En el estado que registra el mayor número de personas desaparecidas en México, según la Secretaría de Gobernación, el gobierno de Jalisco responde con un Sistema de Información Sobre Víctimas de Desaparición (SISOVID) y un manual para víctimas de desaparición que recomienda, entre otras cosas, mantener la calma, comer bien y procurar dormir.
De acuerdo con el gobierno federal, la entidad acumula de diciembre de 2018 a la fecha, un total de 3 mil 572 desaparecidos o no localizados, por lo que encabeza a los 10 estados con más personas en esta situación.
Sin embargo, el SISOVID del gobierno estatal, informa que de diciembre de 2018 al 30 de octubre pasado, 5 mil 593 personas fueron localizadas. El reporte también presenta un recuento desde 1995 al 30 de octubre de 2020, donde señala que hay “pendientes de localizar” (que no desaparecidos), un total de 9 mil 816 jaliscienses.
Luego matiza que según la ley, persona desaparecida es aquella cuyo paradero se desconoce y se presuma que su ausencia se relaciona con la comisión de un delito.
Mientras que persona no localizada es la que su ubicación es desconocida y que “su ausencia no se relaciona con la probable comisión de algún delito”, aunque no profundiza cómo se llega a esta conclusión.
Con estos criterios, en Jalisco desde 1995 hay 7 mil 452 no localizados y 2 mil 364 desaparecidos.
No obstante, colectivos en Jalisco advierten que las cifras no son correctas, que hay más de 11 mil desaparecidos, que las autoridades no investigan los casos, que los familiares son re victimizados en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y que sigue aplicando la espera de 72 horas antes de aceptar la denuncia.
Además de la “transparencia” prometida por el Gobierno del Estado, se añade un manual de información para víctimas de desaparición. El documento, de 46 láminas, describe en 5 apartados recomendaciones y orientaciones que la ciudadanía debe tomar en cuenta ante este fenómeno.
Por ejemplo, para disminuir el riesgo de ser víctima, pide que hagas caso a tu instinto y que te alejes de lugares que te produzcan intranquilidad. También sugiere que si “te encuentras en estado etílico” (sic) procura que te acompañe alguien de confianza.
Recomienda crear una red de seguridad a quien avises a dónde te diriges, si cambias planes o te vas a quedar sin batería. Para el caso que puedas desaparecer, pide que tu familia tenga un archivo con datos personales como fotos, datos del celular y las tarjetas para facilitar luego la denuncia.
Cuando de plano haya sospecha de desaparición, el manual sugiere generar una hipótesis de qué pudo haber sucedido y guardar la calma, para luego buscar en hospitales, centros de detención y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.
Enlista también las instituciones de gobierno a las que puedes acudir, los pasos que deben seguirse para las denuncias y explica la función de los protocolos Alba y Amber.
Señala que las autoridades están obligadas a actuar en las primeras 24 horas y no tener que esperar las 72 horas u otro lapso de tiempo (sic).
Finalmente, recomienda a los familiares de un desaparecido, que “estén bien y mantengan la calma”, que se acerquen a la comisión de víctimas, que no dejen de comer, intenten dormir y “no tomen riesgos excesivos”.