El tan esperado y prometido plan de paz para Medio Oriente presentado este martes por el presidente de los Estados Unidos de America, Donald Trump, bajo el nombre de “El pacto del siglo”, cuenta con el visto bueno de Jerusalén pero no ha gustado al lado palestino que de inmediato lo llamaron “La bofetada del siglo”, haciendo un juego de palabras en clara alusión al título que dio la Casa Blanca al mencionado proyecto, el cual establece la creación de un «Estado Palestino» con su capital en Jerusalén Oriental y reconocer territorios ocupados por Israel.
Trump descuidó quizás las formas al emitir el anuncio en la Casa Blanca acompañado de su par israelí, Benjamín Netanyahu, pero sin contar con una figura palestina, sin menoscabo de que no fueron incluidos en la elaboración del plan y ya habían expresado que no aceptarían las condiciones propuestas por Trump, quien no conforme con ello lanzó un ultimátum.
«Este es un día para que los palestinos puedan alcanzar la oportunidad de tener un estado como el que desean», dijo Trump, quien agregó que podría tratarse de una «última oportunidad».
Pero la respuesta no tardó en aparecer, el presidente del Gobierno autónomo palestino, Mahmoud Abbas, se refirió al nuevo plan de paz de Estados Unidos como “la bofetada del siglo”.
En declaraciones en el complejo presidencial en Ramallah en la Ribera occidental, dijo que la posición palestina no ha cambiado en los dos años desde que Estados Unidos reconoció a Jerusalén como la capital indivisa de Israel.
“Decimos nuevamente: no, no, no al acuerdo del siglo”.
Abbas dijo que Jerusalén no está a la venta. “Quiero decirle a Trump y Netanyahu: Jerusalén no está a la venta. Todos nuestros derechos no están a la venta ni por compromiso. Su acuerdo es una conspiración y no funcionará”, dijo Abbas.
Agregó que el pueblo palestino rechazará la propuesta y “la pondrá en los contenedores de la historia”.
“No nos arrodillaremos y no nos rendiremos”, continuó Abbas. La anexión del 30% de nuestro territorio no tiene sentido, dijo, y rechazó categóricamente el acuerdo.
“Jerusalén se ha ido. ¿Podemos aceptar un estado sin Jerusalén? ¡Imposible!”, dijo.
Abbas añadió que el pueblo palestino “merece una vida” y que estaría dispuesto a volver a las negociaciones si incluyera la participación internacional.
“Le decimos al mundo: no somos una nación terrorista ni lo hemos sido nunca. Estamos comprometidos con la lucha contra el terrorismo. Pero el mundo debe entender que estas personas merecen una vida”.
Continuó diciendo que los palestinos están “comprometidos con negociaciones basadas en la legitimidad internacional”, haciendo referencia a acuerdos anteriores y resoluciones de la ONU.
Abbas dijo que lo que se necesitaba era una reunión con participantes internacionales.
“No aceptaré a Estados Unidos por sí mismo. Sé que no puedo ignorar a Estados Unidos, pero Estados Unidos no es el mundo entero. Aceptaría el Cuarteto”, dijo, refiriéndose al grupo diplomático que comprende la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y las Naciones Unidas.
El plan de Trump prevé que los palestinos tengan un «territorio contiguo» para su estado, que ni israelíes ni palestinos sean «desplazados de sus hogares» y que el potencial Estado palestino reciba un amplio apoyo financiero, «si cumplieran una serie de demandas».
Entre ellas, Trump mencionó que los palestinos dejen de apoyar el «terrorismo» y a grupos como Hamás, así como que detengan las acciones contra Israel.
El plan incluye además proporcionar US$5.000 millones en financiamiento internacional para construir la nueva entidad palestina y abrir una embajada en su nuevo estado.
Según Trump, en caso de aceptarlo, los palestinos tendrían cuatro años para negociar su acuerdo.
Entre los detalles de la propuesta divulgada por Trump se contempla:
Estados Unidos reconocerá la soberanía israelí sobre el territorio que el plan de Trump prevé será parte de Israel. La propuesta incluye «un mapa» que no trascendió y que, según Trump, ilustra los compromisos territoriales que Israel está dispuesto a hacer.
El mapa, según Trump, «duplicará con creces el territorio palestino y proporcionará una capital palestina en el este de Jerusalén», donde el mandatario prometió que abriría una embajada
Jerusalén «seguirá siendo la capital indivisible de Israel».
«Ningún palestino o israelí será desarraigado de sus hogares», lo que sugiere que los asentamientos judíos existentes en la parte de Cisjordania ocupada por Israel permanecerán
Israel trabajará con el rey de Jordania para garantizar que se mantenga el status quo que gobierna el sitio sagrado clave en Jerusalén conocido por los judíos como el Monte del Templo y al-Haram al-Sharif para los musulmanes.
El territorio asignado a los palestinos en el mapa de Trump «permanecerá abierto y sin desarrollarse por un período de cuatro años». Durante ese tiempo, los palestinos pueden estudiar el acuerdo, negociar con Israel y «alcanzar los criterios de estadidad».
Por otro lado, el hecho de que Trump mencionara que el potencial «Estado Palestino» tendría como capital a Jerusalén Oriental y que, al mismo tiempo, indicara que la Ciudad Santa seguiría siendo la capital israelí generó incertidumbre entre los expertos debido a que no queda claro cómo ambas propuestas serán compatibles.
Lo cierto es que este plan de paz es un momento histórico y la clave de Trump es que, a diferencia de todos los demás negociados por Estados Unidos, esta vez la Casa Blanca no busca la aprobación de Palestina antes de la implementación. Ya veremos cómo funciona.
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