“Si Marcelo Ebrard quiere ser presidente de México, ahora es cuando. El secretario de Relaciones Exteriores ya no tiene otra opción más que las elecciones de 2024”.
Darío Celis, La Cuarta Transformación.
El Financiero
Desde hace un mes corre la versión de que los gurús que le endulzan el oído al presidente le hicieron una recomendación que parecía imposible: enfriar a Claudia Sheinbaum.
Los enterados exponen cuatro factores que orbitarían alrededor de Palacio Nacional.
Uno, que la jefa de gobierno de la Ciudad de México continúa en caída libre en las simpatías de la capital, lo que supone arriesgar la popularidad de López Obrador si éste insiste en hacerla ver como su favorita.
Dos, que los trackings de los sondeos de opinión con amplio alcance, elaborados por empresas contratadas por la Presidencia de la República, indican que en realidad, quien lidera las preferencias en el país, en especial en el norte, centro y occidente, es el canciller Marcelo Ebrard.
Tres, que dichas mediciones dan cuenta también de que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, mantiene un crecimiento -lento pero sostenido- en el centro, occidente y sureste, lo que habría motivado un viraje en la atención del mandatario en favor de quien considera su hermano del alma.
Y cuatro, que en el círculo de personajes más influyente que rodea al mandatario, “la Sheinbaum” –como le dicen- habría salido de sus afectos como consecuencia de los numerosos yerros que ha cometido y la falta de pericia en el manejo de las crisis que le han estallado en la cara.
De ser cierto lo anterior, entonces el escenario rumbo al 2024 habría cambiado, esto con independencia de los resultados que se den este año en el Estado de México y Coahuila.
Andrés Manuel, quien aspira a convulsionar el proceso electoral con el ánimo de extender su épica delirante, está metido en un serio conflicto.
Sumado al enojo que ha provocado entre las clases medias, un amplísimo sector de mujeres, de miles de madres con hijos desaparecidos, de un sinnúmero de familias desplazadas de sus hogares por el crimen organizado, y de muchísimas más por carecer de acceso a medicamentos para la atención de abuelos enfermos e infantes con cáncer, López Obrador enfrenta dos realidades que lo perturban y desquician:
- Una, que la llamada sociedad civil, es decir, la población más y mejor informada dispuesta a la movilización, está en pie de lucha y lista para enfrentar su entelequia.
- Dos, que se le complicó la sucesión que tenía contemplada.
Es así que podemos explicar por qué en su agenda inmediata lo que verdaderamente le interesa es descuartizar las entrañas del INE y garantizar una de dos posibilidades, asegurar el triunfo de un títere o ampliar su permanencia en el poder.
Consideremos que en su mente ansiosa prevalece un pensamiento obsesivo: si no es su marioneta, entonces es él.
Pero para su mala fortuna, existe una variable que le descompuso la ecuación.
El único aspirante que puede derrotar desde la oposición al obradorismo se llama Marcelo Luis Ebrard Casaubón.
Una y otra vez diversas firmas dedicadas al análisis de las tendencias electorales, confirman que si el ex jefe de gobierno capitalino encabezara la Alianza Va por México, con Movimiento Ciudadano incorporado, tendría muchas posibilidades de alcanzar la victoria.
Por eso algunos opinantes profesionales como Darío Celis plantean que es hora de que renuncie a la cancillería para dedicarse a fortalecer los trabajos relativos a la construcción de una candidatura fuerte y suficiente, de consensos multipartidistas y programas de restauración nacional.
Y es que el secretario de Relaciones Exteriores jamás será la opción de AMLO, pues aunque lo necesita, no le tiene confianza. Sabe que sería el fin del obradorato y de sólo pensarlo, los nervios le erizan las canas.
Soy de los que piensa que Marcelo simboliza una nueva esperanza, la de reconstrucción institucional y reintegración social.
Creo que no exagero si afirmo que Ebrard tiene el 2024 en sus manos.
Postdata.- Por cierto, especial atención merece el intenso trabajo de Alberto Uribe al promover la causa ebrardorista a lo largo y ancho de Jalisco.
@DeFrentealPoder