La sala regional Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, enmendó la plana a las autoridades locales de Jalisco en el tema de la paridad de género en vísperas de las elecciones de 2021 y otorgó una victoria al movimiento “paritarista” emprendido por un grupo de mujeres que reclaman equidad en las contiendas políticas.
La sentencia 175/2020 dejó sin efecto la compleja fórmula planteada por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana y ratificada por el Tribunal Electoral del Estado y ordenó hacer los ajustes para que se garantice que haya 5 mujeres como candidatas en los 10 municipios más poblados de Jalisco.
De acuerdo con esta resolución, Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga, Tonalá y El Salto, tendrían hombres encabezando las planillas; mientras que Tlaquepaque, Puerto Vallarta, Lagos de Moreno, Tepatitlán y Zapotlán el Grande, serían para mujeres.
No obstante a esta histórica resolución, paradójicamente son los tribunales de justicia en México los que no representan el mejor ejemplo de paridad y equidad de género en su conformación y sobre todo en la presidencia de los mismos.
Por ejemplo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, nunca ha tenido una mujer como presidenta del máximo órgano de justicia en el país.
Desde el período antiguo ubicado entre 1825 a 1853, hubo 14 presidentes de la Corte. El primero fue Miguel Domínguez y el último Juan Bautista Ceballos.
Luego vino el último periodo de Santa Anna, el Tribunal del Plan de Ayutla, el periodo de la Guerra de Reforma, la Suprema Corte durante la intervención y el segundo imperio; el tribunal Supremo en la intervención francesa; el periodo de Maximiliano de Habsburgo; la restauración de la república; el Porfirismo y la revolución.
Desde la Constitución de 1917 a la fecha, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha tenido 36 presidentes.
Ahora bien, esta historia hasta hace 59 años era perfectamente lógica, porque la primera ministra de la Corte fue María Cristina Salmorán, designada en 1961, apenas seis años después que se permitiera votar a la mujer en México en 1955.
Pasaron 15 años para que llegara otra ministra en 1976 en la figura de Livier Ayala Manzo; en ese año el presidente José López Portillo designó a otra, Gloria León Orantes. En 1983 se nombró a otra ministra y en 1985 una más.
El presidente De la Madrid propuso a 5 mujeres a la Corte; luego llegaría Olga Sánchez Cordero y la última designada fue Margarita Luna Ramos. En total, solo 12 ministras en la historia de la Suprema Corte y ninguna elegida presidenta.
Otro ejemplo terrible es Jalisco. Desde 1824, el Supremo Tribunal de Justicia ha tenido 43 presidentes. Ninguna magistrada presidenta. El primero fue José Domingo Ruiz en 1824 y el más reciente Daniel Espinoza Licón en 2020.
El Tribunal Electoral del estado de Jalisco tiene a Ana Violeta Iglesias Escudero como presidenta y el Tribunal Administrativo ha tenido en una sola ocasión en el 2008 una presidenta que fue Patricia Campos.
El caso más patético es la Sala Superior de Justicia Administrativa, que tiene tres años de haberse creado y está integrada por tres magistrados, dos hombres y una mujer.
El primer año fue presidente Avelino Bravo Cacho, el segundo le correspondía a la mujer, pero fue designado José Ramón Jiménez Gutiérrez, quien incluso se reeligió en el cargo.
Y ahora que las mujeres emprenden una lucha por la paridad y la equidad en México, en unas semanas más cuando se realice el relevo, por justicia tendría que ser una mujer quien quede al frente de este organismo.