Aunque será hasta los comicios de 2018 cuando se estrene la figura de la reelección de presidentes municipales, en El Salto se adelantaron a los tiempos y sumarán el cuarto período consecutivo en manos de la misma familia.
Tras la administración ejercida por el jefe del clan, Joel González Díaz, éste marchó a una diputación federal y heredó la alcaldía a su hermano Gerardo.
Luego Gerardo quiso emular a Joel y buscó una diputación local que perdió ante Movimiento Ciudadano, pero el legislador federal no falló y regresó a la presidencia municipal.
Una vez en el cargo, nuevamente no concluyó el trienio y un vez más pidió licencia para contender por la diputación local por el distrito VII donde fue derrotado por el también primer edil con licencia de Tlajomulco, Ismael del Toro.
Sin embargo, para perpetuar el poder en el municipio, González Díaz designó a un incondicional del grupo político, a su ex director de Desarrollo Social Marcos Godínez como candidato del PRI y hasta movió sus fichas para impulsar como aspirante por Movimiento Ciudadano a Israel Orozco, un cercano colaborador en su gestión municipal.
En el anterior proceso electoral según conté en este espacio (Columna: “Joel, Gerardo y Raquel”), en vísperas de 2012 hubo un intento para frenar su nominación a la alcaldía ante lo cual Joel González Díaz argumentó que si no lo querían a él, que aceptaran como candidata a su esposa Raquel. Al final sí fue Joel.
Ahora, tras el triunfo de Marcos Godínez por muy apretado margen sobre Israel Orozco de Movimiento Ciudadano, los González seguirán ejerciendo el control con varias fichas bien colocadas.
Por ejemplo, el suplente del alcalde, es nada menos que Joel Teodoro González Álvarez, hijo de Joel González Díaz; figura en la lista de regidoras una hermana de Joel, Ofelia y una hija, Erika, aunque en calidad de regidora suplente.
De las habilidades del dos veces alcalde de El Salto pocos pueden dudarlo. En su gobierno, consiguió que Gabriel Pérez, su contrincante como candidato de Movimiento Ciudadano y antiguo colaborador en su primera administración, simplemente renunciara a ese partido y regresara a las filas del PRI.
Durante todo el proceso electoral, fueron constantes las denuncias realizadas por los candidatos opositores sobre el despliegue de recursos municipales y las prácticas intimidatorias por parte de misteriosos operadores políticos.
Incluso en El Salto hay una versión no confirmada de que varios de estos personajes que realizaron labor política a favor del candidato priísta, podrían haber recibido como premio algunas motocicletas en función de la labor realizada.
La veracidad de esta historia podría conocerse en breve, con la irrupción de nuevas motocicletas incorporadas al parque vehicular del municipio.
Aunque las presiones, amenazas y chantajes previos a los comicios han sido una práctica constante de la que señalan a los González Díaz, en esta ocasión el proceso electoral se vio empañado con la muerte del compositor Martín Ruvalcaba.
El también cantante falleció de dos balazos el 17 de febrero lo que vino a revolver más las aguas turbias de El Salto.
Pese a que se desconoce los autores del crimen, los opositores simplemente recuerdan una adaptación al tema “A mis enemigos” que presuntamente le costara la vida al cantante de banda Valentín Elizalde, donde Ruvalcaba se refiere a los hermanos González y al candidato del PRI a la presidencia Marcos Godínez:
“A ese par de dictadores se les ha mirado triste, saben que van para afuera junto con Marcos Godínez, saben que traen mucha cola, mucha cola que les pisen”.
Los augurios del compositor fallaron. Los González Díaz siguen.