El pasado lunes 10 de junio, el peso mexicano cerró con pérdidas ante el dólar después que la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, admitiera en su visita a Palacio Nacional que la iniciativa de Reforma al Poder Judicial será una de las primeras que se impulsará en su administración.
El martes, muy temprano, los comentarios del presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera, mucho menos ayudaron al peso mexicano, siendo que el tipo de cambio se cotizaba a las 8:10 horas en 18,38 unidades y se disparó a 18:58 después que el mandatario remarcara la importancia de aprobar cambios en el Poder Judicial.
“Está el Poder Judicial secuestrado, tanto por la delincuencia organizada como por la delincuencia de cuello blanco, y no está el Poder Judicial al servicio del pueblo, no imparte justicia”, dijo durante su conferencia del 11 de junio.
Estos comentarios del presidente terminaron por hundir al peso mexicano.
Ahora, también hay que decir que Sheinbaum no puso mucho de su parte cuando declaró que la Reforma va en septiembre.
Si bien intentó tranquilizar a los mercados al hablar sobre consultas y mesas de trabajo previo a la toma de decisiones, su declaración podría ser una señal de que imitará las formas de AMLO al convocar consultas, como se hizo en su momento en el caso del aeropuerto de Texcoco -amañadas por cierto-, y nada de ello gustó y tampoco tranquilizó a los mercados.
Por otro lado, un tema que está o debería estar en la palestra, en boca de todos los ciudadanos, es el intento de fraude a la Constitución Mexicana, el robo de legisladores que pretenden consolidar Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados y de Senadores para tener mayoría calificada en ambas en la próxima legislatura.
En este contexto, cabe recordar que el pasado lunes 3, la Secretaría de Gobernación (Segob) dio a conocer un cálculo de los legisladores que obtendrán los partidos en la próxima legislatura, con todo y plurinominales. Según la SEGOB, Morena y sus aliados del PVEM y PT obtendrían el 73% de curules en la Cámara de Diputados –más que la mayoría calificada–, a pesar de que consiguieron, en conjunto, el 54% del voto ciudadano.
Morena ha estado confeccionando estrategias para burlar el tope de sobrerrepresentación que exige la Constitución. El artículo 54, fracción V, de dicho ordenamiento es enfático cuando establece que “en ningún caso, un partido político podrá contar con un número de diputados por ambos principios que representen un porcentaje del total de la Cámara que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida”.
“La prohibición de la sobrerrepresentación, es un mecanismo de compensación para las minorías, no es un mecanismo para favorecer a las mayorías. Ese mecanismo de compensación establece un límite máximo del ocho por ciento, no mandata un ocho por ciento adicional para los partidos que integren una coalición”, precisó el priista Emilio Suárez Licona.
¿Qué es lo preocupante y principalmente riesgoso en un escenario como el que tramposamente busca imponer la narrativa oficialista? “De entrada, si una coalición de partidos políticos obtiene dos terceras partes (67 %) de ambas Cámaras, tendría un poder casi ilimitado. Podrían aprobar unilateralmente cualquier reforma constitucional, como las del famoso Plan C (reformas energética, electoral, judicial, etc.) o cualquier otra más que se les ocurra. De hecho, a golpe de reformas, esta mayoría calificada artificial podría crear, en los hechos, una nueva Constitución (reformando los artículos que libremente determinen). Una mayoría así, además, podría realizar prácticamente cualquier nombramiento (ministros de la Suprema Corte, Fiscal General, comisionados de la COFECE, etc.).
Asimismo, un escenario así tendría graves consecuencias para el control de constitucionalidad. Si el oficialismo obtiene las dos terceras partes de ambas cámaras, entonces se mermaría el medio de control de regularidad constitucional ante la Suprema Corte que pueden presentar las minorías legislativas. De acuerdo con la Constitución, para poder promover una acción de inconstitucionalidad es necesario que por lo menos el “equivalente al treinta y tres por ciento” de los integrantes de la Cámara de Diputados o del Senado suscriban la demanda. Siguiendo las estimaciones de la Secretaría de Gobernación, en la Cámara de Diputados sería imposible que el bloque opositor pudiese presentar una acción de inconstitucionalidad, mientras que en el Senado sería extremadamente difícil.
En un escenario así, como puede verse, los contrapesos institucionales prácticamente desaparecerían. Y todo esto sería posible, de nuevo, gracias a un esquema fraudulento, que busca eliminar los diques de contención que expresamente contempla la Constitución”.(Nexos 10/06/24).
Lastimosamente, tenemos que aceptar que, el país puede irse a un precipicio; el peso mexicano a las nubes; el Poder Judicial desaparecer; la oposición llamar a una resistencia; el oficialismo hacer fraude a la Constitución; el aguacate rondar los 100 pesos; la gasolina magna los 25, pero a la gente, a los mexicanos, lo que realmente les importa, es que Christian Nodal y Ángela Aguilar son novios.
El mismo lunes que se disparó el dólar, las redes sociales explotaron, pero no por ese motivo, sino porque la hija de Antonio Aguilar, Ángela, a través de una publicación en Instagram confesó tener una relación con el cantante de regional, Christian Nodal.
El martes las tendencias en las plataformas sociales, es decir, los temas más comentados por los cibernautas seguían siendo “Nodal”, en segundo lugar “Ángela”, y tercero “Cazzu”.
El miércoles, la cantante Belinda, -la del sapito, y ex de Nodal-, se colocó también en las tendencias, dicen que subió una publicación que más tarde borró; algunos aseguraban que el comentario era “Tarde o temprano todo cae por su propio peso”.
Ojalá las palabras de Belinda no sean presagio de una desgracia para México, y no me refiero a que Ángela esté con Nodal, o que la relación vaya o no a funcionar, me refiero al alto costo que debamos pagar los mexicanos por haber votado con el estómago en la jornada del 2 de junio; ya sea porque se sigue dando un voto de castigo a la oposición y se emitió el sufragio con el hígado; sea porque había que conservar los programas sociales para llevar comida al cuerpo, o sea porque crujieron las tripas por un hueso.
Temo decirles a todos los que opinan de la relación de Ángela y Nodal, y a las alrededor de 39 millones de personas que decidieron quedarse en casa el domingo 2 de junio y no salieron a votar, que hay algo más terrible que la decepción de Cazzu, y algo peor que votar por el menos malo, y eso es que, muy probablemente en septiembre próximo, la democracia en este país, la libertad, y la división de poderes, solo sean parte de la historia en México.
Una completa decepción ver y constatar lo que realmente les importa a los mexicanos.
Hoy más que nunca cobra vigencia aquella célebre frase de Joseph de Maistre: “cada pueblo tiene el gobierno que merece”.
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@salvadorcosio1