Con enorme estatura deportiva los charros de Jalisco hicieron un “charreadón” con 383 puntos, ante charros de San Judas Tadeo con 266, en una competencia de vaivenes en el marcador, todo esto en el lienzo charro Jalisco ubicado a espaldas del parque agua azul de Guadalajara.
Con faenas de buenas hechuras los bigotones charrearon con talento y orgullo en su tierra, vestidos con traje de faena, buenas montas a caballo, movimientos acertados en su desempeño, buen manejo de soga, paso y tranco, con habilidades en cada una de las suertes y entrega a nuestro deporte nacional por excelencia.
Aficionados en tribunas acudieron del interior del estado, Tlajomulco, de la Unión americana, de Cali, Colombia, además de la perla tapatía, y se dieron cita en la catedral de la charrería, disfrutando de las diez suertes; cala de caballo, piales en el lienzo, coleadero, jineteo de toro, terna en el ruedo (lazo a la cabeza del toro y pial en el ruedo), jineteo de yegua, manganas a pie, manganas a caballo, y el escalofriante paso de la muerte.
“Fue un 14 de septiembre de 1920 se reunieron los amigos y sentaron precedente”, palabras que mencionara el finado don Antonio Limón de Yahualica, recordando la fundación de esta decana asociación los charros de Jalisco, que integran 200 charros, que cuentan con una trayectoria destacada, sus 12 campeonatos nacionales, con todos los reconocimientos de la Federación Mexicana de Charrería y un legado que preservan las cinco generaciones de charros.
Un orgullo nacional sin duda alguna, con identidad propia y origen que enaltece los valores de mexicanidad, identificado como uno de los máximos exponentes del deporte mexicano, que reviste con grandes faenas y páginas de gloria las estampas de arrojo y entrega en cada una de las faenas en el lienzo.
Con más cuitas por contar y faenas en el lienzo nos encontramos, que el Supremo Caporal reparta suerte. (Por Salomón González).
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