obrador nos podrá decir a nivel nacional ‘quiero un nuevo Constituyente para crear una nueva constitución’ y sería literalmente morder la manzana envenenada».
Pero el líder panista fue más allá. Sobre la detención del ex presidente estatal, Antonio Gloria Morales, lanzó una fuerte advertencia: “Fue un grave error y finalmente yo estoy seguro que Toño Gloria podrá acreditar que no tiene nada que ver con los hechos que se le imputan (…) Posteriormente habrá quienes tengan que pagar por ese exceso de autoridad».
No hay duda de que para un importante sector del panismo, el encarcelamiento a uno de sus más distinguidos miembros resultó una afrenta difícil de ignorar, ya que se trató de un acto ilegal, humillante y carente de toda lógica política. Y más aún, sabedor de que el alfarismo experimenta una severa caída en las simpatías ciudadanas, Cortés Mendoza vino a confirmar lo que ya se decía en los corrillos políticos: el PAN da por concluida su alianza incondicional con el partido naranja en Jalisco.
Así las cosas, el proyecto de Enrique Alfaro se complica aún más. No sólo se está quedando sin el respaldo de la población, sino que además, con el precitado anuncio, la cancha en el poder legislativo se le movió de una forma tan brusca y desconcertante, que le será muy difícil recuperar el control del balón. Aunque claro, en el impredecible e implacable juego del poder, todo puede ocurrir.
