La pregunta lógica tras el abandono de la carrera presidencial del senador estadounidense Bernie Sanders, quien aspiraba a obtener la candidatura demócrata a la presidencia de los Estados Unidos de América del Norte, es ¿quién gana y quién pierde con esta decisión?. Si bien, el ex vicepresidente Joe Biden es el primer usufructuario al convertirse en el único aspirante por el partido demócrata para intentar arrebatar a Donald Trump el gobierno de la Casa Blanca, habrá qué revisar otras aristas en este nuevo episodio rumbo a las elecciones del 3 de noviembre próximo.
Habrá que recordar que Bernie Sanders es un viejo político por el estado de Vermont, que el miércoles decidió emprender la retirada, dicen, tras sostener en las últimas semanas varias conversaciones con el ex presidente Barack Obama, que si bien había prometido mantenerse fuera del escenario electoral hasta que hubiese un solo candidato por su partido, es muy probable que los resultados de las primarias hubieren sido factor para que se decidiese a intervenir, pues según la fuente de CNN, si bien no se conoce exactamente el tema sobre el que versaron las comunicaciones. “siempre hubo acuerdo en que ganar en noviembre es lo primordial”.
La decisión de Sanders el miércoles de dar un paso al costado allana el camino para que Joe Biden, quien se desempeñó como vicepresidente de Obama durante ocho años, se convierta en el candidato demócrata.
En las semanas anteriores, Joe Biden obtuvo rotundas victorias en Florida, Illinois y Arizona, que pusieron de manifiesto su solidez y su fuerza en la competencia.
Entonces comenzó a tomar mayor soporte y hacer más eco la necesidad de que el senador Sanders renunciara a la contienda. Era lo mejor que podía hacer, se comentaba tras bambalinas.
Julian Zelizer, analista político y profesor de Historia y Asuntos Públicos en la Universidad de Princeton, escribió el 19 de marzo pasado sobre una eventual renuncia de Sanders:
“Hacerlo permitirá que los demócratas se unan como partido y concentren su energía política en ganar las elecciones en 2020. Incluso existe una posibilidad muy real de que cambien el control partidista del Senado. Consecuentemente, la retirada de Sanders permitiría a los votantes demócratas descansar en las primarias restantes para que todos puedan mantener su “distancia social”. Con la nominación cerrada en Biden, no hay necesidad de arriesgarse a hacer algo que pueda ayudar a propagar este virus devastador.
Renunciar sería un acto heroico de un político que tuvo un inmenso impacto en la política estadounidense. Cuando se escriba la historia, el senador Sanders será recordado como una figura enormemente importante a pesar de haber perdido la nominación dos veces y tener un escaso historial legislativo.
El senador Sanders fue fundamental para transformar la agenda política dentro del Partido Demócrata. En la política presidencial, los demócratas habían pasado varias décadas desde la victoria de Ronald Reagan en 1980, moviéndose hacia el centro, en un intento por evitar que se le calificara como demasiado a la izquierda. Incluso el presidente Obama, que impulsó una de las agendas internas más audaces desde la década de 1960, fue extraordinariamente cauteloso en la forma en que enmarcaba sus planes de gobierno y evitaba ideas que pudieran etiquetarse como demasiado radicales. En lugar de un seguro de salud pagado por una entidad única, por ejemplo, la Ley del Cuidado de Salud Accesible, se basó en mecanismos reguladores, mercados en línea y la expansión de programas existentes, como Medicaid, para proporcionar una mejor cobertura.
Sanders rechazó todo eso. Junto con la senadora Elizabeth Warren, ofreció una defensa robusta y vigorosa del gobierno como solución a nuestros problemas. Presionó por Medicare para todos, la universidad gratuita y un New Deal verde, así como otras formas de intervención agresiva del gobierno, sin disculpas. También pidió a los demócratas que recordaran su compromiso histórico con la clase trabajadora estadounidense, exigiendo un salario mínimo más alto y normas de seguridad laboral más estrictas.
En otras palabras, Sanders obligó al partido a debatir estas propuestas en lugar de tener debates sobre los términos definidos por los republicanos. Como resultado, la conversación se desplazó dramáticamente a la izquierda. Incluso el presunto nominado ha adoptado una plataforma que es relativamente liberal en comparación con lo que hemos visto en las elecciones recientes.
Sanders también movilizó a una nueva generación de demócratas en la política de partidos. Creó un movimiento detrás de su campaña, aunque ese movimiento fracasó durante los últimos meses. Aunque gran parte de la atención a menudo se centra en los “Bernie Bros” que se dedican a escandalosos ataques, la mayoría de sus seguidores son estadounidenses más jóvenes desconectados y desconfiados de la política, que ahora ven las posibilidades que nuestra democracia aún puede ofrecer. Sanders los ha entusiasmado con su claridad moral y su pasión contra las estructuras políticas corruptas. Los ha persuadido para que voten, se organicen, donen y piensen que la política vale la pena.
En 2020, la campaña también ha hecho un trabajo notable al lograr el voto latino, un electorado crucial en las próximas décadas. A través de todos estos esfuerzos, Sanders ha generado una emocionante generación de políticos más jóvenes, como Alexandria Ocasio-Cortez, que serán voces importantes del futuro. Lo que los demócratas harán con este movimiento está por verse. Los ha traído al partido y les ha dado a los demócratas la oportunidad de mantenerse comprometidos.
Al mismo tiempo que critica el papel del dinero privado en la política, Sanders también ha ayudado a revolucionar el tema del financiamiento de campañas. Ha demostrado con el ejemplo, que es posible recaudar grandes cantidades de dinero a través de pequeñas donaciones en lugar de grandes donantes. Utilizando el alcance mediático más sofisticado y construyendo una campaña que tomó en serio las bases, ha establecido un modelo permanente para recaudar pequeños montos de dólares en grandes cantidades. Solo en enero recaudó US$ 25 millones y en febrero US$ 46 millones. Utilizando la transmisión en vivo en las redes sociales y las solicitudes en línea, así como la información recopilada en manifestaciones masivas, Sanders ha demostrado que el futuro no tiene que basarse en grandes donantes, incluso sin un sistema de financiación pública.
Pero ahora la competencia ha terminado. Biden es el candidato y, en un momento de crisis genuina y catastrófica, la nación vuelve sus ojos solitarios hacia él. Sanders necesita hacer lo correcto. Tiene que tomar una gran decisión, salir de la contienda y ofrecer un discurso audaz llamando a todos sus seguidores a alinearse con entusiasmo y agresividad detrás del boleto demócrata, sin ninguna reserva o vacilación. Hay demasiado en juego.
Si hace esto ahora y cierra este capítulo de su libro político, se lo considerará el político que hizo más que nadie por revivir la política progresista en EE.UU. tanto dentro como fuera del Partido Demócrata. Él será el independiente y el renegado que movilizó un movimiento detrás de ideas que habían quedado atrás y de nuevas propuestas que nunca tuvieron la oportunidad de ser escuchadas.
Irónicamente, dada la gravedad de la crisis de salud que enfrentamos, Sanders podría incluso vivir para que Medicare para Todos se convierta en ley en el país”.
Esta es la segunda ocasión que el veterano senador por Vermont renuncia a su posibilidad de llegar a la Casa Blanca. Y será entonces Joe Biden quien intentará cortar un segundo período para Donald Trump. ¿Quién gana con la decisión de Sanders? Ojalá el pueblo estadounidense.
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