La violencia se ha venido acentuando tanto en Jalisco como en México en los últimos días y es necesario que los gobiernos federal y estatal se sienten a trabajar de manera coordinada y buscando un solo objetivo, que no puede ser otro que la pacificación para devolver la tranquilidad a los mexicanos. De los dos lados deben ser conscientes de que la campaña ya terminó y lo urgente es volver a tener el mando, recuperar espacios públicos y recuperar territorios para restaurar la seguridad en Jalisco y en México.
Pareciera que los delincuentes han tomado como bandera el marcar el inicio de los nuevos gobiernos con mayor criminalidad. Tan solo en el caso de nuestra entidad, del día seis de diciembre en que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, tomó las tiendas del estado al miércoles 12, se habían registrado 54 ejecuciones, entre ellas un multihomicidio ocurrido el domingo cuando fueron ultimados 5 hombres en una casa habitación.
Me parece importante el pacificar Jalisco, no solo entrarle por decreto a desaparecer una fuerza única y crear una metropolitana sino meterse de lleno al asunto de la depuración policial, el control de confianza, la recuperación de espacios públicos, la recuperación de territorios y la recuperación de estructuras porque hay muchas de ellas en manos de personas que no tienen la capacidad o la solvencia para estar al frente de estructuras de defensa.
Habrá que ver si el esquema que está proponiendo el Gobernador Enrique Alfaro Ramírez va a funcionar con un coordinador de seguridad cuando la teoría era separar la procuración de la seguridad y ahora hay una sola persona que maneja ambas cosas con dos brazos; el fiscal que no depende del gobernador ni del pueblo depende del coordinador de seguridad y el general que es el responsable de la seguridad que depende de un coordinador y a la vez de gobernador. Ya veremos si ese modelo le funciona; así lo deseamos, nadie en sano juicio desea que haya un problema y que se genere más violencia. Los números hablan y son demasiados muertos, demasiados desaparecidos, demasiadas cosas en tan pocos días. Seguramente el hampa va a seguir poniendo a prueba los sistemas.
En la pasada campaña electoral presenté una propuesta en materia de seguridad, misma que fue elaborada por un grupo de expertos que tomaron como referencia casos exitosos documentados por la Organización de Estados Americanos OEA, tanto en América Latina como en otras partes del mundo.
Como acciones inmediatas propuse la despistolización, la integración de un escuadrón de pacificación con 450 elementos certificados, la depuración inmediata de policías corruptos, la apertura de 100 Agencias de Ministerios Públicos y la contratación de 400 policías investigadores.
Dentro de los primeros 30 días de Gobierno, se establecerían mesas de evaluación, revisiones y presentación de Iniciativas de Ley y Reformas de otras, así como la separación de la Fiscalía de la Secretaría de Seguridad Pública y el restablecimiento de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
En los primeros 60 días, se contemplaba iniciaría labores el Instituto de Investigación e Información Criminal de la PGJE, lo mismo que el Instituto de Medidas Cautelares, Cumplimiento de Sentencias y Reinserción Social, se impulsaría la creación de la Policía Única Estatal que retiraría las funciones policiales a municipios e impulsaría la legalización de la producción de marihuana, así como la pena de muerte a secuestradores y asesinos.
En las acciones a mediano plazo, estaba previsto la entrada en funciones del Instituto de Cohesión Social, y se crearía el Instituto para Formación, Transmisión y Defensa de Valores Democráticos, cuya función principal sería el diseño de políticas públicas, certificar a las dependencias de la Administración Pública, Empresas, Escuelas y Organizaciones Civiles en materia de respeto a los valores democráticos y cultura de la legalidad.
Para superar a los criminales, él Gobierno estatal requiere de unidad, requiere fortaleza, requiere contar con otras fuerzas políticas, requiere coordinación con el gobierno federal. Tienen que olvidar sus diferencias y enfrentar juntos, este grave problema que padecen y sufren todos los mexicanos. Jalisco no es una República aparte; no puede haber una mesa de gobierno estatal donde no esté invitado el Gobierno federal ni una mesa de coordinación federal donde no esté convocado el estatal.
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