Las relaciones entre Estados Unidos y China están en plena crisis, la escalada de desencuentros entre estos dos gigantes sigue creciendo y no se ve por dónde las cosas puedan mejorar. Incluso, es previsible que las provocaciones del presidente Donald Trump continúen por esa vía pues el contexto de su país en este momento lo obliga a distraer la atención, siendo que para alguien que busca la reelección, en nada le favorece ser objeto de críticas por sus malos manejos tanto para atajar la epidemia por Coronavirus que ha dejado hasta el momento más de 100 mil muertes y 40 millones de personas en situación de desempleo, como su desafortunada intervención para contener la ola más grande de disturbios, protestas y ataques desde el asesinato de Martín Luther King Jr., ocurrido en 1968, y que hoy se da a propósito del homicidio de un hombre negro a manos de un policía blanco en Minneapolis.
En su afán por colocar distractores a todo lo que está ocurriendo en su país, el presidente de Estados Unidos ha dirigido una vez más su artillería en contra de China.
«Llevarse bien con China sería una gran cosa. No sé si eso va a suceder. Se lo haré saber», dijo este viernes en conferencia de prensa.
En ese acto, Trump volvió a acusar a China de la propagación del covid-19, sugiriendo que Pekín logró detener el virus en su territorio, pero lo dejó propagarse hasta el país norteamericano.
«Lo detuvieron en China. Sabían que era un problema. Pero no impidieron que llegara a Estados Unidos, a Europa y al resto del mundo», indicó Trump.
El mandatario norteamericano ha declarado también que actualmente ve el acuerdo comercial con China de manera diferente a raíz de la pandemia de coronavirus, acuerdo que se recuerda, se logró el pasado 15 de enero, después de un largo proceso de negociaciones.
Trump no ha perdido oportunidad de atacar al gobierno Chino, pero siendo que aquella nación oriental no se distingue precisamente por ser pacifista ni sumisa, ha reaccionado enérgicamente a las provocaciones del magnate norteamericano que el pasado viernes lanzó un ataque contundente acusando al país asiático de fechorías que van desde el espionaje hasta la violación de las libertades de Hong Kong, y anunció una serie de medidas de represalias que hundirán las relaciones entre Estados Unidos y China que han estado en crisis en los últimos meses.
“Han estafado a Estados Unidos como nadie lo ha hecho antes”, dijo Trump sobre China. Después ha señalado a Beijing como una amenaza geopolítica existencial. “(Beijing) allanó nuestras fábricas” y “destripó” a la industria estadounidense, describiendo a Beijing como el punto central con el que competirá en los meses restantes de su campaña de reelección a celebrarse el próximo 3 de noviembre.
Además, criticó a China por “espionaje para robar nuestros secretos industriales, de los cuales hay muchos”, anunció medidas para proteger a los inversores estadounidenses de las prácticas financieras chinas, acusó a Beijing de “reclamar ilegalmente territorio en el Océano Pacífico” y amenazó la libertad de navegación.
El presidente también criticó a Beijing por aprobar una ley de seguridad nacional que socava fundamentalmente la autonomía de Hong Kong, y anunció que en el futuro, Estados Unidos tratará a Hong Kong de la misma manera que trata al resto de China. Trump dijo que Estados Unidos despojará a Hong Kong de las medidas especiales de política sobre extradición, comercio, viajes y aduanas que Washington le había otorgado anteriormente.
El presidente dijo que Estados Unidos, de igual forma, tomaría medidas en otros frentes, incluida la prohibición de que “ciertos ciudadanos extranjeros de China” ingresen a Estados Unidos y sancione a los funcionarios en China y Hong Kong por su papel directo o indirecto en “sofocar” las libertades de Hong Kong.
“China impuso unilateralmente el control sobre la seguridad de Hong Kong”, dijo Trump, calificándolo de “una simple violación de las obligaciones del tratado de Beijing con el Reino Unido”.
El secretario de Estado Mike Pompeo dice que Hong Kong ya no es autónomo de China, lo que pone en peligro miles de millones de dólares de actividades comerciales.
Como resultado, Trump dijo que Hong Kong “ya no es lo suficientemente autónomo como para garantizar el tratamiento especial que le hemos otorgado al territorio” y que su administración “comenzará el proceso de eliminar las exenciones de políticas que otorgan a Hong Kong un trato diferente y especial”.
La dirección tendrá un impacto en la “gama completa” de acuerdos que Estados Unidos tiene con Hong Kong, incluido su tratado de extradición, controles de exportación de tecnologías de doble uso y más, dijo Trump. Estados Unidos también revocará la aduana preferencial y el estatus de viaje de Hong Kong, dijo el presidente.
Como era de esperarse, China reaccionó de inmediato a las provocaciones del polémico mandatario y amenazó a Estados Unidos con un «contraataque».
Se trata de la primera reacción de Pekín a las medidas presentadas el pasado viernes por el presidente estadounidense, «Cualquier declaración o acción que perjudique los intereses de China se encontrará con un firme contraataque», declaró Zhao Lijian, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, en rueda de prensa.
«China exhorta a Estados Unidos a remediar de inmediato estos errores y a abandonar su mentalidad de Guerra Fría» subrayó Zhao.
Asimismo, Lijian señaló como violación del principio de competencia en el mercado, las acciones desarrolladas por EE.UU., y advirtió que dichas medidas afectan las relaciones económicas de ambos países.
El canciller chino, reclamó respeto mutuo para el pacifico desarrollo de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, en aras de fortalecer la economía, y la solución de los conflictos políticos.
“China se compromete a trabajar junto con los Estados Unidos para desarrollar una relación sin conflicto, sin confrontación, respeto mutuo y cooperación de beneficio mutuo. Al mismo tiempo, China defenderá firmemente sus propios intereses de desarrollo de soberanía y seguridad” aseveró Lijian.
Lo cierto es que las relaciones entre Estados Unidos y China se han deteriorado considerablemente con la administración Trump acusando a China de prácticas comerciales desleales, violaciones de derechos humanos e invadiendo el estatus especial de Hong Kong. De ahí que será interesante observar el rumbo que tomará esa serie de desencuentros entre estas dos potencias mundiales porque de ello dependerá en mucho lo que ocurra con las economías del mundo que dependen o están estrechamente relacionadas con alguna de estas naciones.
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