A escasos días de que se cumpla un año desde que se registró el primer caso de infección por Coronavirus en México, derivando en una pandemia que ha dejado al menos 200 mil muertes y alrededor de 2 millones de contagios, no se puede cantar victoria ni en el tema sanitario porque la emergencia continúa en nuestro país, ni en el terreno económico que ha sido poderosamente golpeado, siendo que especialistas advierten que todavía no pasa lo peor.
La pandemia, ha tenido una fuerte repercusión en el acontecer económico, donde los mexicanos han sido víctimas de una inesperada sacudida sin que haya existido por parte del actual Gobierno la disposición para apoyar a micros, pequeñas y medianas empresas que han resultado mayormente afectadas, aunado a grandes industrias que no han podido resistir un año de pérdidas.
Es el caso de Cinemex, la segunda cadena de cines más grande de México, que anunció esta semana cerrará más de 140 cines indefinidamente y se encuentra trabajando con los bancos para reestructurar al menos 230 millones de dólares en deuda.
Cinemex, propiedad de la familia que controla la minera de cobre Grupo México, está cerrando un acuerdo con bancos como BBVA, HSBC, Banco Santander y Bank of Nova Scotia, según personas familiarizadas con las negociaciones.
Para aliviar su liquidez, Cinemex decidió cerrar 145 cines fuera de la zona de la capital hasta que Hollywood reanude los estrenos de películas importantes y esté claro que la empresa puede operar sin restricciones severas, dijeron las personas.
La deuda de la cadena incluye un préstamo a plazo de 4 mil 50 millones de pesos (202.6 millones de dólares) y otro de 640 millones de pesos, ambos con vencimiento en marzo de 2023.
Los representantes de Cinemex, BBVA y Santander no respondieron inmediatamente a solicitudes de declaraciones. Los representantes de Bank of Nova Scotia y HSBC declinaron hacer comentarios.
Después de que la pandemia de COVID-19 cerrara las salas de cine en todo el mundo el año pasado, Cinemex inyectó dinero en efectivo en su negocio para seguir operando y mantuvo el pago de intereses incluso cuando los nuevos estrenos de Hollywood se agotaron, señalaron las personas, que pidieron no ser identificadas porque las conversaciones son privadas.
La unidad estadounidense de la empresa, Cinemex Holdings USA, se declaró en quiebra el año pasado y salió a flote tras renegociar algunos contratos de alquiler.
Los cines reabrieron con una capacidad limitada en agosto en la Ciudad de México, pero la cadena no pudo cosechar las ganancias de los éxitos de taquilla como Wonder Woman 1984 en diciembre, cuando la capital y el Estado de México volvieron a semáforo rojo después de un pico de casos de COVID-19.
La medida supuso el cierre de 200 salas de Cinemex, es decir, el 58 por ciento de los complejos de la cadena. Otros locales de todo el país se enfrentaron a restricciones de capacidad y a horarios de cierre anticipados.
El rival más grande de Cinemex, Cinépolis, inició conversaciones de reestructuración en diciembre sobre más de mil millones de dólares en préstamos que utilizó para impulsar su expansión global durante la última década. Y AMC Entertainment Holdings, la mayor cadena de cines del mundo, recaudó recientemente 917 millones de dólares para ayudar a capear la pandemia.
Cinemex está respaldado por los bolsillos de Germán Larrea, cuya familia tiene la segunda fortuna más grande del país gracias a Grupo México y su minera de cobre peruana Southern Copper. Los bancos han visto con buenos ojos la voluntad de Cinemex de inyectar más efectivo en el negocio, así como su plan de recuperación, dijo una de las personas.
En tanto las micro, pequeñas y medianas empresas no corrieron con tanta suerte, pues de acuerdo con el estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN) 2020 publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de las 4.9 millones de empresas micro, pequeñas y medianas que había en el 2019, sobrevivieron 3.85 millones, es decir, un millón 10 mil 857 establecimientos o 20.81 por ciento cerraron sus puertas definitivamente.
En los establecimientos que dejaron de operar de manera definitiva laboraban casi 3 millones de personas, mientras que los locales sobrevivientes tuvieron una disminución de 1.15 millones de personas. En total se perdieron 4.12 millones de puestos de trabajo.
Por otra parte, el estudio muestra que a 17 meses de concluido el levantamiento censal nacieron 619 mil 443 unidades productivas, en las cuales se generaron 1.23 millones de empleos.
De esta manera, se pasó de 14.66 a 11.77 millones de personas ocupadas en septiembre de 2020, lo que representa una disminución de 19.68 por ciento con respecto a la población ocupada en mayo de 2019.
Por actividad económica, la mayor proporción de cierres definitivos se registró en establecimientos de servicios privados no financieros, con el 24.92 por ciento; comercio, con 18.98 por ciento y manufacturas, con el 15 por ciento.
En otra encuesta, sobre el impacto económico generado por Covid-19 (ECOVID-IE), se revela que alrededor de 1.87 millones de empresas en el país, el 86.6 por ciento del total, indicó haber tenido alguna afectación a causa de la pandemia.
Entre las principales afectaciones se encuentran la disminución de los ingresos con el 79.2 por ciento del total, la baja demanda con 51.2 por ciento y con el 22.8 la escasez de insumos o productos.
“Tomando en cuenta todo el periodo del COVID-19, el principal resultado que da la encuesta es que las empresas tuvieron una disminución de los ingresos debido al cierre de actividades no esenciales”, consideró Guillermina Rodríguez, subdirectora de Estudios Económicos de Citibanamex.
Destacó que es cierto que las empresas cerraron sus operaciones, pero también hay nacimientos de nuevas unidades productivas que pueden ser de otras actividades, por lo que quizás se estén ajustándose a la nueva normalidad de la actividad económica.
“Este cierre masivo de empresas en Mexico es histórico porque muestra la profundidad de la afectación del coronavirus. La desaparición de Mipymes implicó la pérdida de empleos y la salida fue generar pequeños micronegocios para obtener ingresos propios, esto muestra la problemática que se tiene en materia de empleo y también de inversión”, dijo José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Advirtió que lo anterior afectará de manera estructural en la actividad económica de México y será difícil que a partir de ello se pueda pensar en una recuperación rápida de la economía, pues será al menos hasta el 2022 cuando esto ocurra.
“En comparación con la encuesta pasada en abril, parece que hay cierto optimismo entre las empresas que mencionaron afectaciones por el coronavirus, pero más allá de la mejora, las afectaciones que provocó el virus son muy graves y profundas”, expuso Marcos Arias, analista de Monex.
De acuerdo con el reporte, a nivel nacional 37.6 por ciento de las empresas consideran que podrán continuar operando de 12 meses a más con su nivel actual de ingresos, 46.6 por ciento de tres a menos de 12 meses y 15.8 menos de 3 meses.
Conforme al segundo levantamiento de la Encuesta sobre el Impacto Generado por COVID-19 en las Empresas (ECOVID-IE), la proporción de empresas que recibieron apoyos fue de 5.9 por ciento, mientras que el 94.1 por ciento restante no recibió ningún tipo de ayuda.
La encuesta arroja que las empresas consideran que la política de apoyo que más se requiere para hacer frente a la pandemia es aquella relacionada con los apoyos fiscales, con 61.3 por ciento de respuestas.
Un 40.6 por ciento indicó que se requiere un aplazamiento de pagos a créditos y servicios, 34.4 por ciento mencionó la trasferencia de efectivo y 30.3 por ciento dijo que se necesitan nuevos créditos.
Los resultados destacan que 37.6 por ciento de las unidades económicas prevén un retraso en el pago de sus deudas, y esta proporción es mayor en las microempresas, con 38 por ciento, mientras que en las grandes es de 19.3 por ciento.
Organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) así como el Banco Mundial (BM), han recomendado a los gobiernos del mundo apoyar a sus empresas para evitar en la medida de lo posible quiebras que se reflejen en más desempleo. De hecho, apenas la semana pasada el propio FMI advirtió a los gobiernos del mundo sobre los riesgos de retirar los estímulos económicos y con ello provocar el colapso de muchas compañías. Lamentablemente, el Gobierno Federal, no ha mostrado plena disposición a atender este tipo de recomendaciones.
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