De acuerdo a la última encuesta nacional de la casa Arias Consultores, “Así van los gobernadores”, las calificaciones del mandatario jalisciense, Enrique Alfaro Ramírez, son reprobatorias en todos los rubros en se inquirió a los encuestados, quienes mostraron su inconformidad en temas como: seguridad, Combate a la corrupción, Salud, Economía y empleo, Obra publica, Confianza, Apoyo a gente de escasos recursos, Confianza en inversión empresarios, Turismo y hasta en su relación con el presidente de la República. En general, el desempeño del titular del Ejecutivo no convence a los ciudadanos; solo 26.4 por ciento lo aprueban.
La encuesta revela que más del sesenta por ciento de participantes desaprueban el quehacer de su gobernador en los primeros cuatro meses de gobierno ya que la encuesta es el mes de abril. Sus calificaciones lo han ubicado en el lugar número 20 entre los mandatarios de las entidades del país.
Sin duda, las cifras de reprobación evidencian que esos asuntos le duelen a la gente como es el exponencial incremento en los índices de inseguridad, de criminalidad, de homicidios y desapariciones.
En el caso de corrupción, Alfaro arrastra al menos tres demandas así como por conflicto de intereses.
A ello habrá que sumar que no le abonan nada favorable sus constantes enfrentamientos con los representantes de los medios de comunicación que lo muestran como un personaje soberbio, arrogante e incapaz de reconocer sus errores.
En el caso de la Seguridad, sabíamos que sería difícil que el gobernador entregase resultados positivos en este tópico cuando a su paso como presidente municipal de Tlajomulco y luego de Guadalajara no logró abatir esta grave problemática; por el contrario, sus números fueron a la alza; a ambos municipios los dejó inmersos en la inseguridad.
En el combate a la corrupción tampoco ha ofrecido buenas cuentas, al menos esa es la percepción de los jaliscienses entrevistados que lo han calificado con números reprobatorios. Y es que, ahora mismo pesan sobre su administración varías demandas por presunta corrupción y conflicto de intereses en los sonados casos de las licitaciones del programa “A toda máquina” en que habría entregado de forma amañada un contrato por más de 3 mil 600 millones de pesos a un amigo empresario que lo acompañó a una gira por California con las concebidas irregularidades en la compra de los boletos para asistir a un juego de básquetbol de los Lakers en una zona de privilegio donde las entradas llegan a costar hasta 14 mil dólares, y en el proceso de la adjudicación del convenio. Así como otro presunto caso de corrupción en el programa “Jalisco respira limpio” de verificación vehicular, toda vez que el presidente de la Asociación de Talleres para las Emisiones y Reparaciones Vehiculares A.C. (ATERV), quien presentó una denuncia en su contra ya había hecho con anterioridad otra en contra del titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), Sergio Humberto Graf Montero, Sebastián Gradilla Hernández y José Abraham Espejo Preciado, también de dicha secretaría por haber adelantado las reglas de operación del programa a particulares antes de que fuera aprobada por el Congreso del Estado.
El quejoso dijo tener pruebas para comprobar corrupción y la existencia de un negocio del gobernador y pidió se le castigue severamente a él y otros involucrados.
En su actuación como Gobernador, Alfaro ha tenido desencuentros con las mujeres al desaparecer el Instituto Jalisciense de la Mujer (IJM) lo que le acarreó tremendo desgaste bajo la presión que ejercieron las féminas que de inmediato se inconformaron con la medida y se vio obligado a dar marcha atrás en la decisión y hasta ofrecer disculpas.
Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador llevó a cabo la estrategia de combate al huachicoleo, Alfaro apareció en todos los espacios de noticias a nivel nacional para criticar la medida que por algunos días obligó a los jaliscienses a hacer largas filas y pasar penurias en busca de surtir sus automóviles de gasolina. El gobernador de Jalisco aprovechó los foros que se le abrieron pero no quedó bien parado en ninguna circunstancia.
Sus arrebatos y mal carácter lo han llevado también a sostener tremendos enfrentamientos con los representantes de los medios de comunicación ante quienes ha tenido reacciones infantiles como de niño cuando lo agarran en una vagancia y definitivamente eso no es lo que se espera de alguien con su trayectoria y perfil político; responder en forma soez, soberbia, retadora, ofensiva y altanera, o humillando a quienes lo cuestionan, aducir “estupideces” a las preguntas de reporteros, llamar a los medios “basura” o “periodiquitos”, no le abonan a una relación que tiene para al menos 5 años más.
Enrique Alfaro es un hombre inteligente, pero se está equivocando; sus desplantes con los medios de comunicación solo lo hunden más, su necedad en no pocas decisiones de gobierno, y su falta de tacto lo han colocado en una situación de desgaste cuando apenas han transcurrido poco más de cinco meses de su administración. La reprobación que le dan en las encuestas, debiera ser un punto de partida para observar, analizar, cambiar y modificar lo que sea necesario para mejorar, para darle rumbo a lo que viene y ofrecer los resultados que los jaliscienses esperan de él y su gobierno. Todavía es tiempo de tomar el timón y llevar el barco en la dirección adecuada, solo esperamos y deseamos que algo o alguien lo haga entrar en razón para que se dé cuenta que queda mucho tiempo en el sexenio y en sus manos está un mejor futuro para los jaliscienses y para su crecimiento político, si es que aún sueña ser presidente de México.
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