El australiano Brenton Tarrant, de 28 años, un supremacista blanco que vivía en Dunedin, en la isla sur de Nueva Zelanda, fue acusado de asesinato tras el ataque del pasado viernes en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, con saldo de 50 víctimas, la mayoría de las cuales eran migrantes o refugiados de países como Pakistán, India, Malasia, Indonesia, Turquía, Somalia, Afganistán y Bangladés; habían emigrado huyendo de la guerra y la pobreza en busca de encontrarse a salvo y tener una vida en paz.
Tarrant, comparte con el terrorista de Oslo y la Isla de Utøya, Anders Breivik, -que mató a 77 personas e hirió a otras 300 en 2011-, un objetivo político común –acabar con la inmigración musulmana–, la publicación de un manifiesto supremacista, el anhelo de la fama y haber segado la vida de decenas de personas.
Pese a estar cumpliendo una sentencia de 21 años de cárcel en Noruega, el fanático ultraderechista noruego continúa haciendo daño. Breivik, que hizo estallar una furgoneta bomba frente a la oficina del primer ministro noruego y luego se trasladó a la isla del oeste de la capital para perpetrar con armas de fuego una matanza en el campamento de las juventudes laboristas, sirvió de inspiración al exentrenador físico australiano que el viernes sembró el pánico en Nueva Zelanda.
Del mismo modo que Breivik atacó al Gobierno nacional y las juventudes laboristas por considerar que el Partido del Trabajo era responsable de la islamización de Noruega, Tarrant llevó a cabo su atentado como venganza contra los que llama “invasores de Europa”. Según escribe el terrorista australiano, el ataque se acabó fraguando en su visita a Francia en 2017 donde vio cómo los “franceses europeos” habían sido “reemplazados” por “no blancos”. De ahí el título de su manifiesto: “El gran reemplazo” – una referencia a una tesis del escritor francés Renaud Camus sobre la desaparición de “pueblos europeos”.
A juzgar por sus escritos, tanto uno como el otro comparten una patología narcisista. Ambos escribieron que estaban dispuestos a sacrificarse por una causa mayor. Es muy posible que el australiano siga los pasos de su referente también en lo que acontece el juicio y convierta el proceso en altavoz de su ideología. En su primera audiencia ante el juez, Tarrant hizo un gesto con las manos propio de los grupos de supremacía blanca emulando los habituales saludos nazi que ostentó el noruego durante sus audiencias. “Sospecho que no evitará la publicidad y que esta será la manera como afrontará el juicio. El trabajo del juez consistirá en tratar de evitarlo”, señaló su abogado, a quien el acusado de asesinato renunció porque planea defenderse solo.
Mientras se ha comenzado a dar sepultura a los primeros cuerpos de las 50 víctimas del atentado terrorista en las mezquitas de Christchurch, se asegura que el autor de la masacre planeaba perpetrar un tercer tiroteo antes de que las autoridades lo detuvieran, pues se cree que fue detenido en camino para seguir atacando. A este personaje, del cual la primera ministra Jacinda Ardern, ha jurado no pronunciar su nombre, se le relaciona con otros terroristas de “Supremacía blanca” y que se les conoce por su ideología extremista violenta.
Como ya sabemos, la supremacía blanca o supremacismo blanco es una creencia racista que sostiene que las personas blancas son superiores en muchos aspectos a las personas de otras razas, y que, por lo tanto, las personas blancas deben ser dominantes con las otras razas. La supremacía blanca tiene sus raíces en el racismo científico, y con frecuencia se basa en argumentos pseudocientíficos. Como la mayoría de los movimientos similares, como el neonazismo, los supremacistas blancos típicamente se oponen a los miembros de otras razas, así como a los judíos.
Los partidarios del nordicismo consideran que los «pueblos nórdicos» son una raza superior. A principios del siglo XIX, la supremacía blanca estaba vinculada a las teorías emergentes de la jerarquía racial.
El eugenista Madison Grant argumentó en su libro de 1916, The Passing of the Great Race (El paso de la gran raza en español), que la raza nórdica había sido responsable de la mayoría de los grandes logros de la humanidad y que la mezcla con otras razas era el «suicidio racial». En este libro, los europeos que no son de origen germánico pero tienen características nórdicas como el pelo rubio/rojo y los ojos azul/verde/gris, se consideraron una mezcla nórdica y adecuada para la arianización.
En los Estados Unidos, el Ku Klux Klan (KKK) es el grupo más asociado con el movimiento de la supremacía blanca. Muchos grupos de supremacistas blancos se basan en el concepto de preservar la pureza genética y no se centran únicamente en la discriminación basada en el color de la piel.
La Identidad Cristiana es otro movimiento estrechamente vinculado a la supremacía blanca. Algunos supremacistas blancos se identifican como odinistas, aunque muchos odinistas rechazan la supremacía blanca.
Las actividades de reclutamiento de la supremacía blanca se realizan principalmente a nivel de base, así como en Internet. El acceso generalizado a Internet ha llevado a un aumento dramático en los sitios web de la supremacía blanca. Internet proporciona un lugar para expresar abiertamente las ideas de los supremacistas blancos a un bajo costo social, porque las personas que publican la información pueden permanecer en el anonimato.
Brenton Tarrant, deberá presentarse ante el juzgado el próximo 5 de abril; sabemos que ha renunciado a su derecho de contar con un abogado defensor y será él mismo quien lleve su defensa y entonces conoceremos su estrategia.
Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1