A menos de un año que se cumpla la fecha estipulada para su apertura, el aeropuerto de Santa Lucía solo cuenta con una aerolínea confirmada para operar: la de AMLO. Por ello, no es de extrañar que el gobierno federal esté endureciendo la postura frente a las diversas aerolíneas siendo que ninguna de ellas ha mostrado interés alguno por llevar a cabo operaciones en la terminal aérea que se construye bajo la égida del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien prácticamente a manera de extorsión, y en voz del subsecretario de Comunicaciones y Transportes, Carlos Morán Moguel, ha advertido que se limitarían las operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México AICM, para obligarlas a volar a Santa Lucía.
“Si las aerolíneas no vinieran aquí (a Santa Lucía) vamos a tener que limitar. Vamos a tener que decirles: ‘Este es el número de operaciones. Tú sabes que no se pueden más vuelos’”, dijo Morán Moguel a Él Financiero, durante un recorrido por la obra que se ofreció a medios de comunicación.
“Lo que quisiéramos nosotros es que comprendieran {las aerolíneas} las ventajas que está representando Santa Lucía y por atracción natural, les interese venir a Santa Lucía”, sostuvo Morán Moguel, quien prevé que entre 2022 y 2023 el AICM alcance una recuperación que permita distribuir y limitar vuelos.
Y como ya mencionaba, la única aerolínea confirmada para operar es la que fue anunciada en días pasados. Se trata de una nueva aerolínea, cuya base de operaciones se encuentre en el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” en Santa Lucia, Estado de México.
Para ello, el mandatario contemplaría contratar a trabajadores de Mexicana de Aviación, aerolínea que dejó de operar hace casi 11 años por problemas financieros dejando sin ingresos a cientos de empleados.
Así lo dio a conocer el portal Vanguardia a través de una fuente cercana al gobierno que pidió mantenerse en el anonimato. El medio detalló que dicha flotilla sería de hasta 60 aviones en los próximos cinco años.
En este proyecto, además del gobierno federal, participaría un grupo de empresarios encabezados por Salvador Álvarez, director de Altán Redes, la empresa que colabora con la administración actual en proyectos como “Internet para todos”.
El proyecto se dará a conocer en las próximas semanas, con lo que se lanzará una convocatoria dirigida a los extrabajadores de Mexicana de Aviación que deseen reincorporarse a la vida laboral.
Cabe mencionar que el nombre del nuevo proyecto aéreo aún se desconoce, pero supuestamente será gestionado por el Instituto Nacional de la Economía Social (Inaes).
Hasta el momento, se desconoce la descripción de las plazas de trabajo que se abrirán para esta nueva aerolínea; no obstante, el portal informativo señaló que se tiene pensado reclutar a exempleados de Mexicana que hayan estado activos al 28 de agosto de 2010, mismos que serán seleccionados a través de la meritocracia.
Según, se estima que el proyecto arranque con operaciones con 1,200 empleados, de los cuales 60 ya están contemplados debido a las reuniones que se han llevado a cabo con el Inaes y la Secretaría de Gobernación para conformar el equipo de trabajo aéreo.
Cabe recordar que de acuerdo con declaraciones emitidas por el primer mandatario, el próximo marzo del 2022 se inaugurará por completo el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”. Dicho magno proyecto se realizó con un presupuesto de 75,000 millones de pesos.
En ese sentido, el jefe del Ejecutivo federal ha afirmado que es “el aeropuerto más importante que se está construyendo en el mundo”, y que “es un fenómeno de la ingeniería civil porque se está haciendo en un tiempo récord”.
Hay que recordar que la Compañía Mexicana de Aviación, la aerolínea de bandera y la más importante del país, fue creada en 1921 como una aerolínea de transporte de correos y pasajeros, cuyos creadores fueron Lody A. Winship, Elmer Hammond y Harry Lawson, sin dejar de mencionar a Ignacio S. Szymanski.
Ésta fue bajada del aire el 28 de agosto de 2010 para reestructurar sus deudas con sus acreedores. Unos meses después la declararon en quiebra.
Así despidieron a más de 1,050 pilotos; 1,500 sobrecargos; 2,500 empleados en tierra y 3,650 empleados de confianza. En aquel entonces hubo varios inversionistas interesados en sacar a flote a la empresa, pero fracasaron. Otras aerolíneas mexicanas contrataron una parte de los empleados de Mexicana.
Tuvo sus oficinas principales en la antigua Torre Mexicana de Aviación (hoy Torre AXA México), en la Colonia del Valle, Benito Juárez, en la Ciudad de México. Operaba vuelos dentro de México y hacia el norte, centro y sur de América, además del Caribe y Europa (específicamente, a España y el Reino Unido). Su principal centro de operaciones fue el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde compartía operaciones con el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, y con movimiento importante en el Aeropuerto Internacional General Francisco J. Mujica de Morelia.
Sobre las aerolíneas que operarán en Santa Lucía, el director y responsable de la obra realizada por el Ejército, Gustavo Vallejo, dijo que empresas nacionales e internacionales están interesadas en volar en el nuevo aeropuerto, pero sin mencionar cuáles.
“Hemos tenido la presencia de todas las aerolíneas, nacionales y, recientemente, internacionales han certificado la calidad de los trabajos, tienen todas ellas gran interés de operar”, dijo a medios.
Sin embargo, reconoció que aún falta publicar las tarifas aeroportuarias que aplicarán, lo que permitirá saber cuáles aerolíneas llegarán y saldrán de Santa Lucía.
El asunto es que el aeropuerto de Santa Lucía está programado para iniciar operaciones en marzo del 2022, pero para entonces tanto el aeropuerto como el sistema de administración del espacio aéreo deberán contar con la certificación internacional que es necesaria y que garantice a todas las aerolíneas un funcionamiento, seguro, eficiente y financieramente adecuados.
Tema aparte es el que se refiere al sistema de conexión terrestre entre tres aeropuertos (AICM, el aeropuerto internacional de Toluca y Felipe Ángeles de Santa Lucía) que deberá ser seguro, moderno, rápido, adecuado y eficiente no solo para pasajeros civiles y para militares sino para toda clase de equipo y enseres. Un reto monumental que ya se verá si se logra.
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