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Marihuana legal para combatir al narco

En los últimos días hemos sido testigos de un movimiento impetuoso en México que apunta hacia la despenalización de la marihuana. Posturas, voces, posicionamientos, y opiniones desde bastantes sectores de la población transitan en un sentido favorable hacia ese nuevo paso, que bien vale decirlo, debió haberse dado hace muchos años. Hoy escuchamos voces encomiando la medida y señalando la necesidad de que en México se avance al respecto, mismas voces que antes fueron omisas o incluso se pronunciaron en contra.

Hasta este día, México mantiene vigentes las leyes que prohíben su venta, consumo y posesión. Si bien ha habido intentos por modificar algunas reformas lo cierto es que no se ha dado ese decisivo avance que permita su legalización. La luz al final del camino ya se observa, esta semana, legisladores de Morena, afines al presidente electo, Andres Manuel López Obrador, llevaron al Senado la iniciativa que podría legalizar el consumo de la marihuana en México.

Entre los aspectos clave de la propuesta de ley se incluyen la regulación del consumo, la comercialización y el uso de los derivados de la marihuana con fines medicinales. Se ha dicho que con esta propuesta se pretende mitigar la violencia generada por el crimen organizado y acabar la guerra contra el narcotráfico.

La iniciativa de Ley General para la Regulación y Control de Cannabis presentada por los senadores Olga Sánchez Cordero y Ricardo Monreal, la propuesta busca contrarrestar la fallida política de la última década para erradicar la violencia de los cárteles de la droga.

En su exposición de motivos, el documento señala que “la política prohibicionista que México adoptó en los últimos dos sexenios, materializada en ese conflicto armado llamado ‘Guerra contra el narcotráfico’, ha generado dos consecuencias que dan cuenta del fracaso de la misma: el endurecimiento de la violencia en todos los rincones del país y la criminalización de sectores vulnerables de la sociedad a causa de actividades relacionadas con el cannabis».

En ese mismo apartado se habla de los beneficios que traería para amplios sectores de la población dentro de tratamientos médicos, pero también advierte sobre efectos negativos. “El THC es una sustancia con efectos tanto benéficos como adversos para la salud de las personas», señala la iniciativa de ley. «Desde el punto de vista de sus efectos negativos, no existe algún motivo por el cual el cannabis no sea legal, mientras que el alcohol y el tabaco lo sean».

La iniciativa también propone un «modelo de regulación legal estricta; es decir, el punto medio entre prohibición absoluta y el libre mercado», con el objetivo de mitigar los abusos comerciales de algunas empresas que pretendan incentivar su consumo con el único fin de obtener más ganancias. Subraya que a través de la regulación, el Estado tendrá la capacidad de acompañar el mercado con información, estándares mínimos, monitoreo, verificación y evaluación.

De igual forma, explica todos los aspectos que pretende regular dicha ley, los cuales incluye «la siembra, cultivo, cosecha, producción, etiquetado, empaquetado, promoción, publicidad, patrocinio, transporte, distribución, venta, comercialización, y en su caso, la aplicación de medidas de seguridad y sanciones relativas al cannabis».

También establece que «toda persona tiene derecho a portar hasta 30 gramos de cannabis». Las personas que requieran llevar más de esta cantidad tendrían que solicitar un permiso al nuevo Instituto Mexicano de Regulación y Control del Cannabis.

La iniciativa establece que estaría permitido sembrar, cultivar, cosechar, aprovechar, preparar y transformar hasta veinte plantas de cannabis en floración destinadas para consumo personal en propiedad privada.

Esto siempre y cuando se cumplan dos condiciones:

Que la producción de cannabis no sobrepase los 480 gramos por año.
Que las personas hayan registrado sus plantas ante el Instituto en el padrón anónimo.

La ley también establece la posibilidad de crear «cooperativas de cannabis», con un máximo de 150 integrantes, siempre y cuando cuenten con una licencia de autorización y cumplan con los requisitos de verificación emitidos por las autoridades competentes.

Así, los integrantes de dichas cooperativas podrán consumir la marihuana que ellos mismos produzcan, aunque tendrían prohibido vender o comercializar a personas ajenas a dicha cooperativa.

También quedaría abierta la posibilidad de fumar en la calle y espacios públicos, con excepción de los espacios libres de humo de tabaco.

En lo que se refiere a la venta, la ley también abriría las puertas a la comercialización a través de una licencia expedida por el Estado con los siguientes usos:

Farmacéutico.
Terapéutico, paliativo o herbolario.
Adulto
Industrial
Para uso comercial, los productos derivados de la cannabis deberán de llevar la declaración: «Venta autorizada únicamente en México».

También se prohibiría que estos productos se anuncien en medios de comunicación e internet.

Entre las prohibiciones que plantea la ley se encuentra vender o regalar cannabis para uso adulto a menores de edad, así como emplear a menores de edad en actividades de comercio, distribución, donación, regalo, venta y suministro de marihuana.

También quedaría estrictamente prohibido conducir cualquier vehículo, así como manejar equipo o maquinaria peligrosa, bajo el efecto del THC.

De acuerdo a información de la agencia Reuters, a pesar de que México es uno de los principales productores de marihuana del planeta, la legalización en Estados Unidos ha provocado una merma en su producción.

Según el Reporte Mundial de Drogas 2018, realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), México es el mayor productor de marihuana a nivel global, con 6.574.104 toneladas en 2016. Le sigue EE.UU., con 5.346.721 toneladas, y Marruecos, con 35.652 toneladas para el mismo año.

Sin embargo, la producción de marihuana en México ha decrecido en los últimos años, al verse desplazada por la producción doméstica en Estados Unidos, de acuerdo con una investigación del periódico Noroeste, basada en datos oficiales.

De este modo, se ha documentado una caída nacional del 70% en la producción de cannabis de 2010 a 2016, según informes de la Secretaría de la Defensa Nacional.

En contraparte, el consumo de marihuana ha crecido prácticamente en el mismo periodo dentro del territorio mexicano.

El consumo promedio de cannabis pasó de un 6% de la población mexicana en el 2011 a un 8,6% en el 2016, según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco.

Esta batalla que se da en contra de las sustancias, se ha venido perdiendo por la forma inadecuada de su manejo que ha generado el enriquecimiento de los carteles, de los capos o de los grupos crimínales y de quienes hacen negocio en esta ilegalidad. De igual forma el enriquecimiento, el empoderamiento y la perdición de muchos jóvenes que no solo reciben el impacto del uso de la hierba o de la sustancia química sino que también son arrastrados por el tipo de negocio, por las características económica que conlleva con muchas razones también de orden social y cultural a la perdición más allá del uso o abuso de la droga o el enervante. Por esta y otras razones estamos a favor de la legalización.

Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Paralelo Veinte

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