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México firme en la COP 25 «sembrando vida»

Pese a que algunas voces se han pronunciado en el sentido de que México corre el riesgo de quedar descartado de la carrera contra el cambio climático, debido a lo que consideran un primer año de sobresaltos para el sector de los renovables bajo el nuevo Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, es de destacar lo anticipado por el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, quien ha garantizado la postura que nuestro país llevará a la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP 25), a realizarse en España, será la de “seguir avanzado”, y se expondrá la experiencia en acción climática del programa “Sembrando Vida”.

Para expertos, la cancelación de las subastas de energía, la apuesta por la industria petrolera y, recientemente, una modificación de los Certificados de Energía Limpia (CELs), han encendido las alarmas. “Son tres golpes de volante que, según los expertos, pueden recortar el auge de las renovables de uno de los países con mayor potencial del planeta y alejarlo de las metas del Acuerdo de París”, Jon Martin Cullell de El Pais.

Habrá que recordar que la próxima Conferencia de las Partes, la COP25, tendrá lugar del 2 al 13 diciembre en Madrid, España, tras la renuncia de Chile a solo un mes de celebrarse. Santiago, la capital del país andino, iba a ser la anfitriona de la próxima Conferencia de Naciones Unidas para el Cambio Climático. Pero tras el estallido social en las calles que ha sumido al país en una crisis política y social sin precedentes, su presidente, Sebastián Piñera, canceló la cita.

El Gobierno en funciones español propuso Madrid como alternativa a Santiago para celebrar la COP25 y en solo 24 horas se hizo efectiva su candidatura.

La capital española dispone de menos de un mes para organizar un evento de este calado para el que lo normal es contar con un año de previsión. Pero la importancia de esta COP en la lucha contra el cambio climático merece los esfuerzos para que todo esté listo a tiempo.

Riesgo real para México

Aunque el Gobierno asegura seguir comprometido con las metas, el director del Instituto de Energías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Antonio del Río, apunta al “riesgo real” de no cumplir con el 35% de energía limpia para 2024.

“El sector va a seguir creciendo pero las acciones del Gobierno lo van a desacelerar”, asegura. Ya hay señales de debilitamiento. La inversión en renovables cayó un 38% en 2018 respecto al año anterior según datos de la ONU, y la Agencia Internacional de Energía redujo en octubre la proyección de crecimiento entre 2019 y 2024 del 16% anual a poco más del 12%.

Y, mientras las proyecciones empeoran, las metas no cambian. En el Acuerdo de París, México se comprometió a que en 2030 sus emisiones de gases de efecto invernadero fueran un 22% menor a lo que se esperaría sin planes de reducción.

Incluso si se cumpliera ese objetivo, algo que los expertos cuestionan tras las recientes decisiones, las emisiones serían un 9% superior a las de 2015. Como todos los países firmantes, en 2020 México tiene que presentar un plan de metas más ambiciosas para aspirar al menos a un aprobado y despejar dudas.

México se ha erigido en líder latinoamericano del sector. Tan solo en 2018 se invirtieron 3.800 millones de dólares, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y las energías limpias representan ya el 24% de la producción total -la etiqueta incluye tanto renovables como nuclear y centrales de ciclo combinado-.

Sol y viento a rebosar y un marco legal favorable son las bazas para lograr la meta del 35% de producción de energía limpia en 2024, frente al 24% de 2018, y conseguir el 22% de reducción de emisiones para 2030 comprometido en el Acuerdo de París frente al cambio climático. Sin embargo, mientras los dos primeros elementos se mantienen, el tercero es un interrogante cada vez mayor.

Poco después de tomar posesión en diciembre de 2018, el Ejecutivo canceló las subastas eléctricas por las que se licitaban proyectos a empresas para suministrar a la CFE de energía limpia.

Este mecanismo, establecido por la reforma energética del anterior Gobierno de Enrique Peña Nieto, había reducido el precio de la electricidad a mínimos -17,7 dólares por megavatio por hora (MWh) en la última subasta, un récord mundial-. Pese al éxito, la Secretaría de Energía adujo en febrero “consideraciones técnicas, económicas y de planeación” para cancelar la cuarta convocatoria.

Nueve meses después, todavía no se ha puesto sobre la mesa fecha o alternativa. Esta incertidumbre se ha agravado con la reciente decisión del Gobierno de modificar las reglas de los Certificados de Energía Limpia (CELs).

Se trata de instrumentos financieros concebidos como incentivos para la inversión. Cada uno equivale a 1 MWh y su precio depende de la oferta y la demanda. La reforma energética estableció obligaciones mínimas de compra de certificados a grandes consumidores de electricidad, desde fábricas hasta la propia CFE.

En 2018 estos actores tuvieron que comprar el 5% de su energía en CELs, una obligación que se va incrementando año tras año. Para fomentar la expansión de nuevos proyectos, solo podían vender certificados las plantas con inversión posterior al 2014, es decir, quedaban excluidas la mayoría de centrales de la CFE.

La reciente modificación tumba ese punto clave. La empresa paraestatal podrá emitir CELs con sus plantas hidroeléctricas construidas antes de 2014.

Por tanto, ya no tendrá que comprar a privados para cumplir con sus obligaciones: los certificados que ella misma emita bastarán. Un portavoz del ente explica que con ello buscan obtener “piso parejo” con la iniciativa privada. “Los mecanismos que están perjudicando a la CFE se están revirtiendo, siempre que lo permita la ley”, apunta.

Además, la institución sostiene que con ello se reducirá la tarifa eléctrica, una afirmación de la que dudan los analistas. “Impacta más el IVA en las tarifas que los CELs, cuyo precio es marginal y estaban cayendo”, sostiene el consultor Severo López-Mestre.

En tanto, Mami Mizutori, titular de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgo de Desastres (UNDRR, por sus siglas en inglés), ha reconocido que los desastres se han duplicado a nivel global en los últimos 20 años y el 90% se relacionan con el cambio climático, lo que en México se refleja en huracanes, lluvias, sequías e incendios.

Considera que México es uno de los países que «están haciendo un mejor trabajo» en cuanto al cambio climático y que está «comprometido» con el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, adoptado en Japón en el 2015.

Sin embargo, existen puntos por mejorar, como fortalecer la resiliencia a nivel local con la distribución de recursos, información y herramientas. México ya ha demostrado que el tema sigue siendo de su interés y su participación en eventos como el que se tiene en puerta en España, siempre significarán una oportunidad para compartir y conocer nuevas estrategias y herramientas que puedan resultar de gran utilidad para emprender en nuestro país.

Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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