Ante lo que se presenta como un objetivo de atentar contra el estero “El Salado”, se ha hecho necesario volver a hacer un llamado a las autoridades para que no permitan, para que eviten caer en el ánimo de otorgar permisos que vengan a lesionar esta zona tan delicada que ostenta ademas la calidad de Área Natural Protegida (ANP), toda vez que la comunidad vallartense no está dispuesta a permitir que un proyecto lesivo tome forma en agravio de esa ANP.
Ha trascendido que a raíz de los recientes movimientos en el manejo y administración del Área Natural Protegida del estero El Salado, se corre el riesgo de que autoridades gubernamentales pudiesen otorgar facilidades para que se desarrollen proyectos que tengan como finalidad un desarrollo en el área protegida o en la zona aledaña de amortiguamiento del Estero que vendrían a lesionar el hábitat de un sitio que desde hace más de veinte años ha unido a los habitantes en su defensa.
Nada menos, el próximo 27 de julio, se cumplirán 19 años del decreto que concedió al estero El Salado su calidad de ANP. Fue a finales de los años 90 después de mucho esfuerzo, que me tocó por fortuna ser parte de la diputación local y en conjunto con líderes sociales como Estela Camacho, recientemente fallecida, Carmen Castelo, Rosa Limón y muchos otros personajes más de la vida social y activismo vallartense que convencimos a que se sumara como lo hizo el entonces presidente municipal David Cuevas García, quien aún habiendo pertenecido a otro partido político, se unió a los trabajos para en conjunto se lograra el decreto del Congreso de Jalisco que determinó como área protegida estatal al Estero El Salado.
De esa manera, se evitó que tomara forma el proyecto que ya estaba autorizado para crear ahí La Marina II.
De entonces a la fecha, el Salado ha sido poco apoyado, ha recibido poco presupuesto y ahora hay barruntos en cuanto a que se perciben intentos de quererse proyectar nuevamente edificaciones que, con el pretexto de generar recursos para la protección del área, podrían permitir edificaciones inadecuadas que vendrían a lastimar el hábitat, el ecosistema del Estero y por ende de toda la bahía Vallartense.
“El Salado», es considerado un Estero Urbano, debido a que se encuentra rodeado por la mancha urbana de Puerto Vallarta. Comprende una superficie a proteger de 168-96-50 hectáreas, de las cuales aproximadamente 135 hectáreas corresponden a vegetación de manglar y marismas; el resto se conforma por dos remanentes de selva mediana subcaducifolia bordeada por sucesiones de elementos de vegetación acuática y subacuática, bosque espinoso y vegetación secundaria.
Su conexión al océano es permanente, a través de un canal de aproximadamente 20 metros de anchura, 3 metros de profundidad y 2 kilómetros de largo que desemboca a la rada portuaria. Sus componentes de paisaje y de hábitat son favorables para las aves migratorias y el desarrollo del ciclo biológico de mamíferos y reptiles, tales como el cocodrilo de río.
La entrañable Estela Camacho, a quien recordamos como una mujer inmensamente comprometida con la defensa del estero, escribió no hace mucho un texto en el que ya alertaba sobre “renovadores oportunistas” que escudándose en que están llevando hacia el “desarrollo” “la modernidad” y un “futuro promisorio”, “quieren para su conveniencia, cambiar todo aquello que nos dio identidad y que nos puso en el mapa turístico internacional”.
Ese llamado que hacía aquella mujer, férrea defensora de El Salado, en la actualidad retoma vigencia ante una nueva arremetida de constructores que una vez más han puesto sus ojos en la zona del estero para intentar sacar beneficios económicos de manera indiscriminada y sin tener un ápice de consideración por el hábitat que podrían destruir.
Por esa razón, en los próximos días estaremos convocando a un foro de expertos, activistas, profesionistas, y gente que quiera sumarse a este esfuerzo para establecer una estrategia de defensa de El Salado.
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