Cuando Beto Maldonado asegura que Tlaquepaque ha sido tratado como el patio trasero del Área Metropolitana de Guadalajara, la colonia La Mezquitera es el mejor ejemplo: con diferencia de una calle, en una colonia hay servicios y tiene calles pavimentadas, y en la otra hay terracería y los servicios son de mala calidad. Eso sucede porque se trata de una zona limítrofe con Guadalajara, así que ya se sabe cuál es la colonia que está mejor. La que está en tierra tlaquepaquense se lleva la peor parte.
El caso no es distinto en Miravalle, una de las zonas donde año con año asuntos como la contaminación del aire son cosas de todos los días y la gente vive en el desamparo, sin siquiera información que les permita tomar decisiones para protegerse ellos mismos de estas inclemencias del clima.
En la Mezquitera «mamá» Naty, una de las primeras en poblar esta colonia, asegura que las actuales autoridades no se han parado un solo día a ver las condiciones en las que viven, donde de una calle a otra parece que el reloj del tiempo se detuvo en los años ochenta, cuando apenas se levantaban las primeras casas, con piso de tierra, sin servicios y en el olvido permanente.
Asimismo, en Miravalle, la agenda del candidato morenista permitió interactuar con algunos vendedores y compradores del tradicional Tianguis de las Tablitas, lugar en el que el reclamo de mayor seguridad fue la constante. El recorrido de Maldonado en Miravalle terminó con una pega de calcas en la avenida principal y encabezó una festiva caravana de autos por la colonia.
Cabe señalar que las dos comunidades visitadas presentan altos índices de marginación y sus pobladores sufren de malos servicios, inseguridad, pero sobre todo de la indiferencia de las autoridades.