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Por Lucy Pérez Camarena
Cada día en nuestro país vamos de sorpresa en sorpresa, aun no terminamos de enterarnos del intento de los legisladores del oficialismo por demoler instituciones, cuando se hace público con pruebas contundentes como la corrupción impera en el gobierno de quien pregonaba como premisa fundamental en su ideario “no mentir” “no robar” y por el contrario con gran cinismo y desvergüenza simplemente dice “no pasa nada”.
Estamos a merced de una creciente ideologización en los libros de texto, en la forma como se aplican los programas sociales, que decir en los discursos incendiarios que continúan dividiéndonos, etiquetándonos como si hubiese diferentes tipos de mexicana/os cuando todos hemos nacido en el mismo suelo.
Esto que hoy vivimos en nuestro país, lo han vivido en otros tiempos Venezuela, Nicaragua, Argentina, solo basta echar un vistazo a lo que está ocurriendo en estos países hermanos para darnos cuenta que la dictadura en México avanza a pasos agigantados mientras usted y yo estamos distraídos en una pelea de box, en un partido de futbol como sutiles distractores mientras al amparo del autoritarismo y sin tomar en cuenta la voz de otros actores políticos, sociales, ciudadanos se hace solo lo que el inquilinode palacio nacional manda, a raja tabla, sin cuestionamientos, sin pensar en lo que es mejor para nuestra patria, sin tomar en cuenta otras posturas, o lo que es peor acallando voces.
Me niego a vivir en un México en el que en lugar de darnos la mano como lo hemos hecho tantas veces ante emergencias producidas por fenómenos naturales, nos veamos como enemigos, como si fuéramos una/os contra otra/os, como si no somos compatriotas, solo por pensar diferente y por que alguien en lugar de ver lo valioso de esas diferencia y promover lo que nos une a toda/os, siempre destruye, critica, lanza dardos lo mismo contra quien pertenecen a otras expresiones políticas, como a periodistas, ministros de iglesias, a jueces, funcionaria/os o cualquier persona que no esté de acuerdo con el régimen.
Hoy debemos hacer una reflexión profunda, si en nuestro interior hay una sensación de que algo no marcha bien en México, dígase alza en los precios, inflación, violencia, incertidumbre al viajar por nuestras carreteras, percepción de inseguridad, entonces debemos plantearnos que opciones hay para virar en sentido contrario y buscar a esa mujer u hombre que realmente pueda representar la visión de un país con esperanza, con oportunidades y en donde toda/os podamos aportar y expresarnos en libertad.
Sin embargo esa visión no la puede construir una sola persona, es tiempo ya que las fuerzas políticas decidan de una buena vez una gran coalición que sume a todas las personas que buscamos una vía para la construcción de un país con desarrollo, vanguardista y moderno en el que las mujeres tengamos cabida y los jóvenes también participen, una opción que pueda construir consensos y recuperar el estado de derecho, que pueda colocar en el lugar que debe estar nuestro país en el concierto de las naciones.
Es preciso que hablemos de estos temas en nuestra casa, con nuestra familia, en las escuelas y universidades, con nuestros colaboradores o compañeros de trabajo, en Jalisco tenemos experiencia en la alternancia, hemos sabido llevar al gobierno fuerzas políticas distintas, lo mismo que se les ha castigado cuando no han hecho las cosas bien, esa participación ciudadana es hoy muy importante que esté informada y comprenda las consecuencias de lo que puede pasar con nuestras futuras generaciones si no somos capaces de detener el avance del autoritarismo y la dictadura.
Es tiempo de hacernos escuchar, pedir a quienes son oposición que asuman un compromiso a la altura de las circunstancias que imperan hoy, que dejen de lado ambiciones o aspiraciones que estén por encima del bien común, las mujeres queremos vivir libres de violencia y los jóvenes tienen derecho a ser parte de la construcción de un México moderno, democrático que les brinde la posibilidad de poder desarrollarse plenamente. Hoy México nos necesita a todas y todos.
