Oscar Abrego de León. La respuesta es sí, y mi hipótesis tiene como base algunas variables que no se han revisado aún.
Una de ellas, por ejemplo, es que la marca partidista (Morena) juega a su favor; en todas las encuestas conocidas hasta ahora, el Movimiento de Regeneración Nacional es el único partido político que muestra un importante crecimiento en las preferencias de los votantes en nuestra entidad. Todo parece indicar que la decisión de sumarse al proyecto de nación que abandera López Obrador no sólo fue oportuna, sino inteligente.
Pero más allá del pragmatismo que esto puede significar, lo cierto es que nadie puede regatearle a la hoy abanderada morenista que conoce las reglas del juego electoral tras 20 años de trayectoria política y militancia en las filas del PRI. Pero no sólo eso, con el paso de los días, comienza a sumársele liderazgos sociales y empresariales que ven con ojos optimistas su aparición en la contienda.
Otra consideración que no es menor, es el hecho de que entre las planillas que compiten por Guadalajara, el 1-2 más fuerte es justo el que encabeza Delgadillo González. Hay que recordar que en el segundo sitio de Morena se ubica el conocido locutor de radio y televisión, Beno Albarrán, quien desde hace más de 25 años ocupa los primeros lugares de rating en la FM de la región. Un dato significativo que hay que rescatar es que en la pasada elección, Beno jugó un papel de suma relevancia para la victoria de Enrique Alfaro; hay evidencia de que gracias a la convocatoria de este popular comunicador, más de 50 mil radioescuchas votaron por Movimiento Ciudadano.
Ahora bien, siento que el factor más significativo que puede meter en zona de competencia a Claudia Delgadillo es justamente el hecho de ser mujer. En la disputa por los votos, que una mujer encabece un proyecto de gobierno municipal en un escenario dominado por el género masculino, se vuelve atractivo para un buen porcentaje del gran electorado, en especial para sus congéneres tapatías.
Claro, ¿muy cuesta arriba para Claudia? Sin duda. No sólo carece de un estructura afín a ella, sino que también le impusieron el resto de la planilla de regidores; pero por si fuera poco, además no es una tarea sencilla enfrentar al emecista Ismael del Toro y al mejor político del Revolucionario Institucional, Eduardo Almaguer. De cualquier manera, me parece que en tres meses de campaña muchas circunstancias pueden variar.
Algo me dice que la lucha electoral en Guadalajara será, por mucho, más interesante que cualquier otra en Jalisco. Y eso, hay que admitirlo, se debe a la participación de Claudia Delgadillo.
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