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Raymundo y su estrella blanca

Pocos son los empresarios en Jalisco que pueden presumir de contar con una estrella tan grande para los negocios como Raymundo Gómez Flores.

Irrumpió con fuerza en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari cuando se pusieron a la venta paraestatales y el jalisciense se hizo de Minsa y de DINA; posteriormente compraría Banca Cremi y la vendería antes de la crisis bancaria; fue uno de los rescatados por el Fobaproa; senador de la República y en su momento aspirante a la gubernatura.

Fundador de Grupo Inmobiliario G (uno de los más importantes desarrolladores de vivienda), dueño de MASA y DINA (fabricante de camiones); accionista de Estrella Blanca (transportes) y propietario de Minsa (alimentos), Gómez Flores figura en el expediente de los beneficiados por el Fondo Bancario de Protección del Ahorro (Fobaproa) difundido por el PRD.

En la sesión 2 del 20 de mayo de 1997, el organismo de “rescate” de los usuarios de la banca da cuenta del caso de Mexicana de Autobuses (MASA) de Raymundo Gómez Flores, quien pretendía pagar una deuda a Bancomer de 136 millones de pesos con un terreno de 85 millones de pesos.

El quebranto fue avalado por Fobaproa y Bancomer aceptó el terreno de casi 315 mil metros cuadrados ubicado en el corredor turístico de Cancún—Tulúm.

También en 1997 se dio el salvamento del consorcio Estrella Blanca que aglutinaba a 21 empresas del auto transporte de pasajeros, donde Gómez Flores era accionista junto a Salvador Sánchez Alcántara. El monto del rescate fue de mil 489.42 millones de pesos.

Según la historia negra de la crisis bancaria, en 1996 Raymundo Gómez Flores, socio propietario de Arrendadora Financiera Reforma (Afresa), consigue un crédito de Bancrecer por 854.5 millones de pesos para el grupo Estrella Blanca.

En marzo de 1997, el Comité Central de Crédito del Fobaproa ordenó a Banca Cremi (intervenido por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores) adquirir sin descuento el crédito de la cartera de Estrella Blanca por los 854.5 millones de pesos.

La transacción fue respaldada por el director del Comité Central, Pedro Zamora Sánchez, ex empleado de Gómez Flores en Afresa.

Los créditos no pagados por Estrella Blanca mediante Arrendadora Financiera Reforma, pasaron al Fobaproa en la cartera vencida de Afresa a Banco del Atlántico mediante el fideicomiso F/5089 en la escritura pública 80918 del notario 67 del Distrito Federal.

Dentro de los préstamos de la financiera a Estrella Blanca, se maquillaron los riesgos y se entregaron recursos sin garantías a través de créditos quirografarios, es decir, con simples pagarés.

Pese a ello, para que Fobaproa absorbiera la deuda un reporte calificó como riesgo “B” el paquete de Afresa-Estrella Blanca, esto quiere decir que era “recuperable”.

Sin embargo, un estudio posterior de la Comisión Nacional Bancaria encabezado por Carlos Guerrero Larrañaga, encontró que el adeudo de Estrella Blanca en la cartera de Afresa era “incobrable”.

Fue el mismo Guerrero Larrañaga en su carácter de interventor de la Secretaría de Hacienda, quien concluyó que estaban acreditadas las constantes violaciones a la ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares de Crédito por lo que se recomendaba la revocación y disolución de Arrendadora Financiera Reforma como señala el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación (http://www.diario-o.com/dof/1996/10/09/shcp_09oct96.htm).

De su experiencia como banquero, el propio Gómez Flores se ufana de haberse desprendido de Banca Cremi antes de la crisis, aunque el comprador fue Carlos Cabal Peniche quien posteriormente fue perseguido por el desfalco de Banco Unión y quien estuvo preso en Australia.

• Paralelo Veinte

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