Los humanos no saben lo que poseen en la Tierra. Será porque la mayoría no ha tenido ocasión de abandonarla y regresar después a ella. James Russell Lowell
Como cada año desde 2009, el 22 de abril celebramos el Día de la Tierra, establecido para crear conciencia a los problemas como la contaminación, la conservación de la biodiversidad, la superpoblación u otras preocupaciones ambientales para proteger nuestro planeta. Según la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, la Madre Tierra es la raíz de la vida, por ello es importante cuidarla y protegerla, «ella es el territorio común en donde habitan las comunidades, así mismo forma parte de su patrimonio cultural”.
El daño que le hemos estado causando a este hogar llamado Tierra, principalmente en las últimos décadas, son los graves problemas medioambientales que hoy van más allá del aire sucio, el agua tóxica, y los agujeros en la capa de ozono, principales reclamos enarbolados en 1970 cuando se llevó a cabo la primera movilización en su defensa, una presión social que convocó a 20 millones de personas, dando paso a que el Gobierno estadounidense fundara la Agencia de Protección Ambiental e impulsara un paquete de leyes de orientación ecologista.
Además de los daños medioambientales irreversibles, el cambio climático también tiene una incidencia directa en los movimientos migratorios que observamos actualmente en varios puntos del planeta, así como en las crisis alimentarias, las guerras territoriales o el aumento de la desigualdad, por citar solo algunos. De acuerdo a una publicación de Infobae, los 5 problemas más urgentes a resolver son:
1) Gases de efecto invernadero (GEI): Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los niveles de gases de efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera han alcanzado un nuevo máximo sin precedentes. No hay indicios de una reversión en esta tendencia, que está desencadenando un cambio climático a largo plazo, la subida del nivel del mar, la acidificación de los océanos y un mayor número de fenómenos meteorológicos extremos.
El Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero ha revelado que la concentración media mundial de dióxido de carbono (CO2) pasó de 400,1 partes por millón (ppm) en 2015 y 403,3 ppm en 2016, a 405,5 ppm en 2017. También ascendieron las concentraciones de metano y óxido nitroso, en tanto que reapareció el CFC-11, un potente gas de efecto invernadero que agota el ozono, regulado en el marco de un acuerdo internacional para proteger la capa de ozono.
Desde 1990 se ha producido un incremento del 41 % del forzamiento radiactivo total —que tiene un efecto de calentamiento en nuestro clima— causado por los gases de efecto invernadero de larga duración. El CO2 es responsable de un 82 % del aumento del forzamiento radiactivo durante los últimos diez años, según las cifras proporcionadas por la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera de los Estados Unidos de América que se citan en el Boletín de la OMM.
2) Desaparición de fuentes hídricas: Ríos, lagos, lagunas y hasta mares se han secado en las últimas décadas por el cambio climático. Y muchos otros que quedan están contaminados y representan un grave riesgo a la salud humana y animal. De la mano de este fenómeno, se puede apreciar también el incremento de zonas desérticas y la creciente migración poblacional a grandes centros urbanos.
3) Deforestación: En los últimos 10 años, se han destruido nada menos que 13 millones de hectáreas Se calcula que, desde 1990, se han destruido más de la mitad de los que observamos ahora. Además, los árboles mueren a un ritmo acelerado debido a la contaminación del aire, la sequía de fuentes hídricas cercanas y los cambios bruscos de temperatura. En muy pocos países existen programas alternativos de siembra, repoblación y protección de las tierras cultivables.
4) Sobreexplotación de los recursos naturales: En 2050 seremos 10.000 millones de personas viviendo en el único planeta conocido que puede soportar la vida tal cual la conocemos. Pero a este ritmo de crecimientos, los recursos naturales pronto serán insuficientes para la supervivencia de las personas que habitan la Tierra. La sobreexplotación de los recursos, el consumo irresponsable y el aumento de la población mundial, que se ha triplicado en los últimos 60 años y continúa creciendo a un ritmo acelerado, son las principales causas de este agotamiento. El agua y la energía disponibles no darán abasto para suplir tales necesidades.
5) Uso de fertilizantes químicos y métodos artificiales de cultivo: Las sequías, los huracanes y otros fenómenos ambientales impiden la producción y el cultivo de alimentos en condiciones normales. Con el fin de enmendar estos efectos y multiplicar la producción, se han sustituido los métodos de producción natural por otros de tipo artificial y en los que predomina el uso de sustancias químicas. Estos métodos de cultivo hacen que los alimentos sean de peor calidad y afectan negativamente a nuestra salud y la del medio ambiente, pues contaminan los alimentos, la tierra y el aire.
Naturalistas españoles han llamado a la reflexión para frenar el impacto de las actividades humanas sobre el «hogar común» y generar conciencia para un desarrollo sostenible.
«El Día de la Madre Tierra sirve para generar conciencia de forma simbólica» sobre la interdependencia entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que habitamos, ha explicado el biólogo Miguel Delibes de Castro.
Porque «en los casi 200.000 años de historia como Homo Sapiens», la mayor parte del éxito del hombre ha radicado «en el crecimiento y explotación de los recursos terrestres», actividades que desde hace medio siglo «están generando problemas de habitabilidad en la Tierra».
Por ello, el experto ha llamado a la reflexión general, para que el «único ser vivo racional en la Tierra tome las riendas del futuro», aunque, ha afirmado, «más allá de este día» habría que plantear planes para tomar decisiones que «faciliten el desarrollo sostenible».
El que fuera director de la Estación Biológica de Doñana (EBD) entre 1988 y 1996, observa en el cambio climático «una de las muchas caras del mismo problema del medio ambiente», por lo que este Día «debe ser una jornada que sirva para darnos cuenta de que el planeta se nos queda pequeño porque nos creamos muchas necesidades».
Este día es una fecha que «pasa inadvertida con cierta frecuencia», a pesar de que las personas «somos subsidiarias» de la Naturaleza, ha asegurado el naturalista Joaquín Araújo, que ha señalado el afán del hombre por «sembrarlo todo de plásticos, inyectar humo a la atmósfera y sepultar la Tierra» bajo el hormigón en vez de «cubrirla de árboles».
La relación de interdependencia con la Tierra, sostiene -entre otros muchos procesos vitales- «algo fundamental como la respiración», acción que repetimos «8.000.000 de veces al año gracias a los bosques», unos ecosistemas que ofrecen «lo mas indispensable para la vida», y a los que debemos «la transparencia del aire», ha explicado el dos veces ganador del Premio Nacional de Medio Ambiente.
«La defensa de la Tierra debería ser una cuestión de Estado», ha señalado Luis Miguel Domínguez, quien ha lamentado que la reflexión sobre «el medio ambiente» no sea el tema de conversación «de ninguna de las propuestas en la campaña electoral» actual.
Domínguez ha instado a la sociedad civil a «tomar el mando de esta cuestión para lograr que los políticos tomen decisiones con carácter de Estado», y para ello es necesaria la «contundencia y el rigor en los planteamientos».
Planteamientos como los expuestos cada viernes en cientos de ciudades del mundo por el movimiento juvenil por la defensa del planeta, «Fridays For Future» (FFF, por sus siglas en inglés), un impulso «muy positivo porque surge de la juventud».
Aunque «el enfoque exclusivamente climático» de ‘Viernes por el Futuro’ «se queda pequeño para atender todos los frentes que tiene abiertos el medio ambiente», según Domínguez, y ha advertido de las «modas pasajeras».
Para profundizar esta conexión que une a las personas con la Madre Tierra, Araújo recomienda «ir al campo, descalzarse y caminar por nuestra casa común reflexionando sobre nuestra actitud hacia los elementos básicos para la vida en la Tierra», que a pesar del ser humano, «sigue regalándonos todo aquello que es esencial».
Sin embargo, según Araújo es algo que «tristemente no resultará fácil, ya que la ciudad es el hábitat común de muchas personas empeñadas en crear una frontera entre su casa y la vivienda común a todos los seres vivos», algo que a su juicio es «un atropello antiracionalista contra la dignidad humana», porque «no podemos destruir lo que nos permite vivir sin perder una referencia fundamental», declararon los especialistas a la agencia EFE.
Hoy puede ser un día importante para tomar medidas con objeto de reducir el consumo de agua, para plantar un árbol o para generar menos basura.
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