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Por Carlos Martínez Macías
En materia de agua, las autoridades suelen hacer siempre cuentas alegres con las proyecciones de almacenamiento y disposición del líquido, hasta que la realidad los despierta del sueño color de rosa para ubicarlos en la pesadilla.
Según estimaciones realizadas por especialistas, las sequías registradas en los últimos años en el país seguirán presentes y se agudizarán en este 2024. En Jalisco, un 84.8 por ciento de sus municipios registran este problema y con corte al 31 de enero pasado, el “Monitor de Sequía” de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), colocaba prácticamente a toda la entidad con algún tipo de sequía.
Anormalmente seco, sequía moderada y sequía grave, son los rangos que otorga la medición de la dependencia federal, a las distintas regiones del estado.
En este panorama, no es descabellado señalar que podría repetirse un escenario de escasez de agua parecido al de 2021 en gran parte del municipio de Zapopan, cuando la presa Elías González Chávez o Calderón, tenía niveles muy bajos y no pudo aportar los volúmenes suficientes.
De acuerdo con los planes del gobierno estatal, se supone que con la Presa El Zapotillo, la ciudad de Guadalajara recibiría tres metros cúbicos de agua por segundo.
Pero hasta ahora, solo fue concluido el acueducto de 39 kilómetros de la presa El Salto en Valle de Guadalupe, para conectar a la presa derivadora La Red y llevar un metro cúbico por segundo a la Elías González Chávez mediante un río que es afluente de este embalse.
Se supone que, en su momento, cuando la presa El Zapotillo ubicada en Cañadas de Obregón esté concluida, se traerán dos metros cúbicos por segundo mediante otro acueducto de 14 kilómetros hasta la presa El Salto, de ahí hasta La Red y luego a Calderón para completar el gasto de tres metros cúbicos por segundo.
Pero según reportes que llegan desde El Zapotillo, todavía no concluyen los trabajos de acondicionamiento de las paredes de las ventanas construidas a los 40 metros de altura de la cortina de casi 80.
Cuando esto concluya y puedan cerrar el túnel de desvío del Río Verde, faltará que comience el temporal y que sean buenas lluvias para que se llene el embalse.
Expertos en el tema, me confiaron que todavía hay que ver que los suelos alcancen el nivel de saturación que permita almacenar el agua y solo hasta entonces podrá enviarse el líquido a la presa El Salto, de ahí a la derivadora La Red, luego a Calderón y después a Guadalajara.
Sólo que, en las proyecciones, las autoridades federales que tienen que ver con los temas hidráulicos, siempre han pecado de muy optimistas.
Por ejemplo, la presa Elías González Chávez que abastece a una parte de Guadalajara, inició operaciones en 1991 y fue proyectada para almacenar 82 millones de metros cúbicos. Pero de 2000 a 2013 que fue monitoreada, su porcentaje de almacenamiento fue de 27.104 millones, es decir, apenas 33 por ciento de lo estimado.
La presa El Cuarenta, en Lagos de Moreno, comenzó a funcionar en 1949 con un embalse proyectado de 30 millones de metros cúbicos, pero el almacenamiento promedio ha sido de 10.9 millones, para un 36 por ciento y la presa Plutarco Elías Calles, en Aguascalientes, inició en 1931 con una capacidad estimada de 340 millones de metros cúbicos, pero el almacenamiento promedio en 83 años ha sido de 78 millones, para apenas un 23 por ciento.
En los últimos años, la presa Elías González Chávez o Calderón, aportó solamente 0.5 metros cúbicos a Guadalajara. Un reporte histórico de aprovechamiento por parte del SIAPA, muestra que en 2019 y 2020, se extrajeron 1.3 metros cúbicos por segundo, equivalentes a unos 40 millones de metros cúbicos cada año.
Pero la presa tenía hasta este lunes 19 de febrero, 23 millones de metros cúbicos. Faltaría que llegue un metro cúbico de El Salto, porque los otros dos metros de El Zapotillo, tendrán que esperar.
