El delantero estrella del Paris Saint-Germain facturó 1,59 millones de euros en 2015 a través de dos empresas maltesas.
El jugador dice estar «en plena conformidad» con sus obligaciones fiscales.
Edinson Cavani es la mayor estrella de la liga francesa. El uruguayo del Paris Saint-Germain ha terminado esta temporada como primer goleador de la Ligue 1 y en segundo a nivel europeo con 35 goles, dos por debajo de Lionel Messi.
La mala temporada del equipo el año pasado, con la victoria del Mónaco en la liga nacional y la dura derrota (6-1) contra el Barça en los cuartos de final de la Champions League, el PSG tuvo conceder a Cavani -cuyo contrato estaba a punto de expirar- un aumento de sueldo para evitar que se marchara.
A raíz de la prolongación de su contrato el 25 de abril, el delantero se convirtió, según el diario francés Le Parisien, en el jugador mejor pagado de la Ligue 1, con un salario de 13 millones de euros brutos al año.
Cavani ha intentado minimizar sus impuestos. Los documentos de Malta Files analizados por Mediapart y la red EIC, de la que forma parte EL MUNDO, muestran que estableció dos empresas maltesas para recoger sus ingresos publicitarios.
Estas estructuras recibieron 1,59 millones de euros sólo en 2015, por los cuales Cavani pagó 48.405 euros en impuestos (un 3%).
Siguiendo las preguntas de la red EIC, Cavani envió una carta manuscrita a través de una mensaje de correo electrónico encriptado. En la carta el jugador explicaba que estaba «muy impactado» por las preguntas y aclaraba que los ingresos de sus empresas en Malta estaba «declarado y gravado en Francia» y que se encontraba «en plena conformidad» con sus obligaciones fiscales.
«No aceptaré que mi situación se convierta en objeto de una publicidad que dañe mi imagen o mi reputación, la cual dada mi celebridad, me causaría graves perjuicios», concluía.
No obstante, las estructuras descubiertas por EIC revelan una estrategia de optimización fiscal. Dos abogados especializados en derechos de imagen de deportistas a quienes se consultó consideraron dichas estructuras potencialmente problemáticas.
Como reveló en diciembre Le Parisien, Cavani está investigado en el marco de una auditoría fiscal a los jugadores extranjeros del PSG. Pero cabe la posibilidad de que sus sociedades maltesas no hayan sido constatadas por los inspectores. Según el diario francés, la auditoria sólo incluía los años 2012 a 2014.
Las estructuras de Cavani comenzaron a recaudar dinero al año siguiente.
Cuando llegó a París, en el verano de 2013, Cavani tenía un contrato con Adidas. En noviembre de 2014, el jugador anuncio que firmaba con Nike. Seis meses antes había establecido en Malta la sociedad Edicavaniofficial Limited, que a su vez pertenece a una segunda compañía maltesa, Rocha Holdings Limited.
Rocha pertenece en un 99% a Cavani. El 1% restante corresponde a la firma maltesa Fortia, especializada en consultoría fiscal. El sistema permite beneficiarse del máximo reembolso de impuestos que ofrece el sistema de la isla.
En 2015 recaudó 1,59 millones de euros y pagó 605.743 euros de gastos administrativos, una cantidad elevada para una estructura sin empleados como la de Cavani. Lo que sigue es un caso de estudio del descuento maltés: según las cuentas de 2015, Edicavaniofficial pagó 338.835 euros por el Impuesto de Sociedades, según la tarifa oficial del 35%.
Pero repartió dividendos a su empresa matriz, Rocha Holdings, con derecho a una devolución de 290.430 euros, registrado en sus cuentas como «activo por impuestos en curso». El resultado es que las estructuras maltesas del futbolista pagaron sólo 48.805 euros en impuestos.
Al contrario que Cristiano Ronaldo o sus compañeros de equipo Javier Pastor y Ángel di María, cuyas estructuras societarias reveló football leaks, Cavani no se esconde detrás de empresas anónimas en Islas Vírgenes Británicas o Panamá. Cómo él mismo declaró a EIC, la sociedad Edicavaniofficial lleva su nombre.
No obstante, los expertos consultados subrayaron que el código fiscal francés permite a un deportista residente en el país recaudar sus ingresos publicitarios a través de una empresa extranjera sólo si ésta tiene actividad real.
«En este caso, las autoridades podrían considerar que se trata de una pura interposición de una sociedad extranjera con el único propósito de eludir pagos directos al jugador, lo cual tendría consecuencias significativas», explicaron. (EL MUNDO).